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» Elterritorio
Fecha: 31/10/2024 03:15
La obra teatral “Este Juan Moreira” cerró su ciclo de presentaciones en el Cidade de Posadas, y su director Txarli Bastarrechea contó a El Territorio sobre el futuro del proyecto a la vez que reflexionó sobre el aprendizaje que dejó el espectáculo y la gran respuesta del público miércoles 30 de octubre de 2024 | 21:15hs. Txarli Bastarrechea, artista misionero, director de "Este Juan Moreira". Foto: Marcelo Rodríguez Con el público aplaudiendo de pie cerró el telón “Este Juan Moreira”, la obra escrita por Carina Noemberg a partir de “Juan Moreira” de Eduardo Gutierrez y José Podestá y dirigida por Txarli Bastarrechea con producción del Teatro Nacional Cervantes (TNC) y la Secretaría de Cultura de la Provincia. La pieza teatral con elenco misionero se materializó al resultar seleccionada en diciembre por el programa federal TNC Produce en el País 2024, y luego de un cuidado proceso de montaje y puesta se estrenó en el posadeño Centro Cultural Vicente Cidade el 6 de septiembre y estuvo en cartelera hasta el pasado fin de semana. La despedida fue el domingo como obra invitada de la 34ª Fiesta Provincial del Teatro, en otra función a sala llena con gente que se quedó afuera. En sus casi dos meses en cartel “Este Juan Moreira” dio 30 funciones, 15 para escuelas e instituciones y 15 para público general y la vieron en total 2670 espectadores. Se trata de una obra que entrecruza en su narrativa y estética los lenguajes de la literatura gauchesca y las artes escénicas como comedia, drama, clown, títeres, acrobacias y música en vivo con instrumentos no convencionales, además de la música original grabada. Escena de "Este Juan Moreira" en el Centro Cultural Vicente Cidade. Foto: "Este Juan Moreira" Por pedido de la gente y la invitación de escuelas y otras instituciones de Posadas y otras localidades de la provincia, el equipo de “Este Juan Moreira” podría programar más adelante nuevas funciones como espectáculo independiente puesto que el proyecto con el Cervantes concluyó de forma exitosa. Esta alternativa será conversada por el elenco local, “las ganas están y estamos muy contentos, pero está pendiente esta conversación con el equipo artístico y técnico”, explicó Bastarrechea a El Territorio en una charla sobre el balance de lo que fueron las convocantes funciones en el Cidade y lo que viene en adelante. ¿Qué sensaciones quedan dando vueltas luego de haber completado la temporada con “Este Juan Moreira”? Fue muy intenso, muy hermoso, fueron muchas funciones durante septiembre y octubre. La verdad que, asombrado por la cantidad de público con el que pudimos compartir. Hicimos muchas funciones para instituciones escolares y comunidades, estas funciones eran jueves y viernes. Mientras, las funciones para el público general eran viernes y sábado a las 21, también con montón de público, sobre todo las últimas funciones que hay gente que se quedó afuera, que no la pudo ver. Hay personas que la vieron más de una vez, que la recomendaban y volvían con más amigos. Estoy muy feliz. Y el domingo hicimos la última presentación como invitados en la Fiesta del Teatro, una función también muy especial porque había entre el público muchos colegas, compañeros del teatro de la provincia. Estuvo llenísima la sala, una función muy vibrante. Así que nos despedimos con una función muy potente, muy linda, inolvidable. ¿Pueden venir nuevas funciones; cómo sigue la obra? Bueno, por un lado, el proyecto tal cual estaba pensado por el Cervantes se terminó. De todas maneras, nosotros como equipo pedimos para quedarnos con la obra y el Cervantes nos va a dejar como para que nosotros podamos seguir haciendo funciones. Por ahora tenemos un montón de invitaciones a localidades y también a colegios de Posadas y gente que quiere ver la obra. Pero todavía no terminamos de organizar eso. Fue muy fuerte, los meses de montaje, de funciones. Y bueno, ahora nos encontramos en este momento que tenemos que tener esas conversaciones y proyectarlo ya de manera independiente. Todavía no tuvimos esas conversaciones con el grupo. Y si bien tenemos invitaciones y hay ganas de seguir haciendo la obra tenemos que ver cómo organizar eso. Que también implica una cuestión económica que hay que ver cómo resolver, que dentro del proyecto del Cervantes Producciones estaba garantizado porque estaba cubierto por todos estos meses para toda la gente que participó del proyecto. Y ahora volvemos a la actividad más independiente y cada uno de los chiquis del elenco también tiene sus otros proyectos. Por la demanda de tiempo y energía de este montaje se dejó un poco de lado algunas otras propuestas para enfocarnos en la obra. ¿Cómo fue trabajar con una producción del Cervantes? Fue una experiencia hermosa, de mucho aprendizaje, en lo personal lo viví como de mucho crecimiento, de mucho intercambio de conocimientos, ideas, creatividad. También implicó un alto grado de profesionalización para nosotros, había un contrato de por medio. Si bien los artistas siempre nos tomamos muy en serio nuestra actividad a veces es difícil resolver la cuestión económica, la logística, el tiempo. En este caso todo eso estaba. Era un proyecto hermoso porque había recursos para hacer todo lo que necesitábamos. Como te decía para mí fue un montón de aprendizaje y mucho crecimiento. Yo este último tiempo estaba buscando plantearme trabajar con equipos un poco más grandes de lo que venía haciendo con los títeres. Eso se logró con la obra “Takuareté” y también con “Este Juan Moreira”, que más allá de los siete intérpretes que están en escena, tuvimos que articular con los otros equipos creativos, la música fue compuesta y grabada original para la obra, el vestuario, el maquillaje, el diseño de la escenografía, la realización de la escenografía, el diseño de iluminación, la gráfica, un montón de áreas que por lo general en la actividad independiente concentramos pocas personas muchos roles; y acá cada uno tenía su espacio para proponer, para crear. Y eso también posibilita que el proyecto con su idea original vaya creciendo. Yo lo noté mucho en el montaje de las escenas. Así que trabajar con un equipo grande de gente que también está dedicada full a las artes escénicas hizo que la idea original se potencie, se proyecte mucho más de lo que yo me imaginaba al comienzo. ¿Cómo fue ese proceso de dar forma al proyecto, desde el sueño, el concurso, quedar seleccionados y luego salir a escena? A mí es la parte que más me gusta, toda esta cuestión casi alquímica o de la cocina, de ir primero buscando qué ingredientes, qué procedimientos, qué temas, qué colores y después hacer las mezclas, las hipótesis, proyectando una obra que el resultado final, si bien teníamos algunas imágenes, no sabíamos cómo iba a quedar y eso es un poco siempre un salto al vacío y fue muy enriquecedor el proceso desde el abordaje, guion hasta el resultado final. Por esto que te decía, que toda la gente que participó pudo apropiarse y proponer y enriquecer la propuesta original con su propia experiencia y su propio conocimiento. Eso me gustó mucho, poder armar también una propuesta donde cada quien encuentre su lugar y pueda expresar a través de su disciplina su forma de estar en este mundo. Y en una obra que parece muy tradicional porque tiene toda esa carga histórica, pero que está renovada por la forma en la que se presenta el tema y la dinámica que funciona dentro de la escena. A mí me gustó muchísimo el proceso. Empecé en diciembre a ajustar el guion y a empezar a desarrollar más exhaustivamente los diseños de los títeres, de la escenografía. En ese momento fue un caos porque había que presupuestar y era diciembre del año pasado, enero de este año. Todo cambiaba. Las cosas no tenían precio. Era muy difícil. Y también todas las malas noticias que llegaban de los recortes a lo público. Tuvimos un momento de incertidumbre de si el proyecto salía o no y seguíamos desarrollando. Y salió todo muy bien, hermoso, todo funcionó hermoso. Luego de ese momento de incertidumbre salió todo maravillosamente… Yo creo que eso también tiene que ver con la capacidad que tenemos los artistas independientes de resolver las cosas. Entonces cuando hay recursos que se utilizan para las cosas que nosotros siempre queremos hacer y lo hacemos con un poquito de recursos, cuando aparece esa posibilidad la aprovechamos y creo que el resultado es distinto y al ver las devoluciones del público también llena de felicidad. Vimos mucha interacción con la gente, muchas fotos a la salida de las funciones ¿Qué cosas les dijo el público? Sí. Hay como dos tipos de funciones o de público distintos, uno más de instituciones escolares, comunidades, clubes, grupos de teatro o estudiantes que se juntaban para ir a esas funciones cerradas. Y el otro público es más espontáneo, más general. Y las devoluciones, la verdad que un encanto todo. Y también, si bien estaba buscado, había público desde muy chiquitos a todas las edades. A mí me da mucha felicidad, la gente nos comentó que volvía a ver la obra. También cuando pensaba en qué tipo de obra quería hacer, quería hacer era una obra rica en el sentido de que tenga muchas lecturas y que no deje a nadie afuera, y creo que eso pasa con “Este Juan Moreira”, que los niños hacían una lectura dentro de su experiencia y capacidad simbólica y la gente más grande que por ahí puede hacer una intertextualidad con la actualidad o con la historia política argentina, tiene diferentes lecturas con el mismo material. Y a mí me gusta que sea un material rico, complejo y completo. No completo que se cierre en sí mismo, sino que llame a hacer otras lecturas, no solamente del libro, de temas, sino del mundo y de la forma en la que nos vinculamos. Estéticamente también propone esta diversidad de lenguajes, elementos y disciplinas ¿cómo fue ensamblar o dar la trama a estos lenguajes? Me divierte mucho la idea de trabajar como en los límites de las cosas, mezclar algunos lenguajes, algunas disciplinas, y un poco en oposición a este contexto que es como tan central, tan firme, con una historia, con un personaje muy fuerte. Trabajamos con esa matriz de la estética gauchesca, pero también metimos otro tipo de condimentos y géneros incluso en el registro de actuación. Hay un personaje que es el cantinero infame que no le devuelven la plata a Moreira, que es italiano, entonces usamos el recurso de la media máscara de la comedia, con un vestuario que también acompañe esa máscara, y esto estrictamente corresponde como a otro género dentro del teatro, y lo hicimos convivir ahí. También, los personajes de los soldados están en clave del clown y de los payasos. Junto con el componente trágico de la historia de Moreira también aparece la comedia, la risa, el humor, que acompañan en este drama para que sea transitado por el espectador. Mucho talento misionero... Esta diversidad de lenguajes y de cosas que hay en la obra, quería marcar que el elenco está conformado también por gente que tiene muchas capacidades, que manejan diferentes artes, que hacen acrobacias, claramente la actuación, y otro tipo de destrezas, muchas que tienen que ver con el circo, música, baile, y todo esto se aprovecha en la obra. Creo que eso es lo más novedoso para mí de esta obra, esta propuesta que mezcla los títeres con la acrobacia, con las estrellas del circo, el equilibrio, el tirador de cuchillos, los golpes de los payasos, y la música que está compuesta por Gille O’Connor y Gonza Bobadilla, pero también hay algunos cuadros con música que se toca en vivo. Acerca de eso, un señor nos hace una devolución por Instagram, porque hay una escena donde el soldado toca unas botellas, es muy linda, muy mágica esa escena, y este señor dice, “me encantó como manejan los cotidiófonos, que son esos instrumentos de música que no son están hechos como instrumentos, sino que son otras cosas y se les utiliza como instrumentos. Entonces, como que no lo pensamos en esos términos tan conceptuales, y esa lectura, esa devolución nos hizo volver a mirar nuestra creación de una manera así, simpática y alegre, enriquecida de nuevo por la lectura de este espectador. Así que yo creo que toda esa mezcla de disciplinas que tienen que ver con la música, con el circo, con el teatro, con las acrobacias es la novedad que hace que “Este Juan Moreira” sea también una propuesta propia en este tiempo que nos toca vivir, que es muy tecnológico, es más, nosotros estamos proponiendo una tecnología corporal, analógica, que tiene que ver con el teatro, con el encuentro, con los cuerpos, estar aquí ahora. Y también junto con el área de Educación del Cervantes desarrollamos un material, unos cuadernos pedagógicos para acompañar las presentaciones. Yo me pongo en el lugar de un estudiante, porque también pasé por ese lugar, cuando se te ofrecen cosas para leer y experiencias potentes, uno agradece. Mi entrada al mundo del arte fue a través de los títeres en Puerto Rico, donde me crié. Entonces para el acceso al arte mucho tiene que ver ese diálogo entre las instituciones. Y en este caso estamos proponiendo una cosa que es bastante alejada para los chicos, poética gauchesca, teatro. Una experiencia que no está tan a mano para los chiquis, que están muy tecnologizados, mediados por las pantallas. Así que poder tener este encuentro con los jóvenes y tener sus devoluciones sobre lo que vieron en escena es un encanto, y me guardo un montón de joyitas, muchas cosas nos están llegando a las redes sociales como reflexiones, dibujos, opiniones, muy copado. Esperamos que pronto se anuncien nuevas funciones de “Este Juan Moreira”, mientras, ¿en qué otros proyectos estás trabajando? Estamos con "Takuareté", esta obra de circo orgánico producida por el colectivo Tierra Colorá y que yo dirijo, la seguimos ensayando y trabajando, tuvimos funciones en Corrientes, quizás tengamos otra por allá. Y lo más cercano es que voy a estar este domingo en el ciclo teatral de obras cortas “Se Picó” presentando mi espectáculo de títeres “Geniolito Infinito”, que es un homenaje al cacique músico guaraní Geniolito, que falleció en 2020. También con un poco de títeres de guantes y también seguimos presentando el libro “Trilogía Roja” editado por Ayvu, editorial independiente y que hace días lo presentamos en el marco de Fiesta del Teatro por la presentación de la Biblioteca del Instituto Nacional del Teatro que va a funcionar en el Museo Yaparí.
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