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» Diario Cordoba
Fecha: 02/11/2024 07:06
El objetivo era claro: crear una sociedad modélica. A priori, parecía una gran idea, pero la realidad acabó siendo muy distinta. Así fue como surgieron, en la Edad Moderna, dos localidades de Córdoba, dos pueblos que son resultado de un ambicioso experimento social. Estos dos municipios cordobeses tienen una curiosa historia que, además, se han preocupado por dar a conocer. Cualquiera puede acercarse a ese pasado gracias a sus fiestas y tradiciones. Aquella intervención social tiene su huella en la población actual, pues aquellos alemanes, italianos, franceses y suizos llegados a la provincia dejaron su herencia en generaciones descendientes. La obra impulsada por Carlos III se topó, sin embargo, con una serie de problemas. Lejos de convertirse en una sociedad modélica, acabó cayendo en males -propios y ajenos- de la humanidad. Italianos, alemanes, franceses... El gentilicio ya es muy revelador. Conocidos como colonos, los vecinos de Fuente Palmera son muy conscientes de la historia de su municipio. De hecho, quizás sea el caso más curioso de esa colonización que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XVIII por la distribución de su población. Nueve aldeas conforman la localidad y, por entonces, se repartieron a los colonos según su origen. Antes de entrar en detalle, conviene recordar algunos preceptos básicos de aquel proyecto. El ideal era la sociedad modelo, pero en el fondo lo primero que pretendía el rey Carlos III era atajar varios problemas: la despoblación en algunas zonas de Andalucía, la inseguridad y el bandolerismo de los desiertos interiores -especialmente en el camino real que conducía a Madrid- y el trabajo de la tierra. Los planes del proyecto El aventurero bávaro Thürregal y el superintendente Pablo de Olavide fueron los artífices de un proyecto -al amparo del fuero de las Nuevas Poblaciones- impulsado por las ideas reformadoras de la Ilustración. Para ello, se optó por instalar a personas provenientes de Italia, Alemania, Francia y Suiza, de religión católica, en las poblaciones andaluzas elegidas. Una de ellas, Fuente Palmera. Casa colonial, en Fuente Palmera. / Ayuntamiento de Fuente Palmera Los colonos fueron llevados a tierras deshabitadas, donde podían explotar la tierra, divididos en poblaciones de 15 a 30 viviendas. Y con las medidas suficientes para protegerlos y conseguir que se adaptaran al entorno. La colonia de Fuente Palmera se fundó en 1767. La población llegada del extranjero fue repartida entre las distintas aldeas. Españoles por un lado, alemanes por otro, franceses e italianos en una aldea, italianos y suizos en otra. Fernando de Quintanilla, subdelegado de las nuevas poblaciones de Andalucía, había visitado las tierras para informar de la posibilidad de llevar a 300 colonos. Inadaptación y conflictos El plan pretendía repoblar Andalucía con 6.000 colonos. Casi una cuarta parte fueron trasladados a la segunda localidad cordobesa de la que hablamos. Al lugar donde, además, se ubicó la subdelegación: La Carlota. La sede de la intendencia estaba en La Carolina, pero la localidad carloteña jugó un papel importante en este proyecto. Este pueblo, con sus aldeas (Fuencubierta, El Garabato, Petit Carlota, Las Pinedas y Aldea Quintana), siguieron el mismo destino que Fuente Palmera. Imagen del Palacio de la Subdelegación, edificio que acoge el Ayuntamiento de Fuente Palmera. / Córdoba El deseo de lograr una sociedad ideal en los lugares elegidos pronto se frustró. La adaptación no fue tan sencilla como pretendían y afloraron las adversidades alrededor del medio, el clima y a través de enfermedades. En un segundo planteamiento, se trató de replicar la idea con familias españolas de localidades cercanas y otras regiones. Pero los conflictos por las diferencias económicas y culturales dificultaron los planes de Olavide. El fin del proyecto y su legado El fuero tuvo vigencia hasta que, en 1835, fue derogado por María Cristina. El proyecto tocó a su fin y Olavide fue enjuiciado por la Santa Inquisición, juicio que acabó con su destitución como superintendente. Pese a ello, este experimento social construyó parte la historia de estas dos localidades de Córdoba. En la actualidad, Fuente Palmera celebra el Día de la Colonia cada 5 de julio como aniversario de la fundación. Alrededor de este día se organizan actividades y se anuncian los Colonos del Año, un particular reconocimiento a vecinos destacados. La huella de aquel proyecto puede apreciarse a simple vista. De aquel tiempo quedan en pie las casas que acogieron a los primeros colonos, diseñadas por Simón Desnaux. La Carlota rememora sus orígenes en el Mercado Colono / EVARISTO GUZMÁN Por su parte, La Carlota tiene su ayuntamiento en el Palacio de la Subdelegación creado en aquellos tiempos, cuando jugaba un papel clave en las Nuevas Poblaciones. En lo que se refiere a folclore, el pueblo ha celebrado este año la 21ª edición de su Mercado Colono y su 5ª Fiesta de la Cerveza Alemana Bierfest. Ambas citas no hacen más que difundir y poner en valor las raíces de la localidad.
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