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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/11/2024 14:55
La labor de estos perros es vital para encontrar personas que quedan enterradas bajo avalanchas (Karl-Josef Hildenbrand/dpa) Con la llegada del invierno y el paisaje cubierto de nieve, un equipo de héroes de cuatro patas se prepara para enfrentar los desafíos de la temporada. Los perros de avalancha, con su excepcional sentido del olfato y velocidad, se entrenan intensamente para llevar a cabo rescates en situaciones extremas. Estos incansables compañeros caninos son parte esencial de las operaciones de salvamento en zonas montañosas como el estado de Utah en Estados Unidos, donde el tiempo y la precisión son cruciales. La dedicación y el entrenamiento riguroso de estos perros marcan la diferencia entre la vida y la muerte en momentos críticos, convirtiéndolos en verdaderos salvadores sobre la nieve. ¿Cómo entrenan a estos perros? Estos perros son entrenados desde cachorros (AP Foto/Daniel Cole) El adiestramiento de un perro es un proceso que toma tiempo y comienza cuando los animales tienen 49 días de edad, de acuerdo con una nota publicada por la revista especializada en ciencia y tecnología, Popular Science. Eligen a perros para esta labor porque son excelentes para la búsqueda y el rescate, de acuerdo con Andy Van Houten, presidente del Wasatch Backcountry Rescue (WBR), una organización sin fines de lucro que supervisa el entrenamiento de este tipo de perros en 11 estaciones de esquí en Utah. “Y ser mejores para encontrar esquiadores sepultados fuera de los límites de la estación o en el interior de la montaña puede significar salvar vidas en rescates o misiones de recuperación”, menciona Van Houten. Aunque comúnmente se utilizan labradores, también pueden ser pastores alemanes o border collies. En septiembre, los perros llegan a un complejo donde los adiestradores se encargan de su educación y cuidado. El primer invierno pasarán toda la temporada aclimatándose a la vida en la estación y a todas las vistas, sonidos y olores que conlleva ser un perro de rescate. “Los adiestradores esquiarán con los cachorros en sus chaquetas, subirán a los remontes con ellos, los presentarán a sus compañeros de trabajo y a los huéspedes de la estación, montarán en helicóptero y los familiarizarán con los sonidos de los explosivos, como los necesarios para mitigar los efectos de las avalanchas y los rescates”, menciona el artículo. Al finalizar la temporada, iniciarán un entrenamiento de obediencia que incluirá simulacros para mejorar sus habilidades de búsqueda y rescate. Aunque pueda parecer serio, se les enseña a localizar personas escondidas a través de un juego de tira y afloja. Primero, el perro se acostumbra al olor humano pasando mucho tiempo con su cuidador. Luego, en lo que llaman “ejercicios de escapada”, el cuidador hace que el perro se emocione, le dice que se quede quieto, se aleja corriendo y se esconde. Cuando se le da al perro la orden de “buscar”, debe encontrar a su cuidador escondido, cuando lo hace pueden jugar al tira y afloja con un juguete que el cuidador tiene en el bolsillo. “Para el perro es un gran juego de escondite… El entrenamiento es similar al principio del Perro de Pavlov y al condicionamiento clásico: una vez entrenados, escuchan la palabra ´búsqueda´, que provoca una respuesta (en este caso, encontrar un humano enterrado) que saben que resulta en una recompensa (un juego que disfrutan)”, menciona Popular Science citando a Van Houten. Oler y correr del peligro Estos perros utiizan su olfato y agilidad para encontrar personas enterradas en la nieve (Instagram/dalbey22) Los perros utilizan su olfato para encontrar a personas enterradas en la nieve, pues tienen este sentido muy desarrollado. Esto se logra gracias a que los humanos liberan partículas de piel que son tan ligeras que pueden flotar y subir a través de la nieve. Los perros entrenados pueden detectar este olor y moverse rápidamente por el área hasta encontrar el punto donde la concentración es mayor, que está justo encima de una persona enterrada en la nieve. Esta sorprendente habilidad se mezcla con su agilidad, pues aunque los humanos fueran capaces de olfatear a sus compañeros en apuros, los canes pueden moverse entre obstáculos de una forma más rápida y efectiva en un terreno blando como la nieve. “Además, los perros no necesitan capas y capas de equipo de protección ni equipamiento especializado como las personas; son resistentes y están bien equipados para las inclemencias del tiempo”, afirma Van Houten.
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