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» El Ciudadano
Fecha: 30/10/2024 19:54
Según trascendió, la reemplazará el empresario Gerardo Werthein actual embajador en Estados Unidos. La ministra venía sufriendo un fuerte desgaste. El reclamo contra el bloqueo económico a la isla tuvo 187 votos a favor y 2 en contra: Estados Unidos e Israel. Argentina mantiene posición hace 30 años El presidente Javier Milei desplazó a la canciller Diana Mondino después de que la Argentina votara en las Naciones Unidas contra el bloqueo que Estados Unidos mantiene sobre Cuba desde hace 62 años. La resolución de la ONU que pide levantar el embargo se aprobó esta vez por 187 votos a favor y 2 en contra, Estados Unidos e Israel, con cuyas políticas se alínea el gobierno de La Libertad Avanza. Además hubo una abstención (Moldavia). El reemplazante, según trascendió, será el empresario Gerardo Werthein, precisamente el actual embajador en Estados Unidos. La resolución de Naciones Unidas reitera la “necesidad de poner fin al embargo económico, comercial y financiero” que Estados Unidos mantiene sobre la isla. Año tras año la Asamblea General de la ONU vota la resolución que pide poner fin al embargo: esta vez fue la número 32ª. Desde hace 30 años argentina mantiene la postura contra el bloqueo, pero la Casa Rosada, aparentemente, pretendía cambiar por primera vez el sentido del voto, sumándose a dos países que según recopilaron analistas de política internacional “sistemáticamente” han votado en contra de la Argentina en su reclamo por las islas Malvinas. La determinación, presentada por el país damnificado, reafirma “la igualdad soberana de los Estados, la no intervención y no injerencia en sus asuntos internos y la libertad de comercio y navegación internacionales, consagrados en numerosos instrumentos jurídicos internacionales”. El texto aprobado, titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, advierte también por disposiciones reglamentarias como la “Ley Helms-Burton”, promulgada el 12 de marzo de 1996 por el país norteamericano. Al respecto, sostiene que sus “efectos extraterritoriales afectan a la soberanía de otros Estados, a los intereses legítimos de entidades o personas bajo su jurisdicción y a la libertad de comercio y navegación”. Asimismo, solicita al secretario general de la ONU, António Guterres, que prepare un informe sobre el cumplimiento de la resolución. Desde la página de la institución detallaron que los representantes de sus Estados miembro “desfilaron por el podio de la Asamblea para explicar su voto e insistir en el carácter ilegal del embargo, afirmar que constituye una violación flagrante y sistemática de la Carta de las Naciones Unidas, y exigir su levantamiento”. “Los delegados destacaron el daño injustificado que el bloqueo inflige al pueblo cubano al privarlo de ingresos indispensables e insumos tan esenciales como los medicamentos”, advirtieron a la vez que revelaron que se pidió el retiro del país de la lista de aquellos que “patrocinan el terrorismo”. Por su parte, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, se dirigió a la Asamblea General antes de la votación, cuestionando la postura de la administración de Joe Biden, quien, según él, “dejó intacto el régimen coercitivo de su predecesor”, Donald Trump, a pesar de las consecuencias humanitarias y económicas adversas para Cuba. Rodríguez Parrilla describió las sanciones como “medidas inhumanas” y “una guerra económica extrema”, y afirmó que buscan intimidar a otros países que defienden su soberanía. El respaldo de la comunidad internacional a la causa cubana fue prácticamente el mismo que en la votación de 2023, aunque Ucrania, que se abstuvo entonces, optó por no participar esta vez. En respaldo de la resolución, la ONU presentó un informe exhaustivo que reúne objeciones al embargo de más de 180 países y 35 instituciones internacionales, entre ellas la Organización Mundial de la Salud, Unicef y el Programa Mundial de Alimentos. Las primeras sanciones estadounidenses a Cuba datan de 1959, y el embargo fue formalizado en 1962 bajo el mandato de John Kennedy. Posteriormente, se reforzó con leyes como la Helms-Burton en 1996 y con las 240 medidas adicionales que implementó Trump entre 2017 y 2021, las cuales la administración Biden apenas modificó. Cuba sigue enfrentando una grave escasez de alimentos, medicinas y combustible, además de apagones diarios y un deterioro de sus servicios estatales. Según un informe cubano, el impacto económico del embargo en el último año fue de aproximadamente 5.056 millones de dólares, aunque el gobierno de la isla no ha detallado cómo calcula estas cifras. Tropiezo y caída Para algunos analistas, el desplazamiento de Mondino era un decisión tomada, e incluso hasta acorada internamente, aunque se esperó a la votación para una puesta en escena que refuerce la fortaleza presidencial o atenuar la imagen de una nueva baja en el elenco oficial, ahora en un puesto de primera línea de exposición. Y a la par calmar las aguas de política internacional. Es que la canciller venía con una imagen esmerilada por errores no forzados propios y hasta del propio jefe del Estado, que ella debió salir a calmar tras una verborragia explosiva y excesiva respecto de España, Brasil y China, los países con gobiernos “zurdos” y algo más que esparció Milei a inicios de su gestión. Después, tuvo que reparar un desliz complejo de desactivar con lazos crecientes con Taiwán, algo inadmisible para Pekín, que por todas las vías cercena cualquier posibilidad de considerar a la isa fuera su posición de un territorio único. Y bajar del tropezón de atribuir una confusión a que los asiáticos “son todos iguales”, lo que en términos diplomáticos es lisa y llanamente un insulto, y en otros términos, también o incluso más, no menos. Finalmente su casi reedición del cuestionado acuerdo Foradori-Duncan, que la Argentina admitió –los vicecancilleres Carlos Foradori y Alan Duncan suscribieron en septiembre de 2016 un comunicado conjunto, sin firma de tratado alguno y por tanto sin paso por el Parlamento– para acercar posiciones en el marco de la identificación de los caídos en las islas en la Guerra de Malvinas en 1982. Esta última gestión le valió un reciente pedido de juicio político por debilitar el reclamo de soberanía nacional sobre el archipiélago. En paralelo, en las últimas semanas Mondino tuvo dos bajas importantes: el vicecanciller Leopoldo Sahores, y el embajador en la ONU, Ricardo Lagorio, dos pesos pesados de la diplomacia, de extensas trayectorias, renunciaron. El primero venía resistiendo como secretario de Relaciones Exteriores a pesar de ser uno de los blancos de LLA en su lucha por imprimirle un sello propio a la política exteroir del gobierno de Milei. Lo reemplazó Eduardo Bustamante, quien hasta ahora era cónsul en Montevideo. El segundo protagonizó un fuerte cortocircuito con la Casa Rosada en la última Asamblea General de Naciones Unidas. En su lugar asumió Francisco Tropepi, quien secundaba en Washington al todavía embajador Werthein.
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