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» Elterritorio
Fecha: 10/11/2024 18:01
Los Evita sirvieron a lo largo de la historia como una oportunidad de despegue para los atletas. En Misiones, Mahira Bergallo y Wilson Acosta son dos ejemplos con mismos matices domingo 10 de noviembre de 2024 | 6:05hs. Mahira utlizó los Evita para lanzar su carrera en la selección argentina. El recorte presupuestario obligó a la disminución de cupos por cada provincia participante y en Misiones fueron solamente siete los colectivos que llevaron atletas a Mar del Plata, menos de las mitad que acostumbraba en años anteriores. El impacto deportivo termina siendo evidente porque disminuye el nivel competitivo. Haciendo un repaso por la historia vale la pena remarcar que por los Juegos Evita pasaron grandes deportistas como Diego Armando Maradona y el atleta olímpico Braian Toledo. Pero lo que quizás resulta más importante, los Juegos representan el inicio del camino para los que no tienen la posibilidad económica de construir sus carreras. Así ocurrió con el voleibolista profesional Wilson Acosta (23) y la atleta adaptada paralímpica Mahira Bergallo (23), dos cartas misioneras por excelencia en el profesionalismo. Bergallo: “El recorte es un error” Mahira (23) es lanzadora de bala reconocida por sus múltiples representaciones vistiendo los colores de la selección argentina en competencias internacionales como los Juegos Paralímpicos. Oriunda del barrio obereño de Tuichá, es poseedora de un carisma particular que la llevó a ser considerada en varias ediciones de los Evita como competidora y acompañante. “Pasé cinco años por los Evita como atleta y otros dos como acompañante, todos fueron distintos. Le doy un significado enorme porque no sólo conocí el mar, sino que también valores, culturas y personas increíbles con las que sigo en contacto”, inició la charla con El Territorio. Acosta juega actualmente en Defensores de Banfield, en la Liga Argentina. “Me generaron sentimientos que nunca se van a ir de mi corazón. Este año fue la primera vez que me alejé porque no había cupos para profesores y acompañantes, recortaron todo”, se sinceró. “Sólo fueron diez lugares hasta sub 18 -cinco nenes y cinco varones- con dos o tres acompañantes como máximo, dependiendo la zona. En Oberá solamente clasificó una chica en atletismo y todo se redujo, por ende no pude viajar”. “Eso no significa que me siga emocionando. De hecho fui a Posadas a despedirlos a los chicos y ver esa unión por el deporte junto con los convencionales es algo que emociona, me contuve para no llorar”, recordó. Desde su experiencia, entonces, Mahira también dedicó unas palabras a la situación de recorte que afecta a sus pares dejando una recomendación con argumentos sólidos: “Espero que no saquen lo Evita, es algo cultural… la reunión deportiva más grande que tenemos en el país de la que sacamos a las futuras semillas. Yo soy producto de los Juegos y sin ellos no sé si arrancaba mi carrera deportiva”. “Es una plata bien invertida. El gobierno tiene que entender que vale la pena el esfuerzo y espero que el 2025 lo revea y logremos llevar a todas las categorías”. “Es un error recortar esta área porque sirve como escuela de valores. De hecho la medalla más importante que gané fueron los Evita”, concluyó la atleta diagnosticada con parálisis cerebral en el 2014. Wilson: “Era nuestro Mundial” Wilson Acosta (23) es referente del vóley misionero en la Liga Argentina (LVA) ocupando una posición privilegiada en Defensores de Banfield. Pero antes de insertarse a la élite, el opuesto oriundo de Cerro Azul tuvo un pasado competitivo gracias a los Juegos Evita, torneo elegido para pulir las armas que hoy le permiten sostenerse en el primer nivel. Sin ir más lejos la escuela de su ciudad natal logró consagrarse en la edición del 2013 marcando un punto de inflexión. Así lo reconoce en diálogo con El Territorio: “Fueron muy importantes para mis inicios. Cuando era sub 12, 13 y 14 en Misiones no teníamos competencia, por lo que no podíamos medir el nivel de juego, no sabíamos si estábamos bien o mal. Los Juegos Evita, entonces, eran la prueba para saber en qué situación estábamos tanto individual como colectivamente”. “El jugar contra equipos muy buenos me ayudó a crecer un montón logrando desarrollar muchas cosas como el desenvolvimiento en competencias nacionales. Era el plus que nos daba porque en Mar del Plata competimos con plantillas armadas, con rodaje y experiencia encima”, recordó. Acosta pasó por la selección argentina juvenil y se consagró campeón nacional en Ciudad Vóley. Hoy en Banfield, el misionero no duda en darles el lugar que corresponde a los Juegos: “Era nuestro Mundial y veo que hay muchos chicos en otros deportes que lo siguen viendo de la misma manera. Nos ayuda a seguir creciendo, alimentando las ganas de seguir ligado al deporte”. “Sin dudas me sirvió para desarrollar mi nivel de juego y la capacidad mental para resolver ciertas situaciones”, cerró. Compartí esta nota:
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