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  • Dimite el arzobispo de Canterbury por su inacción ante un caso de maltrato de menores en la iglesia de Inglaterra

    » Diario Cordoba

    Fecha: 12/11/2024 14:45

    El arzobispo de Canterbury, Justin Welby –máximo representante de la Iglesia de Inglaterra después del rey– ha presentado este martes su dimisión por no actuar debidamente ante un caso de maltrato múltiple de menores. La presión sobre Welby había ido en aumento en los últimos días tras la publicación de un informe independiente sobre los actos de abuso y maltrato que John Smyth, un abogado muy vinculado a la iglesia, llevó a cabo durante décadas contra cerca de 130 niños, tanto en Inglaterra como en países africanos. Unos actos de los que Welby tuvo conocimiento en 2013 y por los que Smyth, fallecido en 2018, nunca llegó a rendir cuentas ante la justicia. “El informe ha sacado a la luz la conspiración de silencio mantenida durante tanto tiempo sobre los atroces abusos de John Smyth. Cuando se me informó en 2013 y se me dijo que se había notificado a la policía, creí erróneamente que [el caso] tendría una resolución adecuada”, ha asegurado Welby en su escrito de dimisión. “Está muy claro que debo asumir la responsabilidad personal e institucional por el largo y traumatizante periodo entre 2013 y 2024”, ha añadido. El arzobispo se negó inicialmente a renunciar al cargo pero ha acabado cediendo ante las crecientes voces que le exigían la asunción de responsabilidades, tanto por parte de las víctimas como de miembros destacados de la Iglesia de Inglaterra. Múltiples agresiones Smyth, un hombre carismático y respetado en el seno de la Iglesia, conoció a sus víctimas a través de unos campus de verano organizados por la organización religiosa Iwerne Trust en las décadas de 1970 y 1980. Los maltratos tenían lugar en un cobertizo insonorizado en el jardín de su casa en Winchester, en el sur de Inglaterra, donde Smyth golpeaba a sus víctimas con una vara para castigarlas por sus “pecados”. Se estima que ocho de los niños recibieron un total de 14.000 latigazos, mientras que otros dos recibieron 8.000 golpes entre los dos a lo largo de tres años. Unas agresiones que, según el informe, describen un “régimen aberrante y claramente sádico de motivación sexual”. Las víctimas señalan que, en muchos casos, tanto ellas como el propio Smyth estaban total o parcialmente desnudas. “Ningún factor por sí solo es suficiente para determinar una motivación sexual en los abusos de John Smyth, sin embargo, varias cosas en conjunto indican que era muy probable que esto estuviera presente en sus palizas a jóvenes y niños”, explica la psicóloga Elly Hanson en el informe. Entre estos factores se encuentra el hecho de que la mayoría de sus víctimas eran varones “atractivos” y que tenía una obsesión con el asunto de la masturbación por parte de los jóvenes. Ni el Iwerne Trust ni el colegio de educación superior de Winchester, uno de los centros privados más destacados del Reino Unido y del que procedían gran parte de las víctimas, denunciaron los hechos a la policía a pesar de tener conocimiento de las agresiones ya en los años ochenta. Las instituciones afectadas sí le exigieron que se apartara, algo que le llevó a mudarse a Zimbabue poco después, donde fue acusado en 1992 de asesinar a un joven de 16 años que fue hallado muerto en una piscina en un campamento de verano. El caso fue archivado y el agresor se mudó posteriormente a Sudáfrica, donde se presume que continuó con las agresiones y donde murió en 2018 con casi 80 años. "Terrible abusador" Las agresiones documentadas en el informe han llevado al jefe de la investigación, Keith Makin, a concluir que Smyth “fue un terrible abusador” de niños y jóvenes. “Sus abusos fueron prolíficos, brutales y horribles. Sus víctimas fueron sometidas a traumáticos ataques físicos, sexuales, psicológicos y espirituales. El impacto de esos abusos es imposible de exagerar y ha marcado permanentemente la vida de sus víctimas”, señala Makin, quien destaca que “a pesar de los esfuerzos de algunas personas por llamar la atención de las autoridades sobre los abusos, las respuestas de la Iglesia de Inglaterra y otras instituciones fueron totalmente ineficaces y equivalieron a un encubrimiento”. Los pedidos de dimisión por parte de las víctimas de Smyth, así como la recolección de más de 10.000 firmas por parte de tres miembros del Sínodo General –el máximo órgano de representación de la Iglesia de Inglaterra– han forzado la salida precipitada de Welby, quien ostentaba el cargo desde 2013. “Al dimitir, lo hago con el dolor de todas las víctimas y supervivientes de abusos. Los últimos días han renovado mi profundo y largamente sentido sentimiento de vergüenza por los fallos históricos de la Iglesia de Inglaterra en materia de protección”, ha asegurado el arzobispo en su comunicado. Estaba previsto que Welby abandonara el cargo a principios de 2026. Un proceso que se acelerará a partir de ahora, a pesar de que el nombramiento de su sucesor todavía puede tardar meses en confirmarse.

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