08/11/2024 15:45
08/11/2024 15:44
08/11/2024 15:44
08/11/2024 15:44
08/11/2024 15:44
08/11/2024 15:44
08/11/2024 15:44
08/11/2024 15:43
08/11/2024 15:43
08/11/2024 15:43
» Diario Cordoba
Fecha: 08/11/2024 07:52
Merche ha sido nadadora durante toda la vida. Casi se podría decir que aprendió a nadar antes que a caminar. ¡Cuántas apneas curtieron aquellos pulmones que hoy cogen aire para coser sus heridas con hilo resistente al agua estancada y podrida! ¡Cuántos quilómetros recorridos siguiendo la estela del objetivo! ¡Cuántos virajes realizados a conciencia y cuántos metros trazados con un nado subacuático que siempre terminaba ofreciendo aire renovado en la superficie! Hoy, ella, como muchos otros nadadores valencianos, se pregunta si el agua ha dejado de ser esa amiga en la que siempre se ha sentido más fuerte que en tierra. Para Tales de Mileto, filósofo griego presocrático, el agua era el ‘principio de todas las cosas’, y siempre se ha dicho que ‘el agua es vida’. Seguirá siéndolo, pero el líquido elemento, que hoy anega miles de corazones, también depende de esa fuerza superior, la naturaleza, que nunca podría ser gobernada por una tropa espartana repleta de ‘Phelps’ de la vida. Aunque siempre se ha aceptado que hay deportistas que ‘se entrenan solos’, gracias a su innato talento y espíritu libre, cuando el nadador, por ejemplo, triunfa, suele haber junto a él un entrenador encomiable. Sin embargo, quienes ahora debieran realizar las tareas de instructores o de capitanes de un barco que ya ha naufragado solo lucen el diploma y los galones de la ineptitud. Tomemos ejemplo, pues, de los civiles que se han convertido en los mejores compañeros de equipo y han ofrecido sus pulmones, pies y manos para que los valencianos puedan terminar cuanto antes el nado subacuático más largo de sus vidas.
Ver noticia original