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» Diario Cordoba
Fecha: 04/11/2024 15:55
Estados Unidos celebra este martes unas elecciones presidenciales que pueden cambiar el rumbo de la primera potencia mundial. Sin embargo, su futuro político va más allá de si Donald Trump o Kamala Harris se convierten en los próximos inquilinos de la Casa Blanca. Y es que los comicios del martes también servirán para elegir la composición del Congreso estadounidense, crucial para la redacción y aprobación de todo tipo de leyes, pero también para la designación de los principales cargos políticos y judiciales del país. Cámara de Representantes Este 5 de noviembre, EEUU renovará por completo los 435 escaños de la Cámara de Representantes. Desde finales de 2022, la Cámara baja del poder legislativo ha estado controlada por los republicanos, que ostentan una mayoría de 222 representantes. Eso les ha permitido paralizar leyes, iniciar un impeachment contra Joe Biden y lograr la destitución del Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas. Sin embargo, ese período también ha estado marcado por las disputas internas entre los conservadores, conflictos que han contribuido a la disfunción del Congreso. Los sondeos apuntan a que los republicanos tienen un 52% de probabilidades de mantener su control de la Cámara. Aun así, que se tiña de rojo (republicano) o de azul (demócrata) terminará dependiendo de un pequeño número de elecciones muy competidas. Según el portal especializado FiveThirtyEight, los escaños más reñidos se disputarán en distritos congresionales en Nueva York, California, Michigan, Washington o Alaska. Senado Las elecciones del martes también servirán para cambiar la composición de poco más de un tercio del Senado, con un total de 34 escaños en juego. Actualmente, la Cámara alta del brazo legislativo cuenta con 49 senadores republicanos, 47 demócratas y cuatro de independientes. Estos últimos han formado parte del bloque azul otorgándoles formalmente la mayoría. Las proyecciones de FiveThirtyEight estiman que, con una probabilidad del 88%, el próximo Senado estará gobernado por los conservadores. Eso se debe a que a los progresistas les toca defender más escaños en juego y en carreras más complicadas. No obstante, podría haber sorpresas. Seis de las siete elecciones más importantes para este ciclo podrían decantarse del lado azul, según los sondeos. Control estratégico Controlar el Senado es un objetivo estratégico de ambos partidos, pues es vital para la aprobación de las propuestas legislativas de la Cámara de Representantes o de tratados internacionales, pero también porque ahí es donde deben confirmarse los cargos del próximo Gobierno estadounidense o del Tribunal Supremo. Así, hacerse con el Senado permitiría a demócratas y republicanos acelerar su agenda política si ganan la presidencia o bloquearla si lo logra su rival. De materializarse las predicciones más recientes, los republicanos podrían estar al mando de las dos cámaras del Congreso, lo que les permitiría ostentar un control absoluto del proceso legislativo. Si Trump obtiene su segunda victoria presidencial, volverían a concentrar la misma cuota de poder que en 2017. Si los demócratas ganan la presidencia pero pierden el Senado, Harris se verá maniatada como le sucedió a Barack Obama al final de su segundo mandato.
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