Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Paseadores de perros

    » Diario Cordoba

    Fecha: 28/10/2024 14:18

    Cuando paso con Kira, las terrazas de los dos bares de la plaza están de bote en bote, no cabe ni un alfiler. Son las diez de la mañana, una hora muy normal para desayunar, pero como nosotras estamos levantadas desde las seis, casi nos parece más apropiada para tomar el aperitivo; o me lo parece a mí, porque ella en esto del comer no tiene ningún criterio, salvo engullir lo que le gusta en cuanto se presenta la ocasión, aunque ahora no piensa en comer, sino en confraternizar con los otros ejemplares de su especie que, acompañados de sus amos, saltan corren y olisquean -según dice un amigo mío, para ellos es como para nosotros leer el periódico- dejando a la vez su rastro para que otros sepan que han estado allí. Los amos les seguimos dócilmente, botellita en mano, intentando, con la solución de agua y detergente, neutralizar la huella que tanto interés han puesto en dejar. A Kira no le gustan todos los perros; no sabemos por qué. Es evidente, desde luego, que se lleva mejor con los perros que con las perras -será por aquello de eliminar a la competencia- y que entre los perros prefiere a los grandes, que suelen tener mejor humor que los pequeños y aceptan pacientemente sus zalamerías o sus desplantes, según le da. También muestra sus simpatías y antipatías por los establecimientos. Por ejemplo, le encanta la farmacia; y se pasaría allí las horas muertas durmiendo tranquilamente. En cambio, no le gustan nada las tiendas de alimentación, seguramente porque no la dejan entrar, y cuando pasa ante alguna de ellas mira hacia otro lado con indiferencia o resopla enfadada. Esto de pasear perros es una especie de esclavitud de la que sólo tienen noticia los que los pasean, que somos muchos. Todos los días, varias veces al día, y sintiéndonos culpables por no dedicarle tiempo suficiente a que haga ejercicio -sé de algunos que, sin dejar de vigilarlo, ponen a su perro en la cinta de correr-. A Kira, si llueve, no le gusta salir, cosa que no me explico, porque en el campo se vuelve loca, se asalvaja; no le importa mojarse, corre entre las hierbas empapadas, se revuelca en el barro y regresa chorreando con cara de felicidad. Lo cierto es que los paseadores de perros podríamos formar un club donde comentar nuestras aventuras. Ahora mismo, acaba de surgir una voz femenina procedente de una de las mesas, dirigiéndose a un hombre que se acerca con dos perrazos, una correa en cada mano: «¿Dónde te metes?, que hace mucho que no te veo.», pregunta ella. Y él contesta: ¿Dónde me voy a meter? ¿No me ves? Sacando a las perras; como siempre. No podría haberlo explicado mejor. *Académica Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por