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Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 04/11/2024 13:30
La siempre vigente Estancia “San Ambrosio”, ubicada sobre ruta nacional Nº 12, a 5 kilómetros al norte de nuestra ciudad, ofrece espacios ideales para celebraciones, basándose en la cantidad de personas. La estancia se puede alquilar por día completo o por hora. En el inmueble pueden efectuarse reuniones corporativas o familiares, casamientos, cumpleaños, retreats (retiros) de bienestar, celebraciones de aniversarios, talleres, cursos, fiestas de fin de año. Por consultas: Instagram @estanciasanambrosio Con más de 120 años de antigüedad, este tesoro del pasado, en las últimas décadas ha sido un lugar de visitas y de alquiler para fiestas o recreación temporaria. El palacio consta de galerías, cuartos con balcón y miradores al parque tanto en el primero como en el segundo piso, terrazas, mobiliario de época, cuadros de color sepia que desnudan la historia de una familia: todo está bien conservado en esta casa que se mantuvo viva durante años. Cada mueble cuenta su propia historia. Por, ejemplo, se encuentra el escritorio donde se firmó, en enero de 1822, el Tratado del Cuadrilátero entre las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos, con el fin de instalar la paz y la defensa mutua de sus fronteras contra la amenaza de España y Portugal. HISTORIA Transcurría 1840 cuando el vasco Juan Bautista Mihura llegó a la Argentina, con 20 años y mucho entusiasmo. Fue directo a Gualeguay, Entre Ríos, donde se estableció y junto a otros vascos como los Parachú, Elizalde, Marcó y Laurencena creó el primer saladero de carne vacuna en Puerto Ruiz, a orillas del río Gualeguay. Juan Bautista fundó 16 estancias agrícola-ganaderas, construyó el primer molino harinero de la provincia en la ciudad de Nogoyá, así como el primer establecimiento arrocero. En 1906 Juan Bautista compró la Estancia Las Colas, San Ambrosio, que era un puesto de Las Colas. Pocos años después, al fallecer Juan Bautista, sus 11 hijos heredan los numerosos establecimientos. Las Colas la reciben sus hijos Emilio y Alberto Ramón, que en 1917 deciden su separación, a Emilio le toca el puesto San Ambrosio, con 4.000 hectáreas, que luego amplía comprando 2.000 hectáreas más. Emilio, repartido entre sus actividades de la administración del establecimiento y en participar en política, siendo un importante dirigente. Fue Vicegobernador de Celestino Marcó, al asumir la presidencia Marcelo T. de Alvear lo nombra Director de Correos y Telecomunicaciones y poco tiempo después como ministro de Agricultura hasta el final de su mandato. Emilio en 1917 encargó al diseñador de parques alemán, Guillermo Bötrich, el proyecto del parque en donde estaba el viejo "puesto de San Ambrosio", antiguo rancho de 1800. En 1920, con el diseño del célebre arquitecto Alejandro Christophersen (arquitecto del Palacio Anchorena y del Hospital de Niños, entre otros edificios) encomienda construir el casco, hoy imponente casona de estilo colonial español. San Ambrosio es un ícono donde transcurrió parte de la historia de la provincia, hasta hace algunos años sólo accesible para familiares, invitados y visitas escolares. Asomarse a su belleza es un privilegio que no habría que desaprovechar. La familia tiene una extensa relación con la política, entre sus miembros figuran varios gobernadores, senadores y diputados. Emilio Mihura fue ministro de Agricultura durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear, otro visitante ilustre a San Ambrosio, en 1939 plantó un cedro azul a pocos metros de la entrada principal de la estancia. Figuras políticas de la talla de Ricardo Balbín, Arturo Frondizi, Miguel Zavala Ortiz, Carlos Perette y Alberto Garona, entre otros, pasaron inolvidables días en las estancias. Se dice que en esas tertulias se produjo la escisión del Partido Radical, y años más tarde la designación de Humberto Illia como candidato a la Presidencia de la Nación. DÍAS DE PESCA El Río Gualeguay aún posee partes limpias, a pesar de los residuos que se vierten en él y la disminución de su riqueza ictícola denunciada por organizaciones como “Salvemos al Río Gualeguay”. Una de las actividades diarias del campo consiste en bajar a las playas de arenas blancas del cauce de agua rodeado de sauces, espinillos, ligustros, ceibos, entre otras especies. En el río esperan las piraguas, un lanchón con motor fuera de borda y una lancha. Se puede navegar río abajo de Norte a Sur por esta columna vertebral de la provincia de Entre Ríos, que desemboca en el río Paraná Pavón, y allí pescar bogas, bagres, patíes, dorados y tarariras. "Por las grandes crecidas hoy hay buena pesca. Como es un cauce encajonado y muy sinuoso cada 300 metros hay un arenal: playas perfectas con barrancas de hasta 5 metros", cuenta un guía de pesca que acompaña las expediciones. Se trata de un río de desove: en primavera el pescado sube desde el Paraná para desovar en la zona cercana al Gualeguay. "La pesca comercial ha hecho que disminuya el arribo de animales", informa el guía. Consciente del cuidado del medio ambiente, devuelve los ejemplares que pesca y cuenta de la música del litoral, de los lugareños pescadores que se deslizan con sus piraguas sobre el río sereno, de su flora y su fauna. A la vuelta del paseo, en la estancia esperan la pastaflora, los scones o los pastelitos caseros para la hora del té. Y por la noche, cómo no disfrutar de la comida en la mesa grande con entradas y platos de antaño como los vol au vent de espinaca y champiñones, las palmeritas con salsa golf, jamón y huevo mollé, los pescados de río, la carne de caza cuando es época -pato, perdiz, paloma- y los postres como los huevos quimbos.
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