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Parana » ER 24
Fecha: 31/10/2024 17:14
FABIÁN ROGEL || RESPETO ES LO ÚNICO QUE PEDIMOS, SEÑOR PRESIDENTE Y QUE DEJEMOS DE JUGAR AL JUEGO CHICO DE LA POLÍTIC Quiero manifestar mi profundo repudio respecto de las declaraciones que ha pronunciado el presidente de la Nación, Javier Milei, en relación al ex presidente Raúl Alfonsín. Decir que le molesta que se vincule la figura de Alfonsín a los 41 años de continuidad democrática que estamos transcurriendo, es algo que sólo se puede esperar de alguien que no tenía nada que ver con la política ni con el pensamiento nacional de este país. Eso es lo que expresó el señor Milei refiriéndose de forma casi blasfema, insultante y descomedida al ex presidente Alfonsín al vincularlo a un supuesto golpe, junto a Eduardo Duhalde, cuando Fernando De la Rúa abandonó el gobierno. Está claro, y me hago cargo de lo que digo y escribo, que lo que le molesta al actual Presidente de la Nación es la democracia y que se estén celebrando más de cuatro décadas de continuidad democrática ininterrumpida. Se olvida el señor Milei que mediante la Conadep se logró juzgar a los militares que habían cometido todo tipo de atropellos. También se olvida el señor Milei de la actitud de coraje que tuvo Alfonsín frente a los intentos de golpes de Estado, acompañado por Cafiero en los balcones de la Casa Rosada al momento de apoyar la institucionalidad democrática. Claro está que cuando uno no cree que la democracia es el mejor sistema en el que pueden vivir los pueblos y particularmente los argentinos, se termina diciendo cualquier cosa, agraviando, ofendiendo y descalificando, en este caso al ex presidente Alfonsín. Entienda, señor Presidente, que somos todos necesario y si usted está empeñado en modificar las cosas que están mal y superar los antagonismos, no es por el camino que está tomando como se logra. Si está dispuesto a sumar más democracia a estos 41 años, sepa señor presidente que somos todos necesarios. Sepa también que aunque a usted le moleste, el recuerdo y el cariño hacia la figura de Alfonsín todavía está en el alma y en el corazón de muchos argentinos y particularmente de muchos radicales. Porque Alfonsín no fue un dirigente corrupto, ni tuvo denuncia alguna por enriquecimiento ilícito; por el contrario, solo estuvo al servicio de la Nación. Piénselo, señor Presidente: tenemos que sumar, no restar, ni dividir ni hacer el juego chiquito de la política.
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