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  • 29 de octubre de 1969-Fundación de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio

    Concordia » El Heraldo

    Fecha: 26/10/2024 22:45

    Epopeya de gran trascendencia Nacional, Histórica y Geopolítica protagonizada por Argentinos, que viviendo en pequeñas carpas, en una zona extremadamente inhóspita contando solo con picos, palas y trabajando con esfuerzo, garra y coraje, abrieron un surco de tierra en el Desierto Blanco para permitir operar aviones de gran porte con tren de aterrizaje convencional, es decir con ruedas Decir que el 29 de octubre se cumple un aniversario de la fundación de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio de la Antártida Argentina, parece un hecho intranscendente y cotidiano, pero no es así. ANTECEDENTES La primera acción de la Fuerza Aérea en el Continente Antártico, se remonta al 1º de diciembre de 1951, cuando al mando del Vicecomodoro Gustavo Argentino MARAMBIO se sobrevoló la bahía Margarita en el sector noroeste de la península antártica, actual Base San Martín, con el avión Avro Lincoln Matrícula LV-ZEI (ex B-030), denominado "Cruz del Sud". En el año 1952 el Vicecomodoro MARAMBIO siendo el Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de Tareas Antárticas (FATA), sobrevoló y estudió posibles lugares de aterrizaje en el Sector Antártico Argentino. El broche de oro de estos bombarderos pesados en zonas antárticas, fue el vuelo efectuado el día 28 de octubre de 1965, por el avión Avro Lincoln, matrícula B-022, al mando del entonces Primer Teniente Jorge Francisco MARTÍNEZ, que con motivo de la operación "Socorro", realizó un importante raíd que totalizó casi 22 horas sin escala, en apoyo del avión Douglas C-47 matrícula TA-05, que cumplía la expedición al Polo Sur. El Vicecomodoro Gustavo Argentino MARAMBIO había nacido en Río Cuarto, provincia de Córdoba el 21 de septiembre de 1918 y falleció en un trágico accidente aéreo en la localidad de Mugueta, provincia de Santa Fe el día 12 de noviembre de 1953 y en su homenaje la isla Vicecomodoro Marambio lleva su nombre. En la década del 60 la Fuerza Aérea se empeñó en localizar una zona apta para habilitar una pista de aterrizaje destinada a la operación regular y continua de aeronaves de gran porte con tren de aterrizaje convencional, es decir con ruedas, sin utilizar los sistemas de esquies. El día 25 de noviembre de 1968, un helicóptero Bell UH-1 matrícula H-12, de la Fuerza Aérea embarcado en el rompehielos General San Martín (Q4), tripulado por el Primer Teniente Enrique PESSANA , el Teniente Ricardo CIASCHINI y el Cabo Juan Carlos BALLESTEROS se posó sobre la meseta de la isla Vicecomodoro Marambio, llevando a bordo al Jefe del Grupo Aéreo de Tareas Antárticas(GATA), Vicecomodoro Mario Luis OLEZZA, al Teniente Julio Alberto DOMÍNGUEZ, al ayudante geólogo, mecánico de suelo Héctor Luis PONTE, quien junto al geoglaciólogo, Dr. René Edgar DALINGER, recogieron muestras de terreno, efectuaron mediciones y observaciones de la zona; desconcertándose al principio, para entusiasmarse después, por las características del terreno. La isla Vicecomodoro MARAMBIO, que se encuentra a 3297 km de Buenos Aires y a 2864 km del Polo Sur, en cartas antárticas antiguas es señalada con el nombre de Seymour, en honor a un marino inglés que frecuentó la zona a fines del siglo XIX, pero tomó su nombre actual a partir del año 1956. Embarcados también en el rompehielos llegaba al Continente Antártico la dotación antártica de la Fuerza Aérea 1968/69 (Invernada 1969), que con posterioridad integró la Patrulla Soberanía, fundadora de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio, quienes fueron destinados a la Estación Aeronaval Petrel y a la Base Aérea Teniente Matienzo, que se encontraba en emergencia cuya recuperación y abastecimiento ocupa un lugar destacado en la historia antártica. En el mes de abril del año 1969 se efectuó un relevamiento aerofotográfico de la isla con un avión DHC-6 Twin Otter y reconocimiento desde un avión Hércules C-130, al igual que los efectuados desde el avión DHC-2 Beaver de la dotación de la Base Matienzo. De los múltiples estudios realizados, se llegó a la conclusión que podría materializarse el proyecto sobre la meseta que corona la isla. OPERACIONES PRELIMINARES En el invierno del año 1969 el mundo entero quedó maravillado con la llegada del hombre a la Luna y presenció por televisión un gran despliegue de ciencia y técnica avanzada, lo cual nuestros Antárticos no lo vieron, porque por en ese entonces no llegaban a esos confines las emisiones televisivas. Los integrantes de la Patrulla, que después sobre el terreno se llamó "Soberanía", acondicionaban sus picos, palas, barretas, carpas, equipos de comunicaciones, víveres y otros elementos no tan modernos como los que se llevaron a la Luna que fascinó a la humanidad (Año 1969), llegaron con coraje y sacrificio a un lugar inexplorado, donde plantaron un modesto mástil de cañas con la Bandera Argentina y comenzaron a vivir esta epopeya en los hielos. Cuando se planificó la operación, se pensó cubrir la distancia por tierra entre la Base Aérea Teniente Matienzo y aquella isla, a través del mar congelado y de la Barrera de Larsen (actualmente aguas libres por desintegración de la barrera), pero la falta de consistencia de la capa helada en el canal que separa la isla del continente, paso obligado en el itinerario, presentaba la operación sumamente riesgosa; entonces se iniciaron los preparativos para realizar la operación por medio aéreo. Se preparó para la expedición el pequeño avión monomotor DHC-2 "Beaver" matrícula P-03, al que se le habían cargado algunas carpas, un modesto grupo electrógeno, herramientas, medicamentos, comestibles y otros elementos de supervivencia. Todo estaba decidido y cuando las condiciones meteorológicas mejoraron, desde la Base Matienzo partió el avión "Beaver" con su equipamiento normal para las características del terreno, es decir con esquíes, el cual sobrevoló las inmediaciones de la isla en busca de un lugar apto sobre el mar congelado, que le permitiera anevizar. (aterrizar en hielo o nieve). Una y varias veces pasó sobre el lugar elegido, hasta que anevizó con un suave toque sobre la superficie helada del mar en la Bahía López de Bertodano, con la valiosa colaboración de otro avión Beaver de la Armada Argentina, quedando así abierta la posibilidad del nacimiento de Marambio. Este fue solo el primer punto del arriesgado plan y no había tiempo para dilaciones; mientras un grupo comenzaba a subir a la meseta los pertrechos, el avión Beaver regresaba a Matienzo en busca de nuevos materiales y más personal, repitiendo esta operación varias veces, hasta quedar instalado el campamento. En la bahía, al pie de la meseta se instaló el campamento de abastecimiento "Beta", al mando del Teniente Mario Víctor LICCIARDELO. La Patrulla de Avanzada, subió a la meseta que corona la Isla e instaló el Campamento "Alfa" al mando del Teniente Francisco Florencio MENSI, quienes armaron las carpas para alojamiento, comunicaciones, cocina y baño de campaña y se realizaron las mediciones para determinar el rumbo de la pista. A partir de ese momento, comenzó una difícil rutina de trabajo cotidiano, viviendo en pequeñas carpas, convirtiendo el hielo y la nieve en agua para subsistir, comiendo conservas, aislados en la más completa soledad, luchando a brazo partido y de sol a sol (cuando el clima lo permitía), haciendo la tan soñada pista, aquella que no solo dejó una huella en la piedra y en los hielos, sino también ha dejado una huella de solidaridad y heroísmo en los corazones de los hombres que la forjaron. Después del aterrizaje en la precaria pista que se estaba construyendo del avión DHC-2 "Beaver" P-03, se incrementó el trabajo sobre la meseta; el Campamento "Beta" y su personal se trasladó sobre la misma y la mayoría de los integrantes de la Patrulla de Avanzada fueron relevados por el personal de la Base Matienzo. (Fundación Marambio)

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