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» Diario Cordoba
Fecha: 01/11/2024 12:32
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) tiene identificados en la provincia de Córdoba 63 tramos susceptibles de sufrir inundación, que se reparten en los cauces de toda la provincia, pero con especial incidencia en las márgenes del Guadalquivir y el Genil, aunque también los hay en otros cauces de menor envergadura. Para hacer hacer frente a estas eventualidades y, al menos, minimizar sus efectos, la CHG tiene elaborado un plan de gestión de riesgo de inundaciones para el periodo 2022-2027, que cuenta con un presupuesto de 222,6 millones de euros, de los que 36 se han de invertir en la provincia de Córdoba. Algunas de estas obras ya se han iniciado. De todos los tramos identificados por el organismo de cuenca, 12 zonas se refieren a la capital cordobesa, que suman un total de 50,87 kilómetros de extensión. De ellos, aproximadamente 30 kilómetros corresponden a las orillas del Guadalquivir, tanto a su paso por la ciudad como antes y después de superarla. Junto a ello, existen otros puntos y arroyos, algunos cuyo nombre coincide con urbanizaciones conocidas, que también están considerados con peligro, como por ejemplo, Montón de Tierra, Cuesta de La Lancha, El Alamillo o San Jerónimo, entre otros. Gráfico con áreas de riesgo de inundaciones en la cuenca del Guadalquivir. / Ramón Azañón [Pincha aquí para ampliar el gráfico] En la provincia Otros lugares que figuran en el documento de la Confederación son, por ejemplo, Lucena, donde han identificado 7 zonas peligrosas, que suponen una extensión de 24,09 kilómetros, de los que destacan 10 por los que discurre el río Lucena. También en el municipio aracelitano se nombran lugares como el arroyo del Pilar de la Dehesa (5 kilómetros) o el río Genil a su paso por Jauja (2,67 kilómetros). De Cabra también aparecen varios puntos que suman en total 7,43 kilómetros, entre los que destaca el río del mismo nombre, con 2,45 kilómetros y el arroyo del Chorrillo, con 3,18 kilómteros. El río Genil es el principal riesgo de la localidad de Puente Genil, donde se han contabilizado casi cinco kilómetros de cauce que pueden ser peligrosos en las crecidas. En la Subbética figura también Priego de Córdoba, donde es el río Salado la principal amenaza y Rute, con el Anzur con mayor espacio incluido. Y en la Campiña, municipios como Castro del Río, Santaella, Aguilar o Baena también cuentan con varios tramos fluviales incluidos en el catálogo de la CHG. El Valle del Guadalquivir Pero, sin duda alguna, es el cauce del Guadalquivir, desde Villa del Río hasta Palma del Río el que más puntos de riesgo acoge, pues no hay municipio que no aparezca en el listado de la Confederación. Destaca Palma del Río, en la Vega, porque allí confluye, además, con el Genil. También en dicha comarca se nombran puntos en Posadas, Almodóvar, Fuente Palmera u Hornachuelos (en este caso también con el río Bembézar). En el Alto Guadalquivir es donde se localizan más lugares, siendo Villafranca el que más parajes tiene incluidos, pero también son varios los puntos de Cañete, Bujalance o Villa del Río. Los riesgos y las maneras de evitarlos El documento de la Confederación recoge, en cada una de las fichas elaboradas para cada tramo, las afecciones que puede tener la posible inundación y el número de habitantes sobre el que repercutiría la posible crecida. Así, se recogen que pueden verse afectados, según el caso, carreteras, líneas de ferrocarril, depuradoras, zonas industriales, patrimonio cultural u otros elementos. En el documento sobre la prevención de riesgos de inundación de la CHG se señala que “las inundaciones son fenómenos naturales que no pueden evitarse, pero sí podemos tomar medidas para disminuir sus efectos negativos”. Así, en materia de prevención se indica que es fundamental “evitar el incremento del riesgo de inundación de las actividades existentes e impedir la instalación de actividades vulnerables o no adaptadas al riesgo”. Para la protección se indica que se ha de disminuir el riesgo mediante intervenciones físicas en zonas concretas (adaptación del planeamiento urbanística, reordenación de usos del suelo, acometer medidas estructurales con diques o similares y mejora de permeabiliad de las infraestructuras, entre otros). Suscríbete para seguir leyendo
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