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» Diario Cordoba
Fecha: 08/11/2024 08:12
Después de celebrar su décimo aniversario, León Benavente regresan para presentar Nueva sinfonía sobre el caos e iniciar su nueva gira en Murcia, lo que viene siendo habitual. Dicen ellos que con Nueva Sinfonía Sobre el Caos, autoeditado en su propio sello, Laventura (con la colaboración de G.O.Z.Z. Records, Panda Mgmt y Altafonte), quieren pensar que han llegado al lugar exacto al que se dirigían, sin saberlo, con sus pasos anteriores. Y se preguntan "¿somos capaces de mutar y seguir emocionándonos?". Para lograrlo han cambiado los métodos de composición, y en la grabación ha participado por primera vez un productor, Martí Perarnau IV (Mucho, _juno), por su habilidad para transitar entre la electrónica y el rock, amén de su mentalidad fresca y abierta. León Benavente querían un disco corto y directo, canciones clásicas en estructura pero valientes y arriesgadas en la forma, poderosas y bailables, hedonistas y a la vez reflexivas. Esas eran sus premisas. Y estas canciones representan para ellos la sinfonía de un nuevo tiempo en el que parece que vivir rápido es la única solución a una constante incógnita. Con Abraham Boba hablamos del caos de estos tiempos. ¿Qué tal los primeros feedbacks sobre las canciones y el disco? Al final acabamos acertando bastante. Con todos los discos hemos tenido suerte. Nos gusta hacer cosas distintas en cada disco, y ahí te expones a que haya gente que siempre quiera que hagas lo mismo, y tengan una opinión de que les guste menos, pero a nosotros lo que nos importa es que la gente al final acabe percibiendo (que eso sí que está pasando) esas ganas de cambiar las cosas, de hacer discos distintos. Creo que en este disco se ha conseguido de forma más plena lo que llevamos intentando hacer desde “Vamos a volvernos locos” (2019), cuando ya empezamos a jugar con el rock y la electrónica; creo que en este disco es cuando mejor se ha conseguido. Y eso lo percibe la gente también. Venís de cumplir 10 años como grupo, una gira de aniversario, un disco que se gestó en la pandemia, más denso y oscuro... ¿Con este os planteabais iniciar una nueva etapa? De alguna manera lo habéis hecho, porque habéis vuelto a autoeditar con una discográfica propia. Sí, el mundo de la música son ciclos. Supongo que ahora estamos volviendo a muchas cosas del inicio, no musicalmente, no en cuanto a estilo, pero muchas veces, grabando este nuevo disco teníamos como una especie de déjà vu de nuestros primeros momentos en el estudio grabando el primer disco. Hay algo como de esa frescura que hemos intentado transmitir en este nuevo trabajo y que creo que sí que está por ahí. Luego, aquí todo se va transformando a lo largo del tiempo. Igual que estuvimos unos años sacando discos con Warner, ahora hemos decidido autoeditarnos, gestionar nosotros todo, sobre todo elegir los equipos de trabajo que queremos que estén a nuestro lado a la hora de hacer el disco, y aquí es donde empieza este nuevo camino para León Benavente, que tiene que ver con la autoedición con un sello propio. Hasta ahora os habíais autoproducido, pero habéis decidido trabajar con un productor, Martí Perarnau. (¿necesitabais esa mirada externa?), dejasteis la multinacional Warner, incluso habéis cambiado de oficina. Ha habido muchos cambios. ¿Estamos en las ilusiones del principio? Sí, cuando los proyectos empiezan a tener un tiempo, es bueno abrir las puertas, sanearlos, ir cambiando cosas. Nosotros siempre hemos intentado que el cambio se reflejase en lo que escucha el público, en lo musical, y de ahí esta inclusión de Martí Perarnau en la producción musical. Es algo que no habíamos hecho. Todos los discos de León Benavente habían sido autoproducidos... Bueno, autoproducidos musicalmente. La gente, cuando escucha la palabra “producción”, puede ser que se líe. La producción ejecutiva. Eso es. Lo que hemos hecho es autoeditarnos en este disco. Hemos creado un propio sello discográfico, que se llama Laventura precisamente, y con eso es como nos autoeditamos, somos nuestra propia discográfica, pero en la producción musical en sí, en el elemento que estuvo en el estudio trabajando con nosotros las canciones, ese sí que no había aparecido en toda la trayectoria de León Benavente, porque sí que habíamos sido nosotros nuestros propios productores, y esta vez llamamos a Perarnau por,que le conocíamos, nos gustaban los trabajos que había hecho con otros artistas, además era un buen amigo y sobre todo él viene del rock, pero tiene un acercamiento a la electrónica que nos interesaba muchísimo y creímos que podía aportar en esa ecuación, y desde luego fue de las mejores decisiones que tomamos para este disco. Da la sensación de que la industria funciona a base de que los artistas saquen canciones continuamente. ¿Alguna de las medidas que habéis puesto en marcha ahora significan regular vuestra producción (y también vuestro ritmo de vida)? Es verdad que ahora -es una de las temáticas que se trata incluso en el disco- toda esta continua exposición a información no hay tiempo suficiente para poder abarcarla, y obviamente en la música también pasa. Está viviendo unos tiempos de sobreproducción en que es imposible prestar atención a todas las novedades musicales que van saliendo. Nosotros, como supongo que venimos de una generación que nos gusta trabajar en el concepto de disco más que en el concepto de canciones sueltas, vamos siguiendo nuestro camino. Hemos tardado un año y medio en hacer este disco nuevo, para nosotros es el tiempo necesario, y si la industria nos obliga a ir generando contenidos cada dos por tres, pues quizá no estemos ahí como lo hagan otras personas, pero de alguna manera sí estamos también, no tanto en la producción de editar canciones continuamente, que es lo que parece que pide el mercado, sino en estar en los escenarios, hacer conciertos, que quizá todo el mundo que conoce el proyecto de León Benavente sabe que es una de las partes más importantes, todo lo que se desarrolla en escena. Con este título, Nueva sinfonía sobre el caos, que parece sacado de un telediario o de un ensayo científico. ¿qué queréis decir? Precisamente viene de un verso de la canción Su verso. Creo que es bastante explícito. Encontrar siempre una frase o un título que resuma todas las ideas, todos los conceptos que se tratan en las letras de las 10 canciones, siempre es difícil, pero en este caso creo que es superexplícito. Las canciones de León Benavente siempre han tenido un punto de crónica, de lo que vivimos cuando salimos fuera de nuestras casas, pero quizá ahora con la cantidad de información y la sobreexposición a la información, se haga más notorio, más evidente. Hubo un momento que se barajó 'nueva sinfonía' a secas, pero obviamente se nos quedaba un poco clásico de más, y también un poco fuera de lo que se decía, de ese carácter de crónica que tienen algunas canciones. De ahí viene, como esa especie de banda sonora, lo que para nosotros es una banda sonora de los tiempos que vivimos. También está claro que una de las cosas que os mueven es intentar hacer un disco distinto al anterior. ¿Qué disco queríais, cuáles eran vuestras premisas? Ese engranaje entre rock y electrónica que llevamos un tiempo buscando y experimentando con él, por un lado, y por otro lado queríamos un disco de canciones cortas, con estructuras clásicas. Mucha gente dice que, como hoy en día las canciones tienden a ser cortas, si estábamos jugando con eso. No, estábamos jugando más con estructuras clásicas de estrofa - estribillo - puente, algo que no tuviese demasiado desarrollo musical, y que fuese un disco que al terminar tuvieses ganas de volver a escuchar. Es verdad que hay mucha información, sobre todo en lo lírico, en poco tiempo. Es como bastante densidad de mensaje. Supongo que esas son las características con las que empezamos a jugar, siempre intentando también transitar nuevas formas de canción, como La aventura, un tema de pop descarado y luminoso al que quizá nunca habíamos intentado ir tan lejos; quizá había algún acercamiento, alguna canción como La canción del daño de Vamos a volvernos locos, que puede asemejarse a La aventura, pero en el fondo son bastante distintas, al menos en nuestra cabeza. En La aventura habéis contado con Iván Ferreiro. Sí, Iván, aparte de buen amigo, es vecino, y estaba muy cerca del estudio de Galicia donde grabamos, y siempre venía por ahí algunas mañanas a ver qué estábamos haciendo, y justo cuando en La aventura había terminado yo de grabar las voces, la escuchó, le gustó muchísimo la canción, y le dije “¿te apetece grabar aquí una especie de cameo, que no son ni unos coros...”? Yo soy y muy fan de un disco de Cohen que se titula “Death of a ladies man”, que produjo Phil Spector, y ahí hay una canción que no es de las que más me gusta del disco de hecho, pero me hace mucha gracia, porque cuando escuchas la canción no te das cuenta de quién está haciendo unos coros, y luego, cuando lees los créditos, te das cuenta de que está Bob Dylan por ahí, que justo acababa de pasar por el estudio, y Spector le dijo “¿puedes grabar aquí un par de frases?” Y no es una colaboración de Bob Dylan, pero ahí está, y en este caso queríamos hacer lo mismo. Iván se prestó a grabar esta frase, que, por otro lado, cuando escuchó lo que tenía que cantar dijo: "Me representa perfectamente, aunque solo sean dos palabras”. Fue otro de los momentos bonitos, especiales y mágicos que ha generado siempre esta canción, La aventura. Nada es una canción que parece que, igual que el título. Nueva sinfonía sobre el caos, trata sobre esta vida así de rápida, y que parece que es la única solución que hay, y que vosotros os planteáis como una especie de respiro. Me recuerda a esa parte de Sentado en el muelle de la bahía, cuando dice lo de "perdiendo el tiempo". No había visto la analogía con esa canción, pero me parece mu guay, mu bonita. En estos tiempos parece que nos cuesta hacer lo que hacemos: tú eres en base a lo que produces, y muchas veces, prácticamente la única forma de sentirse valorado es en base a lo que tú produzcas. De vez en cuando, para cosas como la creación, también se acaba como traspasando esa hiperactividad, parece que tienes que estar haciendo continuamente, publicando canciones, otra canción, y muchas veces, intentar que cuando te vuelvas a poner a trabajar, las cosas al menos partan de un punto inicial distinto, tiene que ver con eso, con parar, no hacer absolutamente nada y vaciarse. Hay también una especie de manifiesto sobre la modernidad y la forma de vivir en este tiempo: A la moda alude un poco a toda esta historia del teléfono, las redes sociales, las pantallas, y el completo enganche a esto ¿no? Sí, totalmente, es de las más explícitas del disco. Volvemos a ese carácter de crónica que creo que las canciones de León Benavente siempre han intentado tener. Quizá en 2013 era un tipo de crónica la que nos interesaba, y ahora es otra, pero todas son canciones pegadas a nuestro día a día. Por otro lado, esa canción está hecha con mucho sentido del humor. Creo que también es importante a la hora de acercarse a los temas, igual que dotarlos de cierto grado de solemnidad, siempre tener ese punto de ironía o sarcasmo que hace que a lo mejor acaba teniendo más impacto ese mensaje que realmente intentando hacer palabras grandes y poéticas. Apariencia, postureo, escaparatismo... El festín, aunque no sea una novedad para nosotros, me recuerda a alguna escena de El ángel exterminador. En otros tiempos, cuando se proyectaba esta película, siempre había alguien a la salida que decía, como en una peli de Woody Allen, “la clave está en el oso”. ¿Te has inspirado en ella? [Ríe] Sí, tiene una primera chispa en esa película de Buñuel. También era una forma de ponerse como observador, que es algo que tampoco suelo hacer a la hora de escribir, como describir escenas, y por eso tiene ese carácter un poco fílmico, que hace que recuerden muchas de las imágenes que se crean en la canción a El Ángel exterminador. Hay gente que le ha recordado a La gran belleza... No sé, creo que es como una canción muy visual y crea muchas imágenes cinematográficas. Martí Perarnau es artífice del enfoque electrónico. Ya habíais tenido vuestros pinitos dentro de la electrónica. ¿Fueron las propias canciones a medida que se desarrollaban, las que os acabaron llevando en esa dirección? Algunas estaban más atisbadas así en las demos, iban a tener algún carácter electrónico, otras eran más indefinidas y acabaron tirando por lo electrónico o por algo más rock, pero en cualquier caso fue algo que fuimos construyendo los 5 en el local, y fue de las cosas más bonitas, poner ideas en común. Dejamos las canciones un poco más abiertas que otras veces que habíamos ido al estudio, y hubo veces que canciones que quedaron como Baile existencialista por ejemplo, que es una de las más rock que hemos hecho últimamente, como rock abrasivo, o algo que parecía un premix, como Úsame o tírame, que es la más electrónica. En el fondo era ir jugando con instrumentos como quien tiene una paleta de colores, e ir viendo hacia dónde iban, si tiraba más a un carácter más electrónico o más de rock sofisticado a través de la electrónica. Sin embargo, quizás seáis un grupo más rock que antes incluso, a pesar de todo el influjo electrónico. Es que es tan amplia esa etiqueta que hay muchas manerase traspasarla. Nosotros, supongo que como actitud, como lo que se puede ver en escena, somos una banda de rock, pero también somos una batidora de estilos, y creo que eso también ha sido una de las características de León Benavente. En un mismo concierto puedes encontrar muchas sensaciones distintas. ¿Vosotros también habéis aplicado aquella máxima de "piensa mientras bailas"? Totalmente. A este disco desde luego que sí. Otro de los títulos que se barajó era Reflexiones en la pista de baile o algo así, pero luego nos dimos cuenta de que se parecía a uno de Madonna. De nuevo abrís gira en Murcia. Supongo que tenéis muchas ganas de estrenar estas canciones. ¿Cómo habéis planteado el directo? Hace poco que terminamos los ensayos de la gira, estuvimos 10, 11 días concentrados trabando todo el repertorio nuevo, y haciendo un 'setlist' muy exhaustivo de estos años, y estamos muy contentos. Yo creo que van a ser los mejores conciertos de León Benavente, y no lo digo por decir. Estábamos realmente emocionados cuando terminamos de trabajar las canciones nuevas, porque además ya vemos que crecen, que es lo que pasa siempre con las canciones, que las grabas en un disco pero luego tienen su vida propia cuando las empiezas a tocar en directo, y ya hemos visto que empiezan a crecer incluso en los ensayos. Luego siempre nosotros somos un grupo que la gente sabe que cada concierto intentamos cambiar el espectáculo, el juego de luces, que el sonido sea cada vez mejor, y tenemos muchísimas ganas de empezar. Y las guitarras no las habéis aparcado, están ahí también. No, el que venga ya comprobará que son los conciertos más abrasivos de L B hasta la fecha.
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