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Crespo » Paralelo 32
Fecha: 10/11/2024 12:05
Gladys Navarro Espinoza, nacida en la primavera de Las Siete Colinas en pleno estallido de la Segunda Guerra Mundial, es una poeta de alma y docente de vocación. Desde muy joven, ha transitado un camino de letras que le han permitido plasmar en poesía las vivencias de una vida rica en experiencias. Su madre, Argentina Bienvenida Espinoza, fue un pilar fundamental, ofreciendo apoyo y escucha en cada etapa de su vida. Entre la docencia y la obstetricia Gladys inició su carrera docente en 1957 tras graduarse de la Escuela Normal Superior Osvaldo Magnasco a los 18 años. Partió hacia el norte de la provincia para ejercer en Puerto Algarrobo, en la región del Río Feliciano, donde trabajó hasta 1961. Luego, se trasladó a Rosario, Cuna de la Bandera, para estudiar obstetricia. Aunque obtuvo su título, regresó pronto a las aulas, su verdadera pasión. Posteriormente, en Chubut, ejerció en la Escuela N° 68 de Gobernador Costa y más tarde en la Escuela N° 81 de El Hoyo, donde permaneció hasta 1968. Durante sus años en el sur, se casó y fue madre de dos hijos, Sandro y Patricia, quienes también nacieron en su tierra natal. Años después, conocería la alegría de ser abuela de Elián y Camila. El regreso a Las Siete Colinas A finales de los años setenta, Gladys volvió a su ciudad natal, Victoria, donde se incorporó a la Escuela N° 49, actual Escuela N° 48 Nicolás Avellaneda. Allí desarrolló una trayectoria que la llevó a ocupar roles de docente, vicedirectora y finalmente directora, hasta su jubilación en 1994. Su ansia por el aprendizaje la llevó a estudiar también el Profesorado de Enseñanza Primaria y la carrera de Bibliotecología. Si bien intentó cursar Literatura e Historia, la carga horaria le impidió completar esos estudios. Un presente de letras y poesía En el marco del 26° Encuentro Internacional Literario Abrace, celebrado en Victoria, Gladys participó como recitadora de su propia obra. Durante el evento, organizado por el escritor uruguayo Roberto Bianchi e Irma Nélida Jorge, expresó su alegría por compartir su poesía y reflexionó sobre el papel que la escritura ha jugado en su vida. “La poesía, cuando uno la ama, surge desde adentro, es como si algo en ti dijera ‘escribí, escribí’ y no pudieras resistirte”, compartió. Su escritura, explicó, ha sido un reflejo de sus emociones y experiencias; siempre tiene papel y bolígrafo a mano, lista para capturar la inspiración. Gracias a la literatura, Gladys ha viajado a varios países de América Latina y Europa. Recordó con especial cariño a Colombia, donde se sintió cautivada por la amabilidad de la gente en ciudades como Cartagena y Barranquilla. Su dedicación a las letras la ha llevado a publicar varias obras, incluyendo Renacer en la luz, galardonado por la editorial Realidad Alternativa en 2008, y Brotes del Alma, un proyecto colaborativo con otros escritores. Actualmente, se encuentra trabajando en un nuevo libro, Volver a vivir, donde aborda su experiencia personal con una enfermedad que logró superar, y ahora escribe desde un lugar de sanación. Entre tizas, pizarrones y versos, Gladys ha construido una vida marcada por la educación y la poesía, donde cada página escrita es un testimonio de su pasión y resiliencia.
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