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  • Descubren un "sexto sentido" auditivo en lagartos: ¿Lo tienen los humanos?

    » Diario Cordoba

    Fecha: 31/10/2024 09:23

    Vista, oído, olfato, gusto y tacto son los cinco sentidos tradicionales. Pero, ¿hay un sexto sentido? La ciencia acaba de descubrir que un grupo de lagartos posee un talento sensorial oculto que está cambiando lo que los científicos creían saber sobre la audición animal. Los geckos, que conforman un suborden de reptiles con más de 1.500 especies, utilizan el sáculo, una parte del oído interno tradicionalmente asociada con el mantenimiento del equilibrio y la posición del cuerpo, para detectar vibraciones de baja frecuencia. Este "sexto sentido" desempeña un papel complementario a la audición normal y a la forma en que los geckos perciben el mundo que los rodea, según un grupo de biólogos de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, que ha publicado en ‘Current Biology’ los resultados de su estudio, centrado en ejemplares de gecko tokay (Gekko gecko). Los investigadores creen que este mecanismo auditivo, hasta ahora desconocido, puede estar presente también en otras especies de reptiles, lo que desafía las ideas existentes sobre cómo evolucionaron y divergieron los sistemas sensoriales de los animales. Un gecko tokay. / Duncan Leitch "El oído, tal como lo conocemos, percibe los sonidos transmitidos por el aire. Pero esta antigua vía interna, que suele estar vinculada al equilibrio, ayuda a los geckos a detectar vibraciones que viajan a través de medios como el suelo o el agua", destaca Catherine Carr, coautora del estudio. "Esta vía existe en anfibios y peces, y ahora se ha demostrado que también se conserva en lagartos. Nuestros hallazgos arrojan luz sobre cómo evolucionó el sistema auditivo desde lo que vemos en los peces hasta lo que observamos en los animales terrestres, incluidos los humanos", añade la investigadora. El sorprendente papel del sáculo En los peces y los anfibios, el báculo es sensible tanto a las vibraciones del agua como a las ondas sonoras. Por contra, en los amniotas (grupo que incluye reptiles, aves y mamíferos), este órgano se asocia principalmente a la función vestibular; es decir, al equilibrio, el control espacial y la detección de movimientos, y hasta ahora se creía poco probable que tuviera una función auditiva significativa. El sáculo de los geckos puede detectar vibraciones débiles que van desde los 50 a los 200 Hz, un espectro muy por debajo de lo que perciben normalmente a través de sus oídos y que les permite detectar vibraciones similares a las producidas por pisadas o movimientos cercanos y así ‘sentir’ la presencia de depredadores o presas. Esto indica que el sáculo cumple una función distinta pero complementaria al sistema auditivo ‘normal’ de estos animales. Al contrario que los geckos, muchos otros reptiles no pueden oír sonidos transmitidos por el aire. El autor principal del estudio, Dawei Han, señala que el descubrimiento del papel del sáculo en la audición de los geckos puede mejorar la comprensión de la comunicación y el comportamiento en otros animales que hasta ahora se consideraba que tenían capacidades auditivas limitadas. Esquema del oído interno humano. / BruceBlaus / Ortisa "Hasta ahora se creía que muchas serpientes y lagartos eran ‘mudos’ o ‘sordos’ en el sentido de que no vocalizaban sonidos ni los oían bien. Pero resulta que podrían estar comunicándose a través de señales vibratorias utilizando esta vía sensorial, lo que realmente cambia la forma en que los científicos hemos pensado sobre la percepción animal en general", destaca Han. Los resultados del estudio sugieren que este sistema de detección de vibraciones podría ser una característica ancestral de los vertebrados, que se ha preservado en varias especies, adaptándose a sus diferentes hábitats y necesidades. ‘Sentir’ la música en vez de solo oírla El descubrimiento plantea la intrigante pregunta de si los humanos también tienen una versión de este ‘sexto sentido’ auditivo. Algunas investigaciones han demostrado que el sáculo humano también es capaz de detectar algunas vibraciones de baja frecuencia, pero de manera limitada y principalmente como parte del sistema vestibular, porque no está directamente conectado con las vías auditivas de la misma forma que en los geckos. Otros mamíferos sí muestran algunas adaptaciones evolutivas para percibir vibraciones. Así, los mamíferos fosoriales, como los topos, se orientan en el suelo a través de vibraciones, aunque sus receptores principales no son los mismos que los de los reptiles, sino una combinación de receptores táctiles y auditivos adaptados. El descubrimiento de esta vía sensorial compartida en los reptiles modernos sugiere que la transición de entornos acuáticos a terrestres probablemente involucró cambios más complejos y graduales en los mecanismos auditivos de lo que se pensaba anteriormente. Un gecko tokay caminando sobre vidrio. / Yi Song Aunque estos hallazgos no están directamente relacionados con la forma en que los humanos escuchan, los investigadores creen que siempre hay más de lo que se ve a simple vista. "Piense en lo que ocurre cuando asiste a un concierto de rock en vivo. Es tan fuerte que puede sentir que toda su cabeza y su cuerpo vibran en el campo sonoro. Puede sentir la música, en lugar de solo oírla. Esa sensación sugiere que el sistema vestibular humano puede ser estimulado durante esos conciertos ruidosos, lo que significa que nuestro sentido del oído y el equilibrio también pueden estar estrechamente vinculados", expone Carr. Carr y Han creen que las implicaciones de su investigación se extienden más allá del mundo de los reptiles y que el vínculo establecido entre la audición y el equilibrio abre nuevas vías de investigación, incluida la conexión entre la audición humana y los trastornos del equilibrio. Informe de referencia: https://www.cell.com/current-biology/fulltext/S0960-9822(24)01227-2 ……………. Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es

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