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» Rafaela Noticias
Fecha: 10/11/2024 04:23
A los 66 años termina la primaria en Rafaela: "La escuela me enseñó a superarme y a tener confianza en que soy capaz" Por Julio Armando Con una sonrisa llena de orgullo y emoción, Susana Culasso, de 66 años, está a punto de cumplir uno de los sueños más importantes de su vida: graduarse de la escuela primaria. Después de tantos años, y con una historia de perseverancia y fortaleza, Susana cursa su último año en la Escuela Primaria para Adultos N° 21 "Libertador General San Martín" en Rafaela, donde ha encontrado apoyo, amistad y el espacio para cerrar una cuenta pendiente que llevaba desde la niñez. "En el 2022 empecé a cuestionarme sobre terminar la primaria", cuenta Susana en diálogo con Rafaela Noticias, recordando los días de su infancia en San Francisco. De niña, llegó a cursar hasta quinto grado, pero cuando su familia se mudó a Rafaela, no pudo continuar. Fue entonces, con ese anhelo de cerrar una etapa pendiente, que conoció a Nelly, una docente de la escuela para adultos que la orientó para retomar sus estudios. Así, en 2023 regresó a las aulas, esta vez con un compromiso renovado y la decisión de completar ese ciclo de su vida. "Al principio me costó, era todo un desafío", admite Susana. "Pero quería, sí o sí, cerrar este capítulo que me faltaba. Este año me gradúo y me siento muy feliz. Me acompañaron y me contuvieron bastante. Me costaba hablar, integrarme, pero lo fui haciendo. Hoy, puedo decir que me siento muy bien y muy agradecida por haber encontrado esta escuela, por la paciencia y la dedicación de los docentes y los directivos". Para Susana, cada clase y cada trabajo en el aula son un aprendizaje de superación. "Los profes nos dicen que aprenden con nosotros, pero nosotros también aprendemos mucho de ellos. Aprendí cosas que no sabía, la escuela me enseño a superarme a mi misma, a tener confianza, a que soy capaz. El aprendizaje es que si hoy no me salió algo, mañana me va a salir", asegura con su voz serena, pero firme. La historia de Susana también tiene un eco especial en su familia. "Mis hijos, Diego y Paola, están muy felices. Me decían que en la libreta superé las notas que ellos sacaban. Están muy contentos y orgullosos de los pasos que estoy dando", dice con una sonrisa. Cada día en la escuela no sólo le trajo conocimiento académico, sino también experiencias únicas que jamás imaginó vivir. "Para mí todo es nuevo", comenta con brillo en los ojos. "Vamos a museos o a distintos lugares a los que nunca había ido antes". Finalmente, Susana desea enviar un mensaje a quienes, como ella, sienten que aún tienen un pendiente en su vida: "Se puede, hay que intentarlo, y el que tiene esa cuenta pendiente debería cerrarla. Aquí hay docentes y gente que ponen toda la paciencia y el corazón para acompañarnos. Digo muchas gracias a esta escuela y a los docentes que nos reciben cada día". En cada palabra de Susana, late la esperanza y la confianza de que nunca es tarde para aprender, para superarse y, sobre todo, para soñar. Y la escuela, le devolvió esa oportunidad.
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