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» La Capital
Fecha: 30/10/2024 20:47
Romina González, kinesióloga y docente de la Universidad del Gran Rosario (UGR) , vivió la experiencia única de asistir a los Juegos Olímpicos de París 2024 como parte del equipo del Comité Olímpico Argentino. Con jornadas intensivas de trabajo, cuenta la importancia de la kinesiología para la recuperación física y emocional de los atletas Romina González , nacida y criada en Rosario, cumplió uno de sus sueños al formar parte del equipo olímpico argentino como kinesióloga en los Juegos Olímpicos de París 2024 . Aunque en su juventud no logró competir como atleta, vivir la experiencia desde la kinesiología fue igualmente valioso. “Es un trabajo demandante, pero gratificante” , comenta la experta, quien cada día asistía a atletas, entrenadores y personal del Comité en su rol como kinesióloga del staff oficial. La kinesiología en un evento de esta magnitud tiene un enfoque especial en la recuperación física de los atletas . González explica que más del 90% de las sesiones fueron de recuperación, con técnicas como terapia manual, masajes y compresión. Estos métodos permiten que los atletas, tras competir, puedan volver en condiciones óptimas a la cancha o a la pista en menos de 24 horas. “ El abordaje manual es valioso no solo para el atleta, sino también para que nosotros podamos conocer el estado de sus tejidos” , detalla González. Además de las técnicas manuales, se utilizaron tecnologías y herramientas avanzadas, como botas de compresión y baños de inmersión en hielo, para ayudar a los atletas a dar su mejor desempeño sin riesgo de lesiones. El alto rendimiento implica estar en la línea entre la superación personal y una lesión, y la kinesiología busca asegurar que los atletas logren alcanzar su máximo potencial en cada competencia. La convivencia en la Villa Olímpica también aporta un valor adicional. Para la kinesióloga y docente de la Universidad del Gran Rosario (UGR), el ambiente es único: atletas de diferentes disciplinas y países interactúan, toman mate y comparten momentos de relajación y camaradería. “Es un momento para bajar la ansiedad y el estrés”, afirma, destacando cómo estos espacios favorecen tanto la salud mental como el rendimiento físico de los atletas. Pese a las diferencias de acceso a tecnología entre los países, González sostiene que en Argentina se trabaja con dedicación y cercanía hacia los atletas. Esta calidez, considera, es algo que los atletas valoran especialmente. “Nos importa la persona más allá de sus logros deportivos. Creo que es un plus que tenemos en nuestro país”, concluye, orgullosa del papel de la kinesiología argentina en el deporte de élite.
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