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  • Laura Romano: la obsesión en las redes por el cuerpo ideal, la búsqueda de una alimentación consciente y el éxito de su snack saludable

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 04/11/2024 04:42

    Somos Todas - Laura Romano Laura Romano es licenciada en Nutrición de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y realizó estudios de posgrado en Nutrición Clínica, Obesidad y en Psicología de la Obesidad y Trastornos Alimenticios en la Universidad Favaloro. Además de su trabajo en consultorio, donde atiende a pacientes de manera presencial y on line, es conocida por su rol como columnista de nutrición en Telefé. En 2015 fundó Integral Nutrición, una cuenta de Instagram que rápidamente se convirtió en un referente en temas de alimentación saludable y cuenta con una comunidad de más de un millón de seguidores. A través de su plataforma, promueve la importancia de adoptar hábitos sostenibles en lugar de recurrir a dietas extremas. Con el tiempo, su influencia en redes le permitió lanzar su propia línea de productos saludables llamada Íntegra, que ofrece barras de snacks naturales y nutritivos. Además de ser madre de Gaia, Laura se define como emprendedora y comunicadora de cuestiones que atañen a la salud y el bienestar. “Hago comunicación para que la gente se empodere y pueda cambiar sus hábitos, para hacer que la palabra placer esté dentro de la nutrición, que siempre está asociada a sacrificio, bajar de peso y dejar todo”, explicó la especialista. Laura Romano: "La obsesión con el cuerpo sigue muy presente y es algo que veo todos los días en el consultorio”. (Candela Teicheira) La imagen y las redes Las redes sociales han tenido un profundo impacto en la percepción del cuerpo y la autoestima de millones de personas en todo el mundo. A través de plataformas como Instagram o TikTok, se exponen diariamente imágenes que resaltan estándares de belleza poco realistas, promoviendo cuerpos esbeltos y tonificados, lo que genera una presión constante por alcanzar esos ideales. Estos estereotipos, a menudo editados o distorsionados, pueden llevar a una insatisfacción con el propio cuerpo, especialmente en jóvenes que son más vulnerables a compararse con los demás. Este fenómeno puede desencadenar problemas de salud mental, como ansiedad, depresión y trastornos alimentarios, al intentar cumplir con estas expectativas sociales. Estas tendencias y consultas se incrementan a medida que se acerca la temporada de verano, donde los cuerpos empiezan a estar más expuestos. Mariana: — ¿Notás que en las redes sigue la obsesión con el cuerpo o realmente se soltó esa batalla y nos amigamos con las curvas? Laura: — Yo no creo que se soltó nada de eso porque recibo todo el tiempo consultas. En el consultorio hacemos filtro del tipo: “¿A quién estás siguiendo en redes? ¿Por qué esta obsesión de que tenés que bajar 5 kilos?”. También vemos mucho la obsesión de “mis pantalones”, “mi peso” o dicen: “Toda la vida tuve tal o cual peso”. ¿Qué es toda la vida? Uno cree que lo que pesó a los 20 lo va a pesar toda la vida y que va a entrar en esos pantalones siempre y no. Así como fuiste cambiando tu peso desde que naciste hasta los 20, vas a seguir cambiándolo a lo largo de la vida y hay que amigarse o acostumbrarse con ese nuevo cuerpo porque en realidad es tu cuerpo que va a ir cambiando y es normal. Coty: — ¿Es muy común que las pacientes se agarren a los modelos que muestran las redes para establecer sus propios objetivos? Laura: — Sí. “Quiero tener el cuerpo de esta. ¿Cómo hago para tenerlo?”, me dicen. Y es otra genética, somos todos diferentes. Mariana: — No sabés ni la vida que llevan… Coty: — ¿Recibís muchas personas con trastornos alimenticios? Laura: — Sí, muchísimos. Hay de todo. Está el exceso de peso estético, de quienes te dicen: “Quiero bajar 5 kilos” y a veces hay que hacer un trabajo de ir hurgando en el por qué quieren bajarlo. ¿Realmente lo necesitás o qué te hace pensar que ese es tu peso ideal? Después del embarazo pasa mucho, encontrarse con otro cuerpo. No todos tienen trastornos de la conducta alimentaria, pero sí hay muchos. Coty: — ¿Qué opinas de los ayunos que ahora están tan de moda? Laura: — Hay extremistas, fanáticos y te dicen que todo el mundo tiene que hacer ayuno intermitente y no. Todo el mundo no tiene que hacer ayuno intermitente, depende de cada persona. Digamos que hay dos mundos: los que se levantan con hambre y los que no se levantan con hambre. Hay que ver de acuerdo a cada persona qué es lo que podemos elegir. Coty: — ¿Cuál es el objetivo del ayuno? Laura: — Darle reposo digestivo al cuerpo. Hay evidencia de mejoras en parámetros metabólicos, pero también muchos otros estudios muestran descenso de peso y es lo que la gente más evalua. Aparte hay una restricción de horarios, entonces si vos hacés 16 horas de ayuno, tenés menos horas para comer y sobre todo a la noche que es donde más comés. Mariana: — En las redes se plantea mucho la idea de lo saludable, pero que en el fondo es cuidarse para bajar de peso. ¿Sentís que en realidad sigue esa obsesión por bajar en vez de cuidar la salud? Laura: — Sí, obvio. Dicen que no, que es por la salud y están haciendo algo para bajar de peso. El foco del ayuno intermitente es bajar de peso. Cuando ves los estudios, el objetivo de la gente, por lo que hace ayuno intermitente es para bajar de peso, después está lo metabólico, pero la mayoría lo hace por eso. Hoy 7 de cada 10 personas tiene exceso de peso, entonces también hay un negocio detrás del descenso de peso que es tremendo y las modas también van pasando. Ahora estamos en la moda de la fobia a los carbohidratos, a las harinas y a los azúcares. Después va a venir otra, pero el sentido común se termina perdiendo cuando te obsesionas y te vas a los extremos. “Es importante amigarse con el cuerpo porque cambia a lo largo de la vida”, explicó la especialista. (Candela Teicheira) La fórmula del éxito Mariana: — Vos venís de consultorio tradicional, de atender pacientes y de pronto creaste una barrita natural, ¿cómo surge la idea? Laura: — Justamente en el consultorio me pasaba que no encontraba un snack que pudiera recomendar a mis pacientes cuando les decía: “Tenés que merendar”. Yo me puse la camiseta de la merienda y no me la saqué nunca porque en Argentina comemos muy tarde. Si tu almuerzo es a las 13 y la cena a las 21 horas, son un montón de horas y la gente no merienda, se olvida. Yo decía: “Necesito algo práctico para no lleguen con tanta hambre a la cena”. En el quiosco las opciones de barrita de cereal tenían mucha azúcar o exceso de químicos y no había ninguna que esté buena. Mariana: — Hay mucho que se vende como saludable, pero no lo es. Laura: — Sí, con la ley de sellos es como que explotó todo eso. La ley lo que hizo fue asustar a la gente sobre productos que consumían pensando que eran sanos y no lo son tanto. Pero desde los ingredientes hay mucha más conciencia sobre lo natural. Hace 6 años atrás, cuando yo arranqué con las barritas, no estaba tan claro y no había un snack que fuera natural, 100 por ciento a base de plantas, que tuviera fibra y proteína, que es mi obsesión porque eso es lo te alimenta y te llena. Yo pensaba que no existía porque no se podía hacer. Empecé en la cocina de mi casa a probar recetas con un excel. Quería que tenga 7% de fibra y 7% de proteína. Para que se den una idea, una barra de proteína de quiosco tiene cero fibra. Coty: — ¿Cuánto tardaste en crearla? Laura: — Fueron unos 8 o 10 meses. Iba probando diferentes recetas, las primeras eran un garrón, muy duras, pero sanas (risas). Las iba compartiendo para que me dijeran qué les parecía. Fue un proceso hasta que encontré la fórmula que salió bárbara y dije: “¿Ahora yo voy a ser la industria que critico?”. Pero me di cuenta de que podía demostrar que se pueden hacer las cosas de otra manera y eso que yo creía que no existía porque no se podía hacer, sí se pudo realizar. Mariana: — ¿Y qué te decían los demás? Porque era una proyecto ambicioso. Laura: — Yo no me imaginé lo que iba a suceder. Fue algo que se me fue de las manos. Nos pasó también recientemente con el lanzamiento de la barra proteica que fue un boom. “La moda actual es tenerle fobia a los carbohidratos, las harinas y los azúcares”, advirtió la nutricionista en diálogo con Coty y Mariana. (Candela Teicheira) El primer paso Realizar cambios positivos en los hábitos alimenticios es posible y puede mejorar significativamente la salud y la calidad de vida. Para lograrlo, es importante adoptar un enfoque gradual, incorporando alimentos nutritivos y diversos en lugar de centrarse en restricciones o prohibiciones. Pequeños pasos, como aumentar el consumo de frutas y verduras, elegir opciones integrales, reducir el azúcar y las grasas saturadas, pueden marcar una gran diferencia. Además, establecer horarios regulares para las comidas, mantenerse hidratado y escuchar las señales de hambre y saciedad ayudan a crear una relación saludable con la comida. Este proceso puede ser más efectivo cuando se combina con apoyo profesional que brinda orientación y motivación para mantener los nuevos hábitos a largo plazo. Coty: — ¿Hay dietas mágicas? ¿Hay alguna fórmula o todo es a base de esfuerzo? Laura: — No hay magia, lo lamento. Si tuviera la magia ¿te crees que no las usaría todas? (risas). A ver, ¿las dietas mágicas funcionan? Sí, funcionan para bajar. Pero no para bajar y mantenerte. Las dietas solo sirven para bajar, pero después cuando la dejaste volviste a subir y no es que hay algo malo en vos. La gente me dice: “Tengo mucha rapidez para bajar y mucha rapidez para subir de peso”. Eso es porque tu método es hacer dieta que te hace bajar rápido y subir rápido. No buscaste en tu vida un cambio de hábitos que sea sostenible en el tiempo porque es más engorroso, el proceso es más lento y para siempre. Es a largo plazo el tema. Coty: — Contanos de qué se trata el método 80-20 que vos misma implementas en tu vida. Laura: — Es comer el 80 por ciento del tiempo sano, medido, controlado, cada uno con sus necesidades y tener un 20 por ciento de libertad, de decir: “Como lo que quiero”. La pregunta que me hacen siempre es: “¿Puedo comer lo quiera? ¿Cualquier cosa?” Sí. Básicamente es lo mismo que vos venías comiendo antes de empezar a preocuparte por tener una mejor salud, en ese 20 seguí haciendo lo que hacías, solo que lo vas a hacer un 20 por ciento del tiempo. Coty: — ¿Podría ser cuidarse en la semana y comer lo que querés el fin de semana? Laura: — A mí me gusta pensarlo por comidas: 4 comidas por día por 7 días son 28 comidas por semana. 23 comidas sería el 80 y 5 comidas sería el 20. Esas 5 comidas las distribuís como querés. Si querés todas el fin de semana, si querés las distribuís en la semana. Cuando yo lo explico en el consultorio, es algo súper lógico y no te privas de nada. Si lo pensás en un año son 10 meses de haber comido sano y solo dos meses que no. ¿Cómo no vas a cambiar tu vida y tus hábitos haciendo eso? No tenés que ir a los extremos. Mariana: — Es un proceso. El cambio es más lento, pero es ir a un estilo de vida más saludable. Laura: — Las modas de las dietas restrictivas funcionan porque bajan de peso muy rápido, entonces haciendo el 80-20 vas a bajar más lento que haciendo 100% sano, obvio. Lógicamente vas a bajar más rápido si hacés el 100% de comer sano, pero el tema es ¿cuánto tiempo te va a durar? Porque como mucho el 100% sano te dura dos meses. Pero la gente quiere bajar de peso ya, llega el verano, fin de año, entonces van a la dieta restrictiva y después vienen atracándose porque la misma restricción genera descontrol. Mariana: — ¿Cuáles son los tres puntos iniciales para cuidarse? Laura: — Empezar a incorporar variedad de vegetales, de frutas, plantas. Todo lo que está en una planta, comemos el tallo, la semilla, las raíces, las hojas, las frutas, más plantas. Hay estudios que muestran que más de 30 plantas por semana mejoran la microbiota, los microorganismos que viven en el intestino y que nos protegen. No es solo descenso de peso es salud. Mariana: — ¿Y con las porciones? Laura: — El segundo punto es reducir la porción si quieren bajar de peso. A veces hay tanta cháchara de “esto es malo, esto es veneno”. Comé lo que venís comiendo, pero menos, un poquito menos. Mi consejo es: “Dejá un huequito en la panza”. Viste que a veces decís: “Me queda un lugarcito más”. Si estás queriendo bajar de peso, ese lugarcito dejalo. Y la tercera cuestión es que hay que moverse más y hay que hacer fuerza, ganar músculo para vivir más, mejor y para bajar de peso también. Porque el músculo es un tejido metabólicamente activo. Lo tenemos en el cuerpo y nos hace gastar energía estando sentaditos. Vos vas, hacés fuerza y en el momento no gastas tanto, gastas mucho más haciendo aeróbico, pero el aeróbico es como la dieta: pan para hoy, hambre para mañana. Con la fuerza vos generas masa muscular y el músculo tiene más gasto metabólico en reposo. Hay que tener músculo para llegar mejor a grandes, para tener más fuerza, no quebrarnos y poder levantar la bolsa del supermercado.

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