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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/11/2024 03:15
Estudios en distintos países han puesto el foco en los efectos que puede tener la continuidad de un maestro al frente del mismo curso durante más de un año. En inglés, esta práctica se conoce como “looping”. (Imagen ilustrativa Infobae) Para que haya aprendizaje, primero debe haber una relación, sostienen pedagogos de distintas corrientes. Muchos estudiantes descubren el gusto por una materia gracias al vínculo con el docente que la enseña. No es lo mismo ser anónimo en el aula durante la primera parte del año, que empezar las clases con una maestra que ya conoce bien a cada estudiante: esa familiaridad genera otro clima de trabajo, pero también permite reducir la etapa de diagnóstico y ganar tiempo de aprendizaje. En los últimos años, investigaciones en distintos países han puesto el foco en los efectos que puede tener la continuidad de un maestro al frente del mismo curso durante más de un año. Esta estrategia de asignación de docentes incluso tiene un nombre: en inglés la llaman “looping” (bucle). Distintos estudios coinciden en señalar que esta práctica, que favorece la conformación de aulas donde docentes y estudiantes se conocen mejor entre sí, puede tener impacto positivo en el clima escolar y en los aprendizajes. “La reasignación de los profesores a clases con las que están familiarizados parece ofrecer una estrategia que puede mejorar el desempeño de los estudiantes a bajo costo”, sostiene un estudio titulado “Permanezcamos juntos: Los efectos de la repetición de emparejamientos entre alumnos y profesores en el rendimiento académico”, realizado por los investigadores Facundo Albornoz, David Contreras y Richard Upward, de las universidades de Nottingham y Essex, en el Reino Unido. Esa investigación se enfocó en una muestra de estudiantes de 8° grado en Chile, y encontró que aquellos alumnos que cursaron con el mismo docente del año previo (7°) lograron mejores puntajes en las pruebas estandarizadas. Además del impacto en el aprendizaje, los autores registraron mejoras en la asistencia a clases y en la conducta de los estudiantes. La continuidad de un docente con el mismo grupo de alumnos más allá de un ciclo lectivo es frecuente en varios sistemas educativos, incluyendo China, Finlandia, Suecia, Alemania, Italia y Japón. En Chile, los investigadores estimaron que el 50% de los alumnos suele repetir docente en 7° y 8° grado. En Argentina, esta estrategia se utiliza en muchas escuelas –en nivel inicial, primaria y, en menor medida, secundaria–, pero no hay cifras ni investigación específica sobre el tema. La experiencia de una escuela argentina Una de las escuelas que organiza la asignación de docentes con este esquema en el nivel primario es el Colegio María de Guadalupe, que hace dos semanas ganó un World’s Best School Prize y fue reconocido como la mejor escuela del mundo por su colaboración con la comunidad. En el Colegio María de Guadalupe, ubicado en Tigre, desde primer grado los alumnos tienen cuatro maestras especialistas que los acompañan hasta tercer grado. Luego, otros cuatro docentes acompañan los tres años del segundo ciclo. (Adrián Escandar) En el María de Guadalupe, ubicado en Tigre (provincia de Buenos Aires), desde primer grado los alumnos tienen cuatro maestras especialistas –la de Prácticas del Lenguaje, Matemática, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales– que trabajan de manera articulada y los acompañan hasta tercer grado. En el segundo ciclo de primaria (de cuarto a sexto grado), el esquema se repite con otros cuatro docentes que enseñan a los mismos alumnos durante tres años. “Este formato permite, por un lado, que el docente acompañe el recorrido del alumno y entienda mejor su trayectoria. Por otro lado, favorece que los chicos sean mirados desde distintos enfoques y perspectivas; esa diversidad de miradas permite un acompañamiento más preciso”, señaló Cecilia Brondo, directora general del colegio. La mayoría de los alumnos viene del barrio popular Las Tunas, un contexto de alta vulnerabilidad. “Poder acompañar a niños que tienen realidades tan complejas requiere muchas herramientas de parte del docente y un conocimiento muy profundo de su materia. Por eso buscamos que sean especialistas en su área, y que acompañen el recorrido más allá de un año”, agregó Brondo. La directora del Colegio María de Guadalupe explicó a Infobae que, tras 12 años de implementar este esquema, observan muy buenos resultados. “Encontramos el beneficio de poder mirar de manera más integral a los chicos. En cuanto al aprendizaje, le permite a cada docente entender mejor el punto de partida del alumno. Sabés dónde empezó y dónde está hoy, no con respecto a los demás, sino con respecto a sí mismo. Acompañarlo durante los tres años te permite conocer mejor su trayectoria y ver de primera mano los progresos y desafíos”, describió Brondo. El desafío de la secundaria La organización de los cargos en secundaria implica mayores dificultades para que pueda aplicarse la repetición de docentes en este nivel. De todos modos, en el país cada vez más jurisdicciones promueven que los profesores concentren sus horas en una misma escuela, lo que facilita la implementación de esta estrategia. Gustavo Zorzoli, exrector del Colegio Nacional de Buenos Aires, destacó que la repetición de docentes puede contribuir a una organización más eficiente de la enseñanza. (Agustín Brashich/Ticmas) “Repetir el mismo curso durante dos ciclos lectivos es positivo. En primer lugar, porque conocés al grupo, no tenés que empezar de cero: sabés los nombres de tus estudiantes, la trayectoria que han tenido. Conocés de primera mano sus fortalezas y debilidades, los intereses de cada uno. Esa información te permite planificar la enseñanza de forma más eficiente”, afirmó Gustavo Zorzoli, exrector del Colegio Nacional de Buenos Aires y director del Observatorio de Educación Matemática de la Universidad de la Ciudad. A partir de su experiencia docente, Zorzoli valoró la posibilidad de “acompañar la trayectoria escolar de un grupo de chicos durante dos o incluso tres años”. Desde el punto de vista de los alumnos, “también es una ventaja porque ya conocen la forma de enseñar y de evaluar de ese docente” –sin desconocer que, si hay casos particulares en los que el vínculo docente-alumno no es bueno, la experiencia puede volverse negativa–. Cuando un profesor comienza el año con un grupo que no conoce, el ritmo de trabajo es otro, señaló Zorzoli: “A principio de año hay que empezar a entablar relación, diagnosticar la situación grupal y la de cada uno de los chicos. Eso implica bastante tiempo si se hace en profundidad, y quita tiempo de avanzar en el desarrollo de los contenidos que se prevén para ese año”. En secundaria, Zorzoli consideró que la repetición de docentes “puede funcionar muy bien sobre todo en las materias que están presentes a lo largo de varios años, como Matemática y Lengua”. En esas asignaturas, “si los chicos tuvieran a un mismo docente dos años seguidos, a lo largo de la trayectoria se encontrarían al menos con tres docentes diferentes, o sea que la experiencia en términos de diversidad sería igualmente enriquecedora”. Los límites del “bucle” Mantener a un profesor con el mismo grupo de estudiantes “solo requiere una reasignación de los recursos de enseñanza existentes sin costos adicionales significativos”, plantea el estudio de Albornoz, Contreras y Upward, publicado en la revista Economics of Education Review. “Por lo tanto, si funciona, el looping puede ser una forma neutral en términos presupuestarios de mejorar el rendimiento de los estudiantes”, destacan los autores, pensando en las economías en desarrollo (o en los países donde “no hay plata” para el sistema educativo). De todas maneras, algunos especialistas advierten que la evidencia a favor de repetir docentes no es contundente o que, para que funcione, la estrategia del “bucle” debe acompañarse con otras medidas. También es cierto que algunos docentes prefieren evitar este esquema porque se han “especializado” en los contenidos específicos de un determinado grado o año: no es lo mismo dar Matemática en 5° grado que en 4° o 6°. Claudia Romero, profesora e investigadora de la Universidad Di Tella, advirtió que la falta de evaluaciones de desempeño docente en Argentina dificulta la implementación del "looping". “Lo que sí sabemos, porque hay abundante investigación que lo demuestra, es que cuando existe coherencia entre las prácticas profesionales de los docentes eso produce una enseñanza eficaz que impacta en mejores resultados de aprendizaje. La coherencia fundamentada, por ejemplo, en las formas de evaluar, en el enfoque didáctico, hasta en el modo de comunicarse con las familias, conforma el clima escolar de trabajo”, dijo Claudia Romero, doctora en Educación, profesora e investigadora de la Universidad Di Tella. Romero advirtió que, en el caso de Argentina, el looping podría ser una estrategia fallida “debido a la alta rotación de docentes y ausentismo que implica el reemplazo por suplentes; aunque formalmente se adoptara, de hecho, no se cumpliría en muchísimos casos”. La especialista también mencionó que, “al no haber evaluaciones del desempeño docente, a diferencia de Chile, podría estar asignándose por dos años seguidos el mismo docente con limitadas capacidades para enseñar por ejemplo Matemática, con lo cual los alumnos se verían perjudicados”. “La asignación de docentes a los grupos de alumnos es un tema importante que cada año deben decidir los directores de escuela y en Argentina, aunque de hecho se practique el looping en muchas escuelas, falta investigación sobre esto”, explicó Romero a Infobae. Y concluyó: “Hasta tanto contemos con mejor evidencia, conviene decidir políticas en base a lo que sí sabemos que funciona, aunque sea más costoso: mejorar la formación docente y la coherencia de las prácticas a nivel escuela, para que sea quien sea el docente, exista un piso de calidad en la enseñanza”.
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