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CABA » Plazademayo
Fecha: 28/10/2024 12:42
Un volcán y una sorprendente laguna colombiana se encuentran en amenza por los aumentos de las visitas de turistas. En 2017, la guardia indígena cerró el paso a la Laguna Verde para proteger el lugar y sus tradiciones. En la cordillera de los Andes, en el suroeste de Colombia, el cráter de un volcán sagrado alberga una laguna encantadora con decenas de tonalidades de verde, donde se esconde un tesoro natural amenazado por el turismo masivo, pero hoy bajo el resguardo de una comunidad indígena. «A los antepasados de la laguna no les gusta que los molesten. Primero hay que pedir permiso a la naturaleza», dijo Jorge Arévalo, miembro de la guardia indígena, respecto a que ascender al volcán Azufral, que se eleva hasta los 4070 metros sobre el nivel del mar en la región de Nariño, no es solamente cuestión de estado físico. Varios miembros indígenas tomaron acción en el asunto y cerraron el paso a los turistas, donde hoy en día solo está permitido subir a la Laguna Verde, con la autorización del pueblo originario a cargo. La Laguna Verde fue durante mucho tiempo, uno de los secretos mejor guardados de Colombia, pero desde la había tailandesa de Maya Bay, que protagonizó la película «La Playa», hasta el cañón islandés que apareció en un video de Justin Bieber, los turistan han invadido los lugares de belleza más remotos, alterando su delicado equilibrio ecológico. La modernidad y las masivas visitas, hicieron que este paraíso natural colombiano sufriera el impacto del deterioro de las 7.503 hectáreas de parque, lo que llevó a que la guardia indígena lo cerrara en septiembre de 2017. Restos de materia fecal y kilos de basura, se filtraron en el suministro de agua potable de las tres comunidades aledañas y provó que rebalsara la copa. El sistema de lagunas es «la única fuente hídrica que tiene el municipio», señala Arévalo y advierte que «no podemos arriesgar el futuro de nuestros guaguas (niños), por darle gusto a unas personas que vengan a divertirse». Diego Fernando Bolaños, de la dirección de turismo de Nariño, recuerda lamentando que «había hasta 1.500 personas al día. Era invasivo», y sostiene que «la Laguna Verde es una de las joyas que tenemos en el departamento de Nariño», aunque admite que no se ha gestionado de «una manera adecuada». Qué precauciones toman al respecto en Colombia Voluntarios de la guardia indígena patrullan regularmente para detectar y ahuyentar a los intrusos, quienes son castigados según tradiciones indígenas, con reprimendas verbales o un golpe de bastón según el caso. Antes del ascenso, los miembros de la guardia celebran un ritual en presencia de su taita (chamán), Florentino Chasoy, para celebrar el «ciclo de la vida». «Sin nuestros dioses, sin la naturaleza, el agua, las montañas, no somos nada», dice Chasoy y explica que cada uno «pide permiso para subir» a la cima y «contemplar la belleza» de la laguna. Por iniciativa de la Unión Europea, Arévalo es uno de los invitados a la COP 16 de biodiversidad, que se celebrará hasta el 1 de noviembre en la ciudad colombiana de Cali, para hablar de su experiencia. «El trabajo de protección y recuperación de la Laguna Verde por parte de la comunidad indígena de Pasto es un muy buen ejemplo de la conexión entre la acción local y el cambio climático», asegurí Gilles Bertrand, embajador de la UE en Colombia. Bolaños defiende la necesidad de «reabrir gradualmente» el sitio, con acceso pago, aunque bajo un modelo más «sostenible». Por otro lado, Arévalo insiste: «No nos oponemos a que la gente nos visite, nos oponemos al turismo descontrolado» y agregó que «somos los únicos que tomamos medidas contra esta locura». Fuente: Ámbito
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