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» Misionesopina
Fecha: 08/11/2024 03:10
Transcurrida la zafra gruesa de yerba mate en este primer año de libre mercado implementado por el Gobierno de la Nación, el agrónomo Ricardo Maciel, quien acompaña como Director por la Provincia de Misiones la gestión del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), evalúa el impacto en los sectores más vulnerables e identifica fortalezas para enfrentar la crisis social y económica que se evidencia. Qué balance hace para el sector yerbatero a casi un año del gobierno de Javier Milei con desregulación de la economía, con la eliminación de facultades del INYM, siendo quizás las de mayor impacto la posibilidad de establecer un precio de referencia para la materia prima, después de 22 años de hacerlo sistemáticamente, y el no nombramiento de un Presidente para la Institución… Hemos trascurrido la primera zafra gruesa en este año de desregulación. Y en yerba mate, el libre mercado no es tan libre. Como dijo Perón: a la economía la controla el Estado en beneficio del pueblo o lo hacen los grandes capitales en perjuicio de éste. Esto último es lo que ocurre actualmente. Hoy asistimos a una terrible transferencia de recursos de miles de productores hacia un grupo concentrado que aumentó su poder, aumentó su capacidad de compra y que son no más de cinco industrias que manejan el mercado. El sistema cooperativo también está en riesgo a partir de estas políticas si se prolongan en el tiempo. Tenemos la experiencia en la década del 90 cuando entidades insignias como la Cooperativa Agrícola de Eldorado, la Cooperativa Agrícola Limitada de Oberá o la Cooperativa Picada Libertad de Leandro N Alem, cayeron por presión del sector privado, dejando a los productores dispersos y debilitados para negociar. Todos deben saber, no solo quienes están en esta actividad, que cuando dicen “el mercado paga” es que hay industrias que están abusando de una situación dominante sobre miles de productores. Los números hablan por sí solos: el año pasado pagaban al productor por encima del valor oficial, 370 pesos el kilo de hija verde, y después de la desregulación económica, el precio se desplomó por debajo de los 200 pesos, mientras sigue aumentando el combustible y otros insumos que necesitan, y con ese valor ni siquiera cubren los costos de cosecha y flete. Esta situación ya la vivimos en la década del 90, donde se produjo una enorme transferencia y concentración de la actividad yerbatera, y en esta oportunidad, si no hacemos algo nuevo para superar esta instancia negativa para los productores, tareferos y cooperativas, que son la mayoría, o la revertimos, dentro de tres o cuatro años, la concentración de las industrias integradas va a ser casi total. Tan severa es esta desregulación de la economía, con impacto directo en el poder adquisitivo de todos, que cayó 10 por ciento el consumo de yerba mate este año, entre muchos otros productos. Aquí hay que hacer notar que el precio que el consumidor paga hoy por kilo de yerba elaborada es suficiente para que la industria pague un valor muy superior de lo que está pagando por la materia prima. Hay quienes indican que la crisis es generada por una mayor cantidad de hoja verde cosechada en esta última zafra. ¿Qué opina Usted? Es cierto que tuvimos una buena producción. Nuestro equipo técnico, el INYM, trabaja para que los productores conserven el suelo, el agua y mejoren sus rendimientos. Tenemos ahora un mayor volumen de producción de hoja verde y esto les viene muy bien a quienes defienden el modelo anarcocapitalista para decir que pagan precios tan bajos por la materia prima porque hay sobreoferta de hoja verde, y en ese escenario, las industrias, que nadie dice quiénes son, que no le ponen rostros, y las políticas de libre mercado que implementó el Gobierno Nacional, pasan a ser actores abstractos, quedan como que no son responsables de la crisis actual de baja de precio. Lo llamativo es que para estas grandes industrias y para los Gobiernos liberales, el productor siempre tiene la culpa: si su yerbal rinde poco, es ineficiente y si mejora el rendimiento, es el culpable de la sobreoferta… Incluso, a fines de los 90, habían estudios y planteos técnicos que decían que había que reducir la oferta de hoja y eso significaba reconvertir productores yerbateros en otra actividad, o sea siempre planteando que el sector productivo es el que tiene que ajustarse en el esquema. Pero la realidad es que lo que hoy está generando un situación de presión en el mercado es la yerba que está en poder de estos grupos concentrados, es decir el stock de yerba canchada que tienen en sus depósitos y que los pone en posición dominante, respaldados, claro, por la decisión nacional de no fijar valores para la materia prima desde la Institución y haber promovido, desde comienzos de año, la importación de yerba canchada desde Paraguay y Brasil. De hecho, el INYM previó medidas para evitar una sobre oferta de hoja verde. Es decir: se ocupó con antelación, con acciones concretas, de este tema. Así es. Hemos aprobado en el año 2021 la Resolución 170 para un ordenamiento equitativo de las nuevas plantaciones de yerba mate, una medida tomada con respaldo sólido desde lo técnico y desde lo legal para evitar un desequilibrio entre oferta y demanda y la consecuente crisis socioeconómica. Lo que estamos viviendo hoy pone en relieve esa medida, que muchos referentes locales cuestionaron y criticaron, acompañando la judicialización para frenarla, acusándonos de achicar el negocio, y esos mismos actores hoy plantean, insólitamente, una inacción del INYM y del Gobierno provincial de no prevenir esta situación…. En un sistema de producción donde predomina el minifundio, la agricultura familiar, es necesario el rol del Estado, articulando entre las partes para que las fuerzas que menos tienen estén equiparadas con las que más tienen a la hora de comercializar su producción. Por eso era importante establecer precios en el INYM, que nunca fue una imposición del valor de la materia prima sino un acuerdo entre las partes, el sector privado y los gobiernos de las provincias productoras, y si no había acuerdo, Nación laudaba a partir de las distintas posiciones. Y por supuesto que tienen que haber mecanismos que permitan establecer un precio referencial para la materia prima. Todas las actividades, todos los productos que se comercializan, lo tienen. Por ejemplo, la soja, si bien es un commodity, tiene precios internacionales de referencia. ¿Por qué la yerba debe prescindir de ello? Está demostrado que la situación actual para los productores es el peor escenario. También lo es para los tareferos y las cooperativas, y no solamente para la actividad yerbatera sino para todo el sistema de agricultura familiar. Reivindica entonces el rol del Estado y del INYM El rol del Estado es fundamental. Por eso en Misiones se resalta en políticas públicas hacia el sector agrícola productivo. Los agricultores familiares requieren del Estado para asistencia técnica, acceso al crédito y a tecnología, y que el Gobierno Nacional limite la capacidad de trabajo del INYM o del INTA, los pone en situación crítica. Como Provincia estamos acompañando a través de distintos organismos, pero en Nación especialmente el tema yerbatero, que involucra a dos provincias productoras y otras provincias que tienen industrias yerbateras, creo que es central una institución nacional como el INYM. Estamos absolutamente a favor de seguir sosteniendo un sistema de producción yerbatera con miles de productores en la actividad y no que la actividad termine en manos de 5 o 6 industrias integradas. Frente a un escenario donde no está en sus manos cambiar la desregulación de la economía, ¿ qué cree que se puede hacer para cuidar el segmento más vulnerable de la cadena yerbatera: tareferos, pequeños y medianos productores y cooperativas? Lo que se viene es fortalecer nuestra producción de yerba mate misionera, producida por la familia agraria, en forma cooperativa y asociada al monte, al agua, paisaje… Tenemos yerba mate con un fuerte componente social y ambiental. Tenemos pequeñas cooperativas que trabajan muy bien con productores haciendo yerba mate canchada en todo el territorio y que la siguiente etapa es hacer yerba molida. El INYM tiene competencia nacional. Si bien ahora no puede fijar el precio y seguimos sin un Presidente designado por Nación, es una institución que le da formalidad a la cadena yerbatera al reunir datos estadísticos y fiscalizar, generando trazabilidad, lo que hace que se cuide, entre otras cosas, la calidad del alimento y si se afecta eso, perdemos consumidores, no se pueden abrir nuevos mercados, pierde toda la cadena, todo el sector. Pero además, esto de la trazabilidad es importante porque de lo contrario se da lugar a la informalidad, a la competencia desleal, adulterando el producto, como ya pasó tiempo atrás. Otro logro es la Corresponsabilidad Gremial, dando formalidad al trabajo en el sector, pensado para mejorar la situación del tarefero. Con la Institución, pusimos en marcha el Plan Estratégico, se consolidaron nuevos emprendimientos generando más empleo, las ventas de yerba mate elaborada se incrementaron, cuidamos la calidad, y se facilitó la incorporación de herramientas y tecnología mejorando las condiciones de trabajo y la eficiencia, además de otorgar becas para estudiantes e investigaciones. Pienso que debemos orientar la promoción del producto más asociada a lo que decía recién: un producto natural que se obtiene con agricultura familiar, cooperativas, y en un territorio provincial que tiene un tercio dentro de un marco de conservación. En esa línea, creo que nuestro equipo técnico debe seguir orientando las prácticas para fortalecer nuestro producto que de por si es singular y aún más por estar asociado a la naturaleza y a la agricultura familiar y cooperativas, aspectos que lo jerarquizan y posicionan en la cadena de comercialización.
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