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Concepcion del Uruguay » La Calle
Fecha: 28/10/2024 00:45
Declararon culpable por “exceso en la legítima defensa” al abuelo que mató a su nieto en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, el 13 de junio de 2022. Brian Batalla Verna tenía 29 años y ese mismo día le había asestado a su abuelo 13 golpes. El lamentable hecho tuvo abundante repercusión en todo el ámbito nacional. Ahora resurgió, ya que el autor del hecho, Domingo Faustino Verna, de 78 años, fue sometido a juicio con un jurado popular, cuyos 12 integrantes votaron en forma unánime. A partir del veredicto de culpabilidad dado el viernes 25 de este mes, al juez de la causa le corresponde dictar sentencia. Imágenes elocuentes Apenas producido el hecho, los canales de televisión repitieron hasta el hartazgo las imágenes extraídas de las cámaras de seguridad de la zona de los hechos, las que muestran a Faustino llegando a su casa en su bicicleta e instantes después al nieto cruzar la calle blandiendo un palo e insultándolo. Literalmente prendida de él, venía una mujer joven que intentaba detenerlo. Al escuchar los gritos, el abuelo se dio vuelta y en ese instante la mujer cayó al suelo, sin embargo persistió en su actitud de detener al joven, aferrada a sus piernas y siendo arrastrada por Brian en su ímpetu agresivo quien, al llegar al portón de entrada al jardín, logró zafarse y se abalanzó sobre su abuelo golpeándolo repetidamente en la cabeza con el palo. En las imágenes se ve que al primer golpe la boina del hombre mayor “voló” a un costado. La joven ya de pie, mientras el atacante seguía agrediendo al hombre mayor, logró interponerse y sacar al joven (luego se supo que era novia del agresor) mientras el abuelo lograba ponerse a resguardo dentro de su casa. Este primer ataque violento terminó con el regreso de la pareja hacia la vivienda de Brian, situada en la vereda de enfrente de la casa de sus abuelos. Sin embargo, poco después, el joven regresó y comenzó a propinar fuertes puntapiés a la puerta de entrada de la vivienda donde estaban resguardados sus abuelos Domingo y Marta. En un momento dado, el abuelo entreabrió la puerta y disparó desde adentro. El joven recibió los disparos y cayó hacia su costado izquierdo, recibiendo otros balazos. Faustino salió al pequeño jardín y miró a su nieto caído, salió también la abuela y ambos intercambiaron unas palabras mientras la madre del joven, hija de la pareja, cruzó la calle corriendo, insultando a su padre. Se inclinó sobre el caído, pero al instante se incorporó y corrió hacia su casa, a pedir ayuda para su hijo herido. Especulaciones acerca de la condena Se hizo hincapié durante la IPP en la condición de militar retirado de este abuelo que, según el periodismo especializado en cuestiones penales, podía ser condenado a perpetuidad o, en su defecto, acusado de homicidio simple y cumplir una pena de entre 8 y 24 años de prisión. Mencionaba, además, que el hombre tenía en su casa cuatro armas, una de las cuales había utilizado en el hecho. El abogado de la mamá de la víctima, en tanto, alegó que se trató de un homicidio con premeditación, delito que prevé prisión perpetua. Ahora el juez deberá determinar si este hombre deberá cumplir prisión domiciliaria, en razón de su edad, o si quedará libre. Una situación insostenible La situación entre los abuelos, que lo habían cuidado desde niño, y este Brian de 29 años, irascible y agresivo en que se había transformado, era insostenible. La abuela Marta había manifestado a la Justicia que su nieto mientras dialogaba con ellos fuera de la vivienda, se conducía normalmente; pero que si lo dejaban entrar los amenazaba de muerte para que les dieran dinero. El día que atacó a su esposo, ella se encontraba en la cocina cuando vio entrar a Faustino con sangre en la cabeza. Luego escuchó gritos y golpes en la puerta y su esposo fue a ver. Ella no presenció el desenlace ya que cuando salió encontró a su nieto ya baleado. Ellos cuidaban a Brian de niño, mientras su mamá trabajaba, y Faustino era muy estricto con él, apegado a la disciplina militar. Se determinó que ya mayor, el joven padecía trastornos psiquiátricos y de adicciones. El autor de los disparos manifestó que ese día actuó pensando en que su esposa corría peligro si su nieto ingresaba a la casa, ya que minutos antes lo había agredido furiosamente a él mismo en el jardín delantero de su vivienda. Agregó que asimismo que daría “su vida para que Brian volviera”. ¿Una “costumbre” o comodidad? Es muy común en estos tiempos que los padres que no pueden atender a sus hijos o que no quieren hacerlo dado su comportamiento, deleguen esta tarea a sus propios padres, vale decir a los abuelos de estos chicos, que ya están fuera del mercado laboral. Pero, ¿es justo esto? ¿Es justo que un jubilado o pareja de jubilados deban cargar con la atención y cuidado de un nieto preadolescente, adolescente o joven que encima padece un trastorno psiquiátrico o adicción o ambos? Creo que no corresponde, no debe ser así de ninguna manera, pues un adulto mayor carga con sus propios problemas derivados del paso del tiempo y ya no tiene fuerzas, ni ganas y, muchas veces, ni recursos, para cargar con un tercero, encima problemático. Un abuelo es eso: “un abuelo”. No trajo al mundo al nieto, sino sus padres, y son estos los que deben bregar o batallar por él si está en problemas, si sufren alguna discapacidad o necesitan que los encausen o apoyen, salvo que el joven sea huérfano o sus padres padezcan a su vez problemas graves de salud física o mental y no puedan ocuparse de ellos. Marta y Faustino son dos abuelos con su vida hecha, que merecen vivir en paz en su casita, disfrutando de sus últimos años sin que de repente apareciera por ahí su nieto a agredirlos y exigirles dinero. Alguien debió velar por ellos también. Que el señor Verna sea militar retirado no lo convierte en demonio, podría haber sido médico, maestro, carpintero, fontanero, podría haber tenido cualquier profesión y al momento de defenderse hubiese actuado igual. Apena que todo haya sido de esa manera, que un alma joven partiera, producto de la acción de su propio abuelo y que el abuelo tuviera que viajar al territorio oscuro de la sangre derramada, para defender su propia vida. Que haya paz en la muerte de este joven y en lo que le queda de vida a su abuelo.
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