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» El litoral Corrientes
Fecha: 29/10/2024 20:14
Que Javier Milei ha cambiado la orografía de la política tradicional es una realidad indiscutible. Que difícilmente se vuelva al contexto anterior a su presidencia, es una consecuencia necesaria de una mayoría que le entregó el voto para que hiciera precisamente lo que está haciendo. Acosada por veinte años de autocracia corrupta del cristinokirchnerismo, versión recargada del peronismo en el siglo XXI, y de la tibieza de los cambiemitas (Pro y radicales), la sociedad disparó para el otro extremo del establishment, un “outsider” como Milei, una apuesta arriesgada pero que significaba una posibilidad. Perdidos por perdidos, “votamos al loco”. Un rumbo innegociable Ese loco, con la sola fuerza de sus medidas extremas y el desentendimiento de las consecuencias, tuvo la voluntad necesaria para indicar un camino, que obliga a transitar a todos los argentinos, para bien o para mal. Obvio, ante el desconcierto del arco opositor, quién define un rumbo y un objetivo, se constituye en un imán para la feligresía. Casi todos se suben a ese barco, porque “no hay viento favorable para el que no sabe dónde va”, según la sentencia de Séneca. Y el presidente sabe hacia dónde puso la proa de una nave que se llama Argentina, y, guste a quién le guste, tiene la suficiente enjundia para no desviarse. Tal vez alguien diga: “en un país de ciegos, el tuerto es rey”. Y algo de eso hay. “El fortalecimiento del gobierno decanta en un debilitamiento de la república” Recargado por su mejor momento en materia económica, Milei avanza como un huracán, arrasando a una oposición que se muestra desorientada. En modo “divide y reinarás”, el libertario consigue más de lo que hubiera tenido con un Congreso con mayoría propia. Oposición atomizada El peronismo se había embarcado en una inoportuna interna. No hubo operativo clamor para Cristina, que hubiera debido competir con un casi insignificante Quintela. Sin embargo, el ingreso de Cristina al barro pejotista, tenía en la ex primer mandataria un as escondido bajo la manga. El zorro pierde el pelo pero no las mañas. A falta de aclamación, la Junta Electoral del Partido Justicialista bajó la lista competidora. Cristina se autoproclamó titular del denostado en otros tiempos PJ, por vía administrativa. Seguramente, todo vaya a judicializarse. Ello, traerá más división en un ya destartalado peronismo, que, parafraseando a Ernesto Laclau, podemos decir es hoy un “significante sin significado”. “Los partidos tradicionales no paran de dividirse por la fuerza del huracán Milei El Pro no se decide si entregarse del todo sin condiciones o negociar algunos cargos en el gobierno. Lo cierto es que LLA absorbió 35 de sus 37 diputados. Poco futuro se advierte en el partido que llegó a gobernar 4 años, que tiene como principales protagonistas al “jugador de bridge” Mauricio Macri y la Ministra “pero-radi-pro-libertaria” Patricia Bullrich. El radicalismo no se cansa de doblarse, y ahora finalmente se rompe. Por el costo de un asado, y algunas prebendas no debidamente aclaradas, emulando a los cinco tránsfugas que cambiaron su voto, el bloque oficial de la UCR decide ponerse la “peluca”, incorporando al haber presidencial unos 17 diputados. El resto, incluido el presidente del partido, decidió formar bloque aparte. Entre gobernadores tibios, que los hay en todos los sectores políticos, y otros decididamente jugando a favor del oficialismo a cambio de “efectividades conducentes” para sus provincias, el panorama es auspicioso para el presidente. Elecciones 2025 Hoy por hoy, Javo debe estar pensando: “con estos opositores ¿para qué quiero ganar las elecciones de 2025? Es cierto, pero con tropa propia arañando la mayoría parlamentaria, que la puede tener perfectamente en el próximo recambio legislativo, podrá hacer mucho más que lo que puede hoy. ¿Qué quiero decir con esto último? Simplemente que puede ir por todo, y todo significa no sólo copar el Congreso sino también la Corte Suprema, muchos de los jueces federales del país y, finalmente, reformar la Constitución a su gusto y paladar. A confesión de parte, relevo de pruebas. Lo dijo el integrante del tridente gobernante, Santiago Caputo, que ignorando la independencia que supone el ejercicio de la magistratura judicial, expresó el deseo oficialista de tener una Corte propia, que le “asegure” gobernabilidad. Muchos advierten, el articulista incluido, que la trayectoria mileísta en lo institucional se parece mucho a la seguida por el kirchnerismo en tiempo de vacas gordas. Ir por todo, aunque ello signifique dar por tierra con el andamiaje republicano y democrático de nuestro país. Lo único que puede convertir al huracán mileísta en una tormenta tropical primero y luego en una brisa caliente, es que la macro en alza no se traslade a la micro, es decir que los buenos resultados de indicadores económicos como la inflación y el riesgo país, no tenga su contrapartida en una mejora económica y social para los bolsillos de una sociedad ahogada.
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