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» Diario Cordoba
Fecha: 12/11/2024 14:39
Aunque nació en Guinea Ecuatorial, Malcolm Treviño-Sitté lleva viviendo en Vallecas y Ciempozuelos (Madrid) desde que tenía 10 años, como bien demuestra su acento. "Y uno es de donde paga sus impuestos", comenta este actor que se dio a conocer en Chiringuito de Pepe y que se ha ido curtiendo tanto en teatro como en títulos como El cuaderno de Sara, Érase una vez... pero ya no y Romancero. Ahora ha roto una barrera: es el primer actor negro en protagonizar una serie española. La 1 de TVE acaba de estrenar Detective Touré, basada en los libros de Jon Arretxe, ambientados en el barrio bilbaíno de San Francisco, plagado de multiculturalidad. ¿Conocía las novelas de Arretxe? No. Pero me metí de lleno en su universo cuando me dijeron que iba a hacer la serie. Escribe de una forma muy cinematográfica, como si fuera un guion, y eso me engancha mucho. Jon está escribiendo el libro número 11 y me he leído ya los nueve primeros. Aunque la serie se titule Detective Touré, su personaje no se ve al principio como tal... No, él no es un detective al uso, no es Sherlock Holmes. Sería un poco más Jessica Fletcher, en plan detective por accidente. Touré no pretende dedicarse a eso, pero su entorno y el barrio son los que se encargan de recordarle que se le da bien investigar. ¿Ha podido aportarle cosecha propia a Touré? Sí. De hecho, me han dejado tanto margen que luego le han tenido que quitar cosas. Porque cuando me leí los libros me hice un Touré en la cabeza, y luego tuve que hacer otro con el personaje de la serie. Con la ayuda del coach, Jorge Elorza, hicimos un personaje entre el de Jon y el que nos ofrecían en la serie. El de la serie me recuerda, en la forma de ser, a mí. ¿El Touré de las novelas no era mucho más oscuro? Muchísimo más. Acaba siendo un sicario, un tío que va matando por justicia. Y además de forma violenta. No le vale un disparo, sino machetazos, navajazos... Es muy duro. La serie, en cambio, lo ha suavizado para que sea para todos los públicos. Es más familiar. Si en España, en los tiempos que corren, metes a un tipo negro en la casa de los españoles matando, muy buena acogida no va a tener... El Touré de la serie tiene una gran sonrisa y mucha luz. ¿Qué supone ser el primer protagonista negro en una serie española? Es agridulce, una sensación un poco extraña. Eso de ser el primero es una cosa de la que huyo, además creo que es tardío, llevamos años reclamando un poco más de visibilidad a nivel profesional. Pero me ha tocado y lo asumo con mucho orgullo, con la responsabilidad que corresponde, que no es otra que hacerlo lo mejor que pueda, porque estoy representando el futuro de mucha gente. Confío en que si se hace bien se confiará en nosotros y se darán más oportunidades a más gente. La serie también tiene mucha retranca con el tema del racismo. Como cuando su personaje se cuela diciendo que no le dejan pasar por ser negro o un directivo piensa en contratarle porque le darán una subvención. Sí, está muy bien hilado. Touré es un jeta, un tío que sabe perfectamente que dices negro y el blanco que no quiere ser racista se arruga. Es un arma que saca bastantes veces. Me parece muy bien que se haya jugado también con eso porque hay una denuncia real ahí, que parece que siendo un actor negro, latino, magrebí o asiático no puedes aspirar a un personaje que no sea eso. Cuando en la ficción lo que se hace precisamente es jugar con los personajes. En España no se suele proponer a un actor racializado para un personaje que no sea racializado. Es un poco ridículo, porque cuando estudias arte dramático nadie te dice: atente a las consecuencias, porque vas a hacer solo de negro. También puedes hacer de policía sin ningún tipo de nacionalidad, o ser español y ya está. "Para llegar a la mitad tengo que hacer el triple" Esa realidad les quita muchas oportunidades laborales. Te quita todo: la evolución profesional, la experiencia... Tú estudias arte dramático, te diplomas y después te dicen: vale, a partir de aquí dependerás de la imaginación o la evolución mental de la gente que decide darte un personaje u otro. Si tienes suerte, alguna vez te llamarán para hacer de algo, sin ningún tipo de nacionalidad, o de español y ya está, y si no, harás siempre de lo que te vean ellos... Es algo que llevamos años denunciando. Los que llevan aquí toda la vida o han nacido aquí, y tienen trabajos comunes, no se ven representados en la ficción. ¿Por eso promovieron desde la asociación Limbo una proposición no de ley para implantar los castings abiertos en la Comunidad de Madrid, independientemente del origen étnico? Sí. La mayoría de las direcciones de casting de este país están de acuerdo con esto, son gente que llevan años intentando normalizar la profesión, en plan que si hay que buscar a un actor que haga de abogado, que pueda ir yo. No digo que los blancos no tengan que trabajar, sino que se abra el abanico para el resto de profesionales. Que nos olvidemos del perfil y que nos ciñamos a quién puede hacer un buen trabajo y quién no. Ni siquiera estamos pidiendo que, por cuotas, estemos dentro, simplemente que se abra el 'casting' y se vea a actores y actrices sin tener en cuenta sus orígenes ni nada por el estilo. Porque si no nos ponen nunca a hacer un trabajo, nunca sabrán si sabemos hacerlo o no. Porque usted ha llegado a ver a actores blancos con la cara pintada haciendo un personaje negro. En el año 98 o 99, hice pellas en la escuela de arte dramático y fui a ver Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura. En la obra hay un personaje negro, Buby Burton, que yo había hecho un año antes en el instituto de forma amateur. Emilio Buale ya era conocido, había estado nominado a un Goya, así que fui con la seguridad de que iba a ver a un negro haciendo ese personaje y apareció un blanco pintado. Me indignó tanto que me piré. En la serie hay también una frase muy significativa que dice un personaje: "Los inmigrantes tenemos que ser el doble de amables, el doble de vascos". Otra pulla que esconde una verdad. A mí me ha pasado que, para llegar a la mitad, tengo que hacer el triple. Estamos en una sociedad en la que todavía nos cuesta reconocer el mérito de los demás sin poner un pero, nos cuesta aceptar que alguien que venga de fuera tenga las mismas posibilidades que nosotros que estamos aquí. Así que es verdad lo que dice el personaje: no podemos perder la sonrisa porque si nos ponemos serios enseguida generamos rechazo. ¿Qué piensa de que producciones como Los Bridgerton ponga a actores negros a hacer personajes de la alta sociedad británica del siglo XVIII? Porque Armando Buika, de la asociación The Black View, cree que esta tendencia a transformar personajes blancos en negros puede ser contraproducente. Si es ficción, ¿por qué no? En ese caso no me parece mal que se juegue con diferentes etnias, como pasaba con La Sirenita o con One Piece, que está basada en un cómic. Si fuera real, si me dicen que hay que hacer la biografía de Cervantes y ponen a un negro, o la de Bruce Lee, y ponen a un occidental, pues mal. El conde de Motecristo lo escribió un negro y nunca aparece un personaje negro en sus historias, cuando estoy seguro de que cuando Alejandro Dumas escribía su mundo era blanco y negro. Pero si no se especifica, parece que los negros desaparecemos. De hecho, hay autores como Genet, como Koltès, como Shakespeare, que pensaron que o escribían específicamente que esos personajes eran negros o los actores negros no iban a trabajar nunca.
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