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» Diario Cordoba
Fecha: 08/11/2024 17:42
Diferentes trabajos y enfoques científicos intentan abordar cómo detener el deshielo del glaciar Thwaites en la Antártida: la pérdida de hielo cada año como consecuencia del cambio climático antropogénico amenaza la estabilidad de este gigante, que podría desatar un importante aumento en el nivel global de los mares, al propiciar el colapso de otras enormes masas de hielo. Las soluciones de geoingeniería podrían ser una salida momentánea, como construir una cortina masiva, anclada al fondo marino y preservada a flote, para evitar que el agua tibia llegue al glaciar. El glaciar Thwaites ganó notoriedad mundial luego de ser apodado como el “glaciar del día del juicio final” o “del fin del mundo”. No se trata de denominaciones alarmistas, sino de una realidad: la enome masa de hielo ubicada en la Antártida podría generar un devastador evento de elevación del nivel del mar en caso de desaparecer, que literalmente sería capaz de tragarse pequeñas islas y ciudades costeras. ¿Existe una forma de contener su deshielo? Diferencias en el diagnóstico En principio, los científicos no se ponen de acuerdo en cuanto al diagnóstico. Se sabe que el glaciar Thwaites, con un tamaño similar al de Gran Bretaña, está perdiendo hielo rápidamente como consecuencia del calentamiento global y el cambio climático intensificado por la actividad humana, y que su colapso derivaría en efectos encadenados y en la destrucción de otras abismales masas de hielo antárticas, provocando un aumento global en el nivel de los mares. Sin embargo, algunas visiones sugieren un punto de no retorno y otras son más cautelosas. Según un artículo publicado en The Debrief, la mayor diferencia se plantea en dos estudios científicos que se conocieron durante este año: una investigación que apareció en mayo en Proceedings of the National Academy of Sciences reveló el impacto de las corrientes de marea en acelerar el deterioro del glaciar, indicando que se debería actuar con urgencia para evitar su colapso. Por otro lado, una investigación que se publicó en agosto en Science Advances concluyó que el adelgazamiento de Thwaites podría estar estabilizando los acantilados de hielo capaces de producir un deterioro en otras estructuras antárticas, por lo tanto el escenario sería menos dramático en el corto plazo. Más allá de estas divergencias en el diagnóstico, queda claro que la situación del glaciar Thwaites es sumamente compleja y que constituye un riesgo grave para el equilibrio ambiental planetario. Un libro publicado por la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, y resumido en una publicación de la misma universidad, sugiere que la investigación glaciológica debe ampliarse para intentar determinar si las intervenciones de ingeniería aplicadas a las regiones críticas pueden frenar el deshielo de los glaciares, reduciendo así el aumento del nivel del mar. Soluciones para ganar tiempo Aunque aclaran que solamente serían soluciones de urgencia para retrasar los efectos, y que a largo plazo se requieren medidas de fondo inherentes a un cambio de visión sobre el impacto de la actividad humana en el ambiente, los especialistas creen que algunas medidas de geoingeniería podrían dilatar en el tiempo el colapso del glaciar Thwaites y de otras gigantescas masas de hielo de la Antártida. Por ejemplo, uno de los enfoques indica que sería factible construir una cortina de gran tamaño, fijada al fondo marino y sostenida a flote, con el propósito de evitar que el agua tibia impacte sobre el glaciar. Sin embargo, uno de los inconvenientes de esta medida sería la posible interrupción del flujo natural de la vida marina y los nutrientes implicados en su dinámica, según sostienen otras posturas. Además de la discusión científica, el trabajo de la Universidad de Chicago remarca que se prioriza un enfoque en los impactos de los procesos glaciológicos en el bienestar de las sociedades globales, considerando que las intervenciones de geoingeniería se alejarían de la visión tradicional de la investigación en este campo y serían una decisión de urgencia frente a una posible crisis planetaria, ante lo cual se deberían asumir una serie de riesgos ambientales colaterales.
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