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» Elterritorio
Fecha: 01/11/2024 14:52
jueves 31 de octubre de 2024 | 18:45hs. A más de dos meses de haber sido detenido por la Policía de Misiones, en el marco de una causa por amenazas, durante las últimas horas se conoció que el conocido referente del Mercado Central de Posadas Diego “Bruja” Silveira fue beneficiado con la prisión domiciliaria por el Juzgado de Instrucción Dos. Se trata del comerciante que posterior a su detención por la denuncia de un ciudadano paraguayo fue apuntado también por un grupo de mujeres operadoras que también trabajan en el citado mercado concentrador y que lo acusan de ser responsable de una gran cantidad de situaciones previas de aprietes e intimidaciones. Y que afirmaron ser rehenes de un grupo de personas que intenta monopolizar mediante la fuerza la venta en el citado espacio. Cabe recordar que la denuncia contra Bruja y tres de sus hermanos por parte de las trabajadoras fue radicada el pasado 26 de agosto ante la Fiscalía de Instrucción Dos de la capital provincial. Allí, expusieron todo lo padecido entre la noche del 18 y la madrugada del 19 de agosto cuando afirmaron haber sido obligados a quedarse dentro del mercado central, contra su voluntad y bajo amenazas de golpes e incendiar sus puestos, mientras se desarrollaba la protesta por la detención del mencionado referente. Según pudo saber El Territorio, el referente accedió al beneficio hace un par de semanas, aunque se le asignó una guardia policial en su domicilio para que vigile el cumplimiento de la prisión domiciliaria. Intimidaciones y aprietes A mediados de septiembre pasado, El Territorio entrevistó a Fabiana Stuht, una de las ocho operadoras del mercado que se animaron a dar su nombre y decidieron denunciar a este grupo de trabajadores. “Yo soy una operadora que quiere trabajar en paz; quiero comprar la verdura, venderla e irme a mi casa y vivir tranquila”, comenzó narrando la operadora que lleva más de siete años vendiendo cebollas, papas, tomates, entre otras mercaderías en el mercado ubicado sobre el kilómetro 5 de la ruta nacional 12. “Queremos la restricción de acercamiento en el mercado, necesitamos que nos cuiden. Constantemente pasan y se burlan de nosotros. ‘Seguí denunciando’ nos gritan para meternos miedo. Ellos no acatan órdenes porque nadie nunca les puso límites y lo que nosotros tenemos miedo es que cuando él (Silveira) salga se vengue uno por uno de quienes lo denunciaron. Porque esa es su manera de operar, darnos por donde más nos duele. Por eso hay muchas mujeres que nos dicen que no quieren denunciarlo por miedo, que no quieren exponerse por cómo opera fuera del mercado. Piensan en su familia o en sus familiares que trabajan acá”, narró preocupada la trabajadora. La portavoz de la denunciantes acusó que un grupo organizado de estibadores que responde al detenido y que también trabajan como changarines en el mercado son quienes en determinadas oportunidades presionan a los puesteros y no los dejan trabajar. “Ellos tienen un puesto adelante nuevamente y atajan a todos los que entran. Obligan a comprarle a ellos y antes, si no le comprabas, no dejaban entrar a los clientes”, denunció Stuht, quien también afirmó que Silveira posee cerca de 15 locales en el lugar. “Cuando uno cuenta lo que pasamos, el de afuera se sorprende, pero esto viene de hace varios años. Y sí, fueron muchos años de aprietes y así se manejaron siempre, esto no es ahora”. Incluso, graficó que hasta para ir al baño tienen miedo estas operadoras ya que reciben todo tipo de amenazas e insultos. Sobre esto último agregó: “Yo considero que esto cuando más público se haga se va hacer que nos pueden cuidar mucho más a nosotros. Esto estuvo muchos años tapado, estas personas no tienen escala o límites y al hacerlo público la gente va a saber lo que está pasando acá. Además, queremos que también los funcionarios sepan que esto viene pasando desde hace varios años y nos ayuda a cuidarnos entre otros”. Por otro lado, sobre las medidas de cuidado y seguridad que deben afrontar ante las constantes intimidaciones la entrevistada contó: “Tratamos de mirar las cámaras, de asegurar nuestros puestos y estamos tratando de tomar todas las protecciones necesarias para cuidarnos entre nosotros. Siempre salimos de a dos”. “Hay muchas mujeres que tienen miedo del afuera, de él y su banda, porque no trabaja solo, se maneja con su patota y obviamente que el que va a denunciar se expone a represalias. Nosotros nunca nos quisimos exponer tanto como ahora, pero ahora llegamos al límite porque lo que pasamos esa noche superó todos los límites”. Y añadió: “Queremos decir basta, queremos contar lo que pasa adentro y lo que padecemos. Yo sé que me juego la cabeza, porque entendemos que si no lo hacemos ahora va a ser peor después"
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