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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 12/11/2024 14:36
El Gran Agujero Azul es uno de los pozos marinos más profundos del mundo En medio del turquesa mar Caribe, cerca de la costa de Belice, se despliega una de las maravillas más enigmáticas del océano: el Gran Agujero Azul. Este gigantesco círculo oscuro, visible incluso desde el aire, tiene 300 metros de diámetro y 125 metros de profundidad, lo que lo convierte en uno de los sumideros submarinos más profundos y fascinantes del mundo. Pero más allá de su imponente apariencia, lo que realmente captó la atención de científicos y exploradores fueron los secretos que guarda en sus profundidades. La expedición liderada por el empresario Richard Branson y el explorador Fabien Cousteau, nieto del legendario Jacques Cousteau, se sumergió en las aguas del Gran Agujero Azul con tecnología de punta. Lo que descubrieron en el fondo de esta formación única no solo les permitió entender mejor su estructura y origen geológico, sino también arrojar luz sobre los efectos de la actividad humana en los océanos. Dónde queda el Gran Agujero Azul El Gran Agujero Azul se encuentra en el corazón del Caribe, a unos 64 kilómetros de la costa de Ciudad de Belice El Gran Agujero Azul se encuentra en el corazón del Caribe, a unos 64 kilómetros de la costa de Ciudad de Belice, dentro de la Reserva Marina del Atolón del Faro. Situado en el sistema de la Barrera de Arrecifes de Belice —el segundo arrecife de coral más grande del mundo, solo superado por la Gran Barrera de Coral australiana—, el Gran Agujero Azul es un sumidero natural que atrae tanto a científicos como a turistas. Este agujero submarino, que alcanza los 125 metros de profundidad, destaca no solo por su tamaño y sus aguas de un profundo azul oscuro que contrastan con el turquesa del entorno, sino también por la riqueza de su ecosistema circundante. En la lengua maya, este sitio es conocido como Taam ja’, un nombre que refleja su historia en la cultura local. Aunque existen otras formaciones similares en el mundo, como el Hoyo del Dragón en China y el Agujero de Dean en las Bahamas, el Gran Agujero Azul es célebre por su accesibilidad y por ser uno de los más profundos de su tipo, lo que lo convierte en un destino ideal para exploradores y buzos interesados en las maravillas ocultas del océano. Qué se sabe sobre el Gran Agujero Azul Esta formación es uno de los sumideros submarinos más grandes y profundos del planeta, con un diámetro de aproximadamente 300 metros y una profundidad que alcanza los 125 metros El Gran Agujero Azul ha sido desde hace décadas un misterio geológico y un desafío para la ciencia. Esta formación es uno de los sumideros submarinos más grandes y profundos del planeta, con un diámetro de aproximadamente 300 metros y una profundidad que alcanza los 125 metros. Su origen, detalló CNN, se remonta a decenas de miles de años, cuando era una cueva terrestre que, tras el fin de las glaciaciones y el aumento del nivel del mar, quedó sumergida. Las investigaciones han demostrado que sus paredes están adornadas con estalactitas formadas cuando el sitio estaba sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en una auténtica cápsula del tiempo de la historia geológica de la región. Explorado por primera vez en la década de 1960 por el oceanógrafo francés Jacques Cousteau, quien lo declaró uno de los diez mejores sitios de buceo del mundo, el Gran Agujero Azul ha atraído desde entonces a científicos y aventureros por igual. Según reseña National Geographic, el sumidero tiene tres capas distintas en sus profundidades: la primera, compuesta por aguas claras y ricas en vida marina; la segunda, una capa de sulfuro de hidrógeno que sumerge todo en la oscuridad y detiene la vida a partir de ese punto; y la tercera, en el fondo, donde se hallan restos y formaciones geológicas que permanecen casi intactas desde hace milenios. Qué encontraron en el fondo del Gran Agujero Azul La expedición al fondo del Gran Agujero Azul estuvo liderada por Richard Branson y Fabien Cousteau La expedición al fondo del Gran Agujero Azul, liderada por Richard Branson y Fabien Cousteau, reveló una serie de descubrimientos fascinantes y sorprendentes. A medida que descendían en su submarino, los exploradores observaron que el agua se volvía cada vez más oscura hasta llegar a una densa capa de sulfuro de hidrógeno, un gas que bloquea la luz y priva de oxígeno a las zonas inferiores del sumidero. Por debajo de esta capa, la vida marina prácticamente desaparece, y el fondo del agujero permanece en total oscuridad, conservando elementos en un estado casi intacto. Entre los hallazgos más inesperados, el equipo encontró estalactitas en las paredes de cuevas sumergidas, prueba de que el agujero fue una caverna seca en la prehistoria. También descubrieron restos modernos: una botella de vidrio y una cámara GoPro, evidencia de cómo la contaminación ha llegado incluso a las profundidades más remotas. Sin embargo, el descubrimiento que más impactó a los exploradores fue el de dos cuerpos humanos, posiblemente buzos que no lograron salir a la superficie. Este hallazgo fue comunicado al gobierno de Belice, pero se decidió no remover los cuerpos, dejándolos como un recordatorio de los peligros de la exploración submarina. Esta expedición no solo aportó nuevos datos científicos sobre la composición y origen del Gran Agujero Azul, sino que también dejó en evidencia la creciente amenaza de la contaminación humana en los océanos.
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