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  • El colapso de una corriente oceánica clave podría tener impactos catastróficos en todo el planeta

    » Diario Cordoba

    Fecha: 28/10/2024 14:12

    Los científicos ya no consideran de baja probabilidad el colapso de la Circulación de Volteo Meridional del Atlántico (AMOC), que incluye a la Corriente del Golfo: se trata de una de las corrientes oceánicas más importantes para el equilibrio ambiental y climático global, y su debilitamiento provocaría eventos climáticos extremos, trayendo mucha más inestabilidad y tormentas, modificando el clima en algunas zonas de Europa y enfriando abruptamente toda la región del Atlántico Norte. El 21 de octubre pasado, 44 oceanógrafos de 15 países distintos publicaron una carta abierta al Consejo Nórdico de Ministros, en la cual solicitaron que se tomen medidas urgentes ante el debilitamiento de la Circulación de Volteo Meridional del Atlántico (AMOC). En el texto sostienen que el riesgo de colapso se ha "subestimado en gran medida" y que tendrá "impactos devastadores e irreversibles" para el planeta en su conjunto. Los investigadores advierten sobre el grave riesgo de un cambio importante en la circulación oceánica en el Atlántico: la corriente AMOC está ligada a la Corriente del Golfo y hace posible un mayor equilibrio climático en Europa, entre otros aspectos que permiten preservar el escenario ambiental global. Sin embargo, una serie de estudios científicos realizados en los últimos años sugieren que este riesgo ha sido muy subestimado hasta el momento. Punto de inflexión y cambios irreversibles Un cambio de circulación oceánica de este tipo tendría efectos devastadores e irreversibles, especialmente para los países nórdicos pero también para otras partes del mundo, sostienen los investigadores que firmaron la carta. Las evidencias indican que la región del Ártico es una "zona cero" para los riesgos de llegar a un punto de inflexión en estos cambios y para la regulación climática en todo el planeta. En dicha región, la capa de hielo de Groenlandia, el hielo del mar de Barents, los sistemas de permafrost boreal, la formación de aguas profundas y la Circulación Meridional Atlántica (CMA) son todos fenómenos vulnerables a cambios importantes en las corrientes oceánicas, que podrían generar reacciones interconectadas y potenciadas por el cambio climático. Los especialistas destacaron que los riesgos de llegar a un punto de inflexión en torno al colapso de la corriente AMOC son reales: ya no pueden considerarse de “baja probabilidad” como se indicaba hasta hoy y pueden ocurrir dentro del rango climático de 1,5-2 °C, fijado en el Acuerdo de París. A pesar de esto, el planeta se dirige actualmente mucho más allá de este rango, ubicándose alrededor de los 2,5 °C por encima de lo aconsejable, en el marco de un escenario de intensificación de la presión de la actividad humana sobre el ambiente. Graves consecuencias En una entrevista publicada en Live Science, el científico Stefan Rahmstorf, oceanógrafo del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, en Alemania, quién impulsó la carta firmada por expertos de todo el mundo, indicó que los efectos de un debilitamiento extremo de la corriente AMOC “serían múltiples y variados. Habría muchos impactos, como el enfriamiento alrededor del Atlántico Norte, en la temperatura del aire en esa región: se trata de la única parte del mundo que no se ha calentado, sino que se ha estado enfriando, en los últimos 100 años”, expresó. “Ese ya es un síntoma concreto, pero cuando AMOC realmente se debilite mucho y se derrumbe por completo, entonces el enfriamiento se expandirá y cubrirá áreas terrestres también, como por ejemplo Irlanda, Escocia, Suecia o Islandia. Todos estos lugares probablemente se volverán varios grados más fríos y también más secos”, agregó Rahmstorf. Al mismo tiempo, como el sur de Europa aún sería cálido y el norte de Europa sería cada vez más gélido, estas diferencias de temperatura impulsarían eventos climáticos extremos, trayendo mucha más variabilidad climática e intensificando las tormentas y otros fenómenos. El nivel del mar también aumentaría hasta medio metro en el Atlántico Norte, sumándose al aumento promedio global que ya está sucediendo. Además, se registraría un efecto sobre la absorción de dióxido de carbono en el océano, que actualmente concentra el 25% de nuestras emisiones de CO2. La ausencia de la corriente AMOC detendría estos procesos, liberando un mayor porcentaje de emisiones hacia la atmósfera. También se afectaría el transporta de oxígeno que realiza esta corriente oceánica, interrumpiendo toda la red de vida en el Atlántico Norte.

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