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  • Alberdi y los liberales libertarios

    Gualeguay » Debate Pregon

    Fecha: 04/11/2024 09:50

    En medio de este panorama, nombres históricos como el de Juan Bautista Alberdi resurgen en los discursos, citados como fuente de inspiración por quienes buscan implementar un modelo económico y social de base liberal. Sin embargo, surge un interrogante importante: ¿los principios de Alberdi realmente coinciden con las propuestas de los liberales libertarios actuales, o existe una discrepancia entre sus ideas y la interpretación que hoy se hace de ellas?. Juan Bautista Alberdi, jurista, economista y uno de los principales pensadores de la generación del 37, escribió el célebre Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, obra que influyó profundamente en la Constitución de 1853. Su pensamiento proponía un marco de modernización económica y social que, en muchos aspectos, coincide con ciertas ideas libertarias actuales. No obstante, una lectura minuciosa de sus escritos revela diferencias fundamentales, especialmente en lo que respecta a la función del Estado y su rol en la regulación de la economía y el bienestar de la sociedad. Alberdi y el liberalismo clásico. Alberdi fue un exponente del liberalismo clásico, influido por pensadores como Adam Smith y Jean-Baptiste Say. En su visión, la libertad económica era una herramienta fundamental para el progreso de las naciones, ya que permitiría el desarrollo de las capacidades individuales y colectivas. Sin embargo, su liberalismo se distinguía por reconocer la importancia de un Estado que funcione como garante de la paz y promotor de ciertas condiciones básicas para el desarrollo, como la infraestructura, la educación y la justicia. Para Alberdi, el crecimiento económico debía estar acompañado de un sistema institucional sólido, capaz de proteger los derechos individuales y asegurar una competencia justa. Consideraba que, en un país como Argentina, era necesario un Estado activo que promoviera el orden y facilitara la inversión extranjera, garantizando al mismo tiempo ciertos servicios esenciales para la sociedad. En sus palabras, “El capital es tímido; huye de los países en que no encuentra orden, seguridad y justicia”. La postura de los liberales libertarios actuales. Por su parte, los liberales libertarios contemporáneos promueven una versión más extrema de liberalismo, donde el papel del Estado se reduce al mínimo. Proponen una política económica de desregulación casi total, con privatización de servicios públicos y eliminación de aranceles y subsidios. En su visión, la intervención estatal es sinónimo de ineficiencia y corrupción y sostienen que la competencia pura en el mercado es el mejor mecanismo para organizar la sociedad y lograr el bienestar general. A diferencia de Alberdi, los libertarios de hoy consideran que el mercado por sí solo puede resolver problemas sociales como la pobreza o la educación. Bajo su mirada, la iniciativa privada y la libertad individual absoluta son los únicos motores legítimos del desarrollo y, en muchos casos, rechazan la idea de un Estado protector, en nombre de una “libertad total”. ¿Podría Alberdi haber avalado la desregulación total?. Uno de los puntos clave de debate entre Alberdi y los liberales libertarios radica en la desregulación del mercado. Mientras que los libertarios sostienen que el Estado debe retirarse casi por completo, Alberdi nunca fue un defensor de la desregulación absoluta. Él creía en la importancia de un Estado que regule de manera moderada y se encargue de facilitar un entorno de seguridad jurídica y social. Por ejemplo, en el ámbito de la infraestructura y los servicios básicos, Alberdi reconocía que un país en crecimiento necesitaba del apoyo estatal para el desarrollo de los transportes, las comunicaciones y la educación, áreas que el sector privado no podría asumir en su totalidad en una nación en vías de desarrollo como Argentina. En este sentido, la idea actual de privatizar sectores como la salud o la educación, tan promovida por los libertarios, podría haber sido una cuestión controversial para Alberdi en relación a la seguridad social de los ciudadanos y su bienestar. El papel de la libertad económica y sus límites. Los liberales libertarios modernos abogan por una libertad económica sin límites, rechazando cualquier tipo de control estatal. Sin embargo, Alberdi mantenía una visión más matizada: veía la libertad económica como un medio para el progreso, pero con ciertos límites y regulaciones necesarias. De hecho, Alberdi llegó a mencionar la importancia de un equilibrio entre libertad y orden, algo que consideraba esencial para el desarrollo económico y social de un país. La libertad, para Alberdi, era un derecho fundamental, pero no un fin en sí mismo. Él pensaba que el verdadero propósito de la libertad económica era contribuir al bienestar y al desarrollo del país. Su preocupación no era únicamente por el desarrollo de los individuos, sino por el crecimiento de la nación en su conjunto, una visión que le llevaba a promover políticas que, aunque liberales, no ignoraban la necesidad de un marco institucional que asegurara la justicia social y la estabilidad económica. ¿Alberdi como modelo para los liberales libertarios?. A la luz de estos puntos, se hace evidente que la interpretación libertaria de Alberdi que defienden muchos políticos actuales en Argentina resulta parcial e incompleta. Si bien algunos principios alberdianos pueden inspirar ciertas ideas de los liberales libertarios, como el énfasis en la iniciativa privada y la importancia de la libertad económica, existen diferencias notables en cuanto al rol del Estado y su capacidad para intervenir en sectores estratégicos. Para Alberdi, el Estado no era un enemigo del desarrollo, sino un actor esencial en la construcción de una nación moderna y justa. En su tiempo, reconoció la necesidad de una economía dinámica, pero también entendió que las condiciones de Argentina requerían una intervención moderada y prudente del Estado para garantizar el desarrollo nacional. Su liberalismo era pragmático y, aunque inspiraba la libertad económica, estaba lejos de ser una carta blanca para la desregulación absoluta. En definitiva, si bien los liberales libertarios pueden encontrar en Alberdi un antecedente de algunas de sus ideas, este debate revela que su interpretación simplifica su pensamiento y omite la complejidad de sus propuestas. Alberdi, en su momento, entendió que la libertad y el desarrollo no se logran con un mercado sin regulación, sino con un Estado que promueva la justicia y la equidad en un marco de libertad responsable. Julián Lazo Stegeman

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