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» Voxpopuli
Fecha: 04/11/2024 16:00
En un esfuerzo compartido la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y la Fundación Hora de Obrar realizaron una serie de plantaciones en la Reserva Guaraní de Usos Múltiples en Fracrán, Misiones, para recuperar áreas arrasadas por incendios ocurridos en 2022. Con la participación de estudiantes y el uso de técnicas avanzadas de conservación las jornadas de reforestación no solo devuelven vida a la reserva Guaraní, sino que forman profesionales comprometidos y comprometidas con el cuidado del bosque nativo. En el verano de 2022, un devastador incendio afectó unas 270 hectáreas de la Reserva Guaraní, un territorio protegido que forma parte de la Reserva de Biosfera Yabotí y preserva parte de la Selva Misionera que la provincia comparte con otras áreas naturales de Sudamérica llamada Mata Atlántica. “Este bosque continuo es uno de los más grandes después del Amazonas, y la recuperación es esencial para mantener su biodiversidad y resiliencia frente al cambio climático”, explicó Romario Dohmann, responsable de proyectos ambientales de la Fundación Hora de Obrar. Abordaje integrador: reforestación y educación Con el apoyo de estudiantes de la carrera de Ingeniería forestal y del profesorado de Biología de la UNaM, recientemente se plantaron 250 ejemplares nativos nuevos en la Reserva, sumando más de 4,000 árboles en esta área, que se monitorean periódicamente. “Este trabajo no solo restaura áreas dañadas, sino que también genera conocimiento, investigación y sensibilización sobre los efectos del cambio climático”, destacó Dohmann. De esta manera se enriquece la formación académica y práctica en conservación y manejo de bosques de futuros profesionales como Anabela López. “La restauración de bosques nativos es una oportunidad para aplicar lo aprendido y comprender en la práctica lo que significa recuperar áreas degradadas por incendios y el cambio climático”, comentó la estudiante. Enfoque práctico con metodologías científicas Árboles como el camboatá, la cañafístola y pitanga, se plantaron en fajas de 100 metros paralelas a un arroyo con tutores y aplicación de hidrogel para asegurar la retención de humedad, una estrategia que favorece la supervivencia en condiciones de sequía. Claudio Dummel, docente universitario y responsable técnico de la Reserva Guaraní, enfatizó la importancia de la diversidad genética en este proceso, ya que las plantas provienen de varias fuentes, incluyendo viveros asociados y bancos de semillas locales de la universidad, para fortalecer la adaptabilidad del bosque. “Queremos que esta plantación armonice con el entorno y favorezca la regeneración de la estructura natural del bosque”, señaló Dummel.
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