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» Diario Cordoba
Fecha: 30/10/2024 21:48
A pocos días de que Estados Unidos celebre sus elecciones presidenciales, la polarización política y económica se cierne sobre el país. La confrontación entre el partido Republicano y el partido Demócrata plantea modelos económicos divergentes, tanto en su enfoque fiscal como en sus políticas de comercio, energía, impuestos y regulación. Estas propuestas no solo definirán el futuro del país, sino también el impacto en los mercados, que ya anticipan un resultado ajustado y sus posibles consecuencias. Las bases económicas de cada partido, aunque en su núcleo sean claras, presentan matices. El candidato republicano, Donald Trump, apuesta por una economía basada en la desregulación, la reducción de impuestos y el fortalecimiento de la industria nacional a través de aranceles específicos, principalmente a China y otras economías emergentes. Kamala Harris, la candidata demócrata, mantiene una continuidad con la administración Biden, priorizando una "economía del bienestar" que busca un crecimiento sostenible apoyado en la transición energética y en una estructura fiscal progresiva, que aumente los impuestos a grandes corporaciones y altos ingresos. No obstante, gane quien gane, parece que la tendencia a la hora de incrementar la deuda en la economía estadounidense se va a mantener. Según el informe '¿Qué podemos esperar de las elecciones de Estados Unidos en el plano económico?', elaborado por Real Instituto el Cano, firmado por los autores Judith Arnal y Federico Steinberg, ambos candidatos presentan propuestas que, aunque divergentes en sus enfoques, "parecen condenadas a continuar con la tendencia de crecientes déficit de deuda pública y creciente proteccionismo. Mientras Trump apuesta por un aislacionismo más agresivo, Harris se inclina hacia una política más moderada, pero ambas opciones suponen riesgos considerables para la estabilidad económica internacional, especialmente para países aliados de EEUU, como los de la UE", afirman los autores. Política fiscal Republicanos: Trump ha dejado claro que su administración buscará una continuación de los recortes fiscales introducidos en 2017, ampliándolos aún más en caso de victoria. Su objetivo es reducir impuestos, pretende dejar el tipo del Impuesto de Sociedades en el 15%, eximir las propinas y bonificar la Seguridad Social. Estas medidas están orientadas a estimular el crecimiento económico y la inversión, pero podrían tener un impacto significativo en el déficit presupuestario, que podría aumentar entre 6 y 7 billones de dólares en la próxima década. Según el análisis de DWS, estos planes fiscales dependerán también de la capacidad de Trump para negociar con el Congreso, dado que su administración podría enfrentar una fuerte resistencia legislativa en caso de un congreso dividido. Demócratas: Harris plantea una agenda fiscal opuesta, con un aumento del impuesto corporativo al 28% y la implementación de un mínimo global del 21% para las multinacionales. Estos ingresos fiscales adicionales se destinarían a programas sociales y a la transición energética, con el objetivo de redistribuir la riqueza y financiar servicios como la educación y la salud. Según un informe de Columbia Threadneedle Investments, esta estrategia busca reducir la desigualdad y fomentar una economía más inclusiva, aunque aumentará el déficit en unos 2 a 3 billones de dólares en la próxima década. Comercio y aranceles Republicanos: La política comercial de Trump gira en torno a un proteccionismo riguroso, con aranceles del 60% sobre productos chinos y un 10% adicional en importaciones de otros países. Según apunta el análisis de Nextep Finance, estos aranceles pretenden "pagar" las bajadas de impuestos y promover la reindustrialización de EEUU, creando incentivos para que las empresas establezcan operaciones en territorio estadounidense. No obstante, los expertos advierten que esta postura podría llevar a represalias de socios comerciales y aumentar los costos de los productos para los consumidores nacionales. Esta visión la comparte un análisis del Real Instituto el Cano, que señala que Trump "parece favorecer· una política comercial mucho más agresiva, basada en aranceles generalizados. Demócratas: Harris, en cambio, mantendría aranceles estratégicos específicos, especialmente dirigidos a productos tecnológicos de China además de otros países de economías consideradas como "enemigas", según apunta Real Instituto El Cano, como Rusia, Irán y Corea del Norte. También aplicaría una fuerte política de subsidios discriminatorios para el fomento de inversiones verdes, pero trataría de mantener un enfoque más constructivo con otras potencias aliadas al tiempo que aceleraría el friendshoring. Este enfoque, según el informe de DWS, aunque mantiene la presión sobre el comercio con China, busca equilibrar las relaciones internacionales y minimizar las represalias. Energía y cambio climático Republicanos: La administración Trump priorizaría la expansión de la industria de hidrocarburos, eliminando regulaciones sobre la exploración y producción de petróleo y gas. Según un análisis de Columbia Threadneedle Investments, este enfoque beneficia a sectores como el industrial, que vería un descenso en sus costos operativos, pero también plantea riesgos ambientales y podría aumentar las emisiones de carbono a nivel nacional. Demócratas: La política energética de Harris se basa en la continuidad de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que impulsa la inversión en energías renovables y en infraestructura verde. La candidata demócrata propone incentivos fiscales para las tecnologías de energía limpia y una estrategia a largo plazo para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Como detalla el informe de Columbia Threadneedle, esta postura responde a la demanda global de políticas sostenibles y pretende posicionar a EEUU como líder en la lucha contra el cambio climático. Impacto en los mercados y normativa Los efectos de estas políticas en los mercados son ya un tema de análisis y anticipación. Según los informes de DWS y Columbia Threadneedle, la perspectiva de una victoria de Trump generaría volatilidad en sectores como el manufacturero y el tecnológico, debido a la incertidumbre sobre el impacto de los aranceles y las políticas de inmigración. Los mercados podrían reaccionar con alivio ante una administración Harris, percibida como continuista y menos disruptiva. Sin embargo, sectores como el energético y el financiero se beneficiarían de una victoria republicana, dada la reducción de impuestos y regulaciones esperadas. Republicanos: En cuanto a la relación con la banca, según la agencia de calificación crediticia Moody’s, Trump seguramente optaría por la vía de aligerar requisitos de capital y liquidez para entidades de tamaño mediano y pequeño, lo que resultaría negativo para el rating de los bancos. Asimismo, el candidato republicano ha prometido convertir EEUU en una superpotencia para el bitcoin. Demócratas: Harris, en el ámbito regulatorio, favorecería un enfoque más intervencionista, preocupada por la protección de datos y la inclusión, según apunta el Real Instituto El Cano. Esto significaría mayor control a las grandes compañías tecnológicas. Política exterior y defensa Republicanos: La política exterior de Trump sigue su lema de “America First”, buscando reducir la participación de EEUU. En organizaciones como la OTAN y disminuir la ayuda económica a Ucrania. Esto permitiría reasignar recursos a la economía doméstica, pero a costa de tensiones en las relaciones internacionales. Según el análisis de DWS, el enfoque proteccionista de Trump también se extiende a la defensa de aliados estratégicos como Israel, lo que podría fortalecer ciertas alianzas pero debilitar otras, especialmente en el contexto de una cooperación internacional cada vez más compleja. Demócratas: La estrategia de Harris en política exterior se alinea con el multilateralismo y el fortalecimiento de las alianzas tradicionales. Esta visión, descrita en el informe de DWS, busca mantener el liderazgo global de EEUU en un entorno de competencia multipolar, contrarrestando la influencia de potencias como China y Rusia, y manteniendo al mismo tiempo la estabilidad en regiones conflictivas. No obstante, tal y como apunta un análisis de Real Instituto El Cano, ambos candidatos insisten en la importancia de desacoplar su economía con respecto a la de China en las áreas vinculadas a la tecnología y la seguridad. Esta misma entidad estaca que Harris podría adoptar una actitud más proclive al libre comercio es que decida adherirse al Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico, integrado por 11 países, entre los que se encuentran Australia, Japón, Chile, México, Perú, Nueva Zelanda y Singapur, y al que China ha solicitado adherirse, aunque todavía no cumple los requisitos. "Lo interesante del CPTPP es que no solo busca expandir el comercio entre sus integrantes, sino que introduce requisitos institucionales sobre conducta de empresas públicas, licitaciones y subsidios públicos", apunta el informe.
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