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» El litoral Corrientes
Fecha: 29/10/2024 19:48
Actuar a tiempo ante un accidente cerebrovascular (ACV) es fundamental para mejorar las posibilidades de recuperación de la persona afectada e incluso salvarle la vida. En el Día Mundial del ACV que se conmemora cada 29 de octubre, es importante repasar las claves de esta enfermedad que en la Argentina afecta a una persona cada cuatro minutos. Unos 40.000 argentinos mueren al año por esta causa, y es la primera razón de discapacidad y la segunda de muerte. Se detectan unos 120 mil casos anuales. Estas son las "verdades" sobre el accidente cerebrovascular que pueden ayudar a actuar con rapidez ante la aparición de secuelas y evitar un desenlace fatal. Cada minuto que pasa luego del ACV se pierden dos millones de neuronas en el cerebro. El ACV o ataque cerebral representa una emergencia médica ya que puede generar daños neurológicos severos y discapacidad de por vida si no se trata en minutos. La asistencia en un centro especializado que cuente con un protocolo "estricto y eficaz" es fundamental para minimizar las posibles secuelas del ACV. Es importante conocer previamente en el lugar en el que cada uno vive cuáles son las instituciones que están especialmente preparadas para dar respuesta en casos de ataque cerebral. Los síntomas no son iguales en todos los pacientes. Algunas personas tendrán señales muy marcadas y visibles como dificultad para hablar, dolor repentino de cabeza (fuerte), imposibilidad de caminar con normalidad, pérdida del equilibrio, debilidad manifiesta en los miembros inferiores o superiores o una parte del rostro. Pero hay otros signos leves como cierta dificultad al hablar (casi imperceptible para la persona que lo sufre, tal vez se dan cuenta otros) y que puede ser transitoria; falta de sensibilidad mínima en el rostro o en los brazos. Ante la duda es fundamental consultar al médico en forma inmediata. Es mejor "exagerar" que dejar pasar síntomas. En el 90% de los casos, se puede actuar sobre las causas de los ACV. Esto quiere decir que están relacionados con hábitos de vida no saludables como fumar, tener una vida sedentaria, tener obesidad o sobrepeso, colesterol elevado y presión arterial alta entre los factores de riesgo más relevantes. Hay más ACV isquémicos entre personas adultas y más ACV hemorrágicos entre personas jóvenes. En el caso de los ACV hemorrágicos suelen producirse por aneurismas que son muy difíciles de detectar y tienen más que ver con cuestiones genéticas (aunque no siempre). El ACV isquémico es más común en personas de más de 60 años, aunque cualquiera de los dos tipos de ACV puede presentarse en cualquier etapa de la vida, incluso en niños.
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