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» Diario Cordoba
Fecha: 26/10/2024 14:47
La accidentada cumbre de la Commonwealth, celebrada esta semana en Samoa, ha evidenciado la pérdida de influencia del Reino Unido en el escenario global. Cada vez son más los países que se atreven a desafiar al Gobierno británico y a exigir reparaciones por el pasado colonial, mientras que los líderes de otros destacados países miembros, entre ellos la India o Sudáfrica, han optado directamente por declinar la invitación para asistir a la cumbre de los BRICS, que se ha celebrado en paralelo en la ciudad rusa de Kazán. A las ausencias del primer ministro indio, Narendra Modi, y del presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, se ha sumado la del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien ha optado por enviar a la cita a su embajador en Londres. La cumbre de la Commonwealth ha quedado ensombrecida por la reunión de los países emergentes liderada por Rusia y China, en lo que ha sido interpretado como una muestra de la influencia cada vez mayor que estas potencias están ejerciendo sobre el Sur Global. Países como Sri Lanka o Bangladés tampoco han enviado a sus jefes de Gobierno ni a sus ministros de Exteriores a Samoa, atraídos por las oportunidades y las inversiones ofrecidas por Pekín. “En los últimos tiempos, China ha intentado aumentar su peso e influencia dentro de la Commonwealth, tratando de interferir y de revisarla como organismo internacional impregnado de valores liberales”, destaca un reciente informe del centro de pensamiento ‘Policy Exchange’. Influencia de China Un ejemplo del acercamiento del gigante asiático a los países de la Commonwealth ha sido el acuerdo bilateral de seguridad firmado el año pasado con las Islas Salomón, que ha abierto las puertas a la instalación de una base militar china a menos de 2.000 kilómetros de Australia y ha evidenciado los intereses de Pekín en las islas del Pacífico. Los pactos con otros países de la región, como Fiji o Vanuatu, preocupan a las autoridades británicas, que están tratando de reforzar los vínculos históricos con las antiguas colonias como contrapeso a los movimientos de China. Pero, por ahora, la intención del Gobierno británico de lograr un mayor intercambio económico entre los países miembros apenas se ha materializado en acuerdos concretos. “La ausencia de líderes destacados en la cumbre de la Commonwealth es una muestra de su relativa debilidad como organismo internacional”, asegura Christopher Hill, profesor de la Universidad de Cambridge y experto en relaciones internacionales. “La Commonwealth no decide sobre asuntos importantes, no tiene una capacidad ejecutiva y está dedicada sobre todo a temas culturales, mientras que los BRICS –a pesar de no ser una institución internacional como la Unión Europea– es un grupo de estados muy poderosos y económicamente fuertes”, añade el profesor, quien considera que no es “sorprendente” que los líderes de países como la India o Sudáfrica hayan decidido ir, pero sí es “decepcionante” desde el punto de vista del rumbo político que se está tomando a nivel mundial. El Gobierno laborista es consciente del papel cada vez más relevante de potencias no occidentales como China en el escenario global y ha suavizado su postura respecto al régimen de Pekín desde que llegó al poder el pasado julio. El ministro de Exteriores, David Lammy, hizo una discreta visita al país a mediados de este mes, mientras el Ejecutivo ha retrasado la implementación de un registro sobre las organizaciones y agentes extranjeros “malignos” que operan en el Reino Unido –impulsado por el anterior Gobierno conservador– y que afecta directamente al gigante asiático. La decisión ha indignado a sus rivales políticos, que acusan a los laboristas de adoptar una “postura blanda” con China. Impacto del Brexit A pesar de que la guerra en Ucrania ha reforzado las alianzas del Reino Unido con las potencias europeas, la salida del país de la UE también ha provocado una pérdida reputacional en materia de política exterior. “El Brexit supuestamente tenía que dar una mayor capacidad para establecer relaciones fuera de la UE, pero eso siempre fue un delirio”, señala Hill. “No hay duda de que ha dañado la reputación del Reino Unido, en el sentido de que muchos países no comprenden por qué se ha embarcado en un ejercicio tan dañino para sus intereses”, añade. Los defensores de la ruptura con Bruselas prometieron una mayor libertad en la firma de acuerdos comerciales y de alianzas estratégicas, pero por ahora apenas se han producido avances significativos. Los expertos advierten de la necesidad de que el Gobierno británico dé un paso al frente y ofrezca medidas concretas a los países emergentes. “Si el Reino Unido quiere convertirse en un actor global relevante a través de los foros internacionales en un mundo post-Brexit, tanto la clase política británica como la sociedad civil en general deben promover un relato más positivo de la historia de Gran Bretaña y aumentar la conciencia pública sobre la historia, los valores fundamentales y los objetivos clave de la Commonwealth”, señala el informe de ‘Policy Exchange’. Starmer se ha abierto a revisar el funcionamiento de las instituciones financieras y a condonar deudas de los países miembros; unas medidas que, confía, ayuden a devolver al Reino Unido la influencia perdida en política exterior en los últimos años.
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