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» Elterritorio
Fecha: 10/11/2024 17:59
Luchadora incansable con discapacidad visual, Nabila Bencivenga descubrió en el goalball la oportunidad de competir y de, además, salir de la zona de confort domingo 10 de noviembre de 2024 | 6:05hs. El goalball es un deporte paralímpico creado para personas ciegas y con discapacidad visual. Fotos: Guadalupe de Sousa Nabila Bencivenga, adolescente posadeña de 16 años, demostró que los obstáculos existen sólo para ser superados. A pesar de su discapacidad visual, encontró en el deporte una manera de conectarse con otros, explorar nuevos lugares y vivir experiencias inolvidables. Su participación en los Juegos Nacionales Evita 2024 es el resultado de un esfuerzo de la valentía de salir de su zona de confort para enfrentar nuevos desafíos. Originalmente su intención era clasificar en natación, disciplina en la que entrenó arduamente bajo la guía de su profesor Fernando. Sin embargo, las circunstancias tomaron un giro inesperado. “No clasifiqué, pero esa noche el profesor de natación llamó a mi papá y le dijo que había un cupo en el equipo de goalball, y así fue como comencé a practicar”, le dijo a El Territorio, mostrando perseverancia para animarse a asumir el reto. El goalball, un deporte adaptado especialmente para personas con discapacidad visual, se convirtió en una puerta hacia nuevas sensaciones. Aunque ya había tenido algunas prácticas antes de su viaje, el torneo en Mar del Plata fue su primera experiencia real en la competencia nacional. Nabila junto a la Copa Juego Limpio que quedó en manos Misiones. “Antes había jugado entre conocidos, en una despedida que tuvimos”, recordó. “Pero estar aquí en un torneo oficial, compitiendo contra otras provincias, fue algo totalmente diferente”, agregó. El torneo le dio a Nabila la oportunidad de enfrentarse a equipos de otras provincias. Recordando los partidos, compartió con alegría: “Primero jugamos contra San Juan, después contra Santa Fe. Ganamos algunos, perdimos otros, pero cada partido fue una aventura. Incluso marqué mi primer gol en el torneo, fue increíble”. Más allá de la competencia, los Juegos Evita también le brindaron a la deportista la oportunidad de hacer nuevas amistades y de compartir momentos especiales con otros jóvenes de todo el país. “Conocí a una chica de Córdoba, nos hicimos amigas rápidamente y fue genial compartir tiempo juntas”, contó. Además, mencionó cómo esta experiencia le ayudó a crear lazos más fuertes con sus compañeros de Misiones, con quienes compartió entrenamientos, risas y aprendizajes. La convivencia con chicos de otras provincias no sólo le permitió a Nabila ampliar su círculo social, sino también explorar la diversidad de Argentina. Con una sonrisa, recordó los días que pasó recorriendo Mar del Plata junto a sus nuevos amigos, visitando la playa y disfrutando de cada rincón de la ciudad. “Fui a la playa, caminé por la orilla, compré algunos recuerdos como un anillo, una pulsera y unos alfajores para mi familia. Fue una experiencia inolvidable,” comentó emocionada. Obviamente que el apoyo de su familia fue fundamental en su camino como atleta. “Mis padres estaban felices de que pudiera viajar y vivir esta experiencia. Me dieron todo su respaldo, aunque sé que también estaban un poco nerviosos porque era mi primera vez en una competencia de este nivel”, relató. “Siempre me gustó el deporte, pero ahora me gusta más porque me da la oportunidad de competir, de esforzarme y de probarme a mí misma en algo que nunca había hecho antes”, apuntaló Nabila, quien sabe que su historia puede inspirar a otros jóvenes que enfrentan desafíos similares. Para ellos tiene un mensaje claro: “El goalball es un deporte adaptado y es duro, pero también tiene lo positivo y divertido, es muy lindo. Invito a todos los chicos que tienen alguna discapacidad visual a que se animen a probarlo. Es una oportunidad de hacer amigos, de divertirse y de competir”. A la hora de hablar del futuro su convicción también es clara: “Mi meta es seguir avanzando en el deporte. Quiero llegar tan lejos como pueda y tal vez algún día formar parte de un equipo nacional. Es un sueño que parece infinito, pero sé que es posible si sigo trabajando duro”. A través del deporte, esta chica encontró la fuerza para enfrentar sus desafíos y la alegría de hacer amigos y vivir experiencias inolvidables. Su participación en los Juegos Evita no sólo marca un sueño en su vida, sino que también abrió una puerta hacia un futuro lleno de posibilidades. Compartí esta nota:
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