Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Intoxicación

    » Diario Cordoba

    Fecha: 07/11/2024 11:40

    Lo venimos diciendo, desde hace mucho tiempo y en muchas columnas, estamos asistiendo a un grave proceso de mentir y crear noticias falsas desde grupos interesados en desestabilizar la democracia. Personas sin escrúpulos que tratan de alterar la convivencia y el debido respeto institucional. Este totum revolutum beneficia a ciertas personas, a grupos poderosos y mesías salva patrias, que a pesar de quedar muy claro sus aviesas intenciones, algunos apoyan con la manifiesta intención de reventar el sistema. Afortunadamente, el rey de España Felipe VI lo ha dicho alto y claro, sin papel redactado, salido de su corazón y pronunciado por sus labios: «No hagáis caso a todo lo que se publica porque hay mucha intoxicación. Mucha intoxicación informativa y hay muchas personas interesadas en esto. ¿Para qué? Para que haya caos». No podía decirlo mejor y más convincente. Un discurso contundente en un momento muy doloroso. No se puede ser informador por la mañana, sectario por la tarde y hooligan o hincha por la noche. No se puede estar con Dios y excitar a la violencia. Ninguna persona con responsabilidad ni debe ni puede contribuir a la intoxicación. Estamos sorprendidos de las actitudes individuales que conforman los chicos del coro. El Rey concluye en su alegato improvisado que con toda esta intoxicación se busca el caos. Es decir, la confusión, el desorden y la apatía. Se puede extender aquello de todos son iguales, todos vienen a lo mismo, y así, poco a poco, la deriva extremista y abstencionista va creciendo, para en un corto plazo lograr objetivos políticos y económicos. Controlar los resortes del sistema económico y favorecer a grupos minoritarios salvadores de España. Otros artículos de Manuel Muñoz Rojo Guadalquivir Sueños son Guadalquivir La realidad Guadalquivir Lo oculto Quienes agitan, directa o indirectamente, la intoxicación informativa, son «personas interesadas», con una grave responsabilidad social. Todo no vale, crear bulos, difundirlos, mentir, difamar, ofender, faltar al decoro, incluso, ofender a Dios, que es amor al prójimo como a ti mismo. No se puede estar con Dios y con el Diablo; en mayúscula, el diablo como mal, como ser dañino, como elemento intoxicador. Felipe VI apela a nuestra inteligencia y capacidad de discernir: «No hagáis caso a todo lo que se publica». A partir de ahí, hacemos una defensa encendida de la libertad de expresión y el derecho a la información. Libertad de expresión es el derecho a manifestar y difundir libremente ideas, opiniones o informaciones, pero, nuestra Constitución consagra el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Se lo deben hacer mirar algunos y algunas. Como diría el castizo, que no te den gato por liebre. *Doctor en Historia

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por