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» Elterritorio
Fecha: 06/11/2024 01:31
Desde Asunción, Marco Bogarín llegó para liderar un conversatorio de fotógrafos y reflexión del quehacer artístico martes 05 de noviembre de 2024 | 18:08hs. “Me desenamoré, para enamorarme del arte”, sentenció Marco Bogarín ante un auditorio de entusiastas estudiosos de la fotografía. En una charla distendida en la que participaron alumnos, fotografos profesionales y amateurs y otros curiosos de distintas edades, la reflexión fue más allá del ojo avezado que necesita un fotógrafo. El concepto de contar una historia -en este caso en una imagen- la necesidad de involucrarse en el contexto e investigar el concepto a retratar, la capacidad de edición y entender que cuánto menos se perciba la técnica mejor es la obra de arte, fueron ejes que se sucedieron en el desarrollo de la charla y se equipararon a todo el quehacer artístico. Bogarín, argentino instalado en Asunción desde hace más de 24 años, cosecha una vasta experiencia en fotografía publicitaria y cine (fue parte de Leal, la primera película paraguaya en ingresar al catálogo de Netflix, por ejemplo) principalmente y reveló ante la atenta mirada y escucha de los presentes un repaso sobre su aprendizaje, errores y crecimiento en el rubro. Con ejemplos prácticos y anécdotas personales, el intercambio entre disertante y público fue fluido, sacando la chapa de docente que ostenta Bogarín en el marco del apacible espacio que ofrece el complejo La Aventura. Diseñador gráfico, Marco se sumergió en el universo de la cámara, casi por error, según graficó, tras divorciarse y encontrar en un grupo de fotografía, un pasatiempo ideal. Así, desde hace casi 20 años, busca profesionalizarse y perfeccionarse en el arte donde encontró su identidad. Es que dentro de las pautas que postuló como clave, estuvo la del autoconocerse y entender que todo lo que vimos y percibimos en la vida, hace a la cultura visual que construimos. En esa línea, reveló que es necesario “encontrar los recursos para mostrar lo que me gusta, como me gusta” ya que la definición de arte siempre será subjetiva. “No se puede comprar la experiencia, la tenés que hacer vos, día a día, mes a mes, año a año”, agregó sobre la búsqueda de diferenciación de todo artista. Refiriendo ejemplos del maestro de maestros Sebastião Salgado y habiendo asistido a una conmovedora presentación de Manu Chao en Posadas, Bogarín determinó que para que una obra de autor tenga magia, arte, debería incluir la sensibilidad, el empatizar y conectarse con el entorno. Por eso, mientras el conversatorio se extendió en ejemplos puntuales de formas de trabajo, especificidades técnicas, nuevas herramientas, el uso de la Inteligencia Artificial para potenciar o efectivizar recursos, el fotógrafo recordó la importancia de acercarse a otras realidades, viajar, descubrir otros aromas, otros sabores y sentir otras vibraciones. En definitiva, abrir la cabeza, para abrir mejor los ojos ¿o viceversa?
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