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» Diario Cordoba
Fecha: 26/10/2024 14:14
La noticia de que un joven coruñés había muerto víctima de una brutal paliza en la ciudad corrió como la pólvora aquel sábado 3 de julio de 2021 desde las primeras horas de la mañana. La gente iba sabiendo más datos con el avance del día: que el joven se llamaba Samuel Lujiz, que nada había hecho para provocar la reacción que acabó con su vida y que en el medio del tumulto que se lo llevó por delante se escucharon insultos homófobos. Su amiga Lina, presente durante la agresión, fue la primera en corroborarlo: "A Samuel lo mataron al grito de maricón", narró la joven. La cuestión enseguida saltó al debate público. Miles de personas, convocadas por los colectivos LGBTI —20.000 en A Coruña dos días después de lo ocurrido— salieron a las calles para mostrar su dolor y condena por lo que entendían como un crimen de odio, motivado por la condición sexual de Samuel. La cuestión llenó horas de tertulias políticas y escenificó la división entre los que entendían la palabra "maricón" como un insulto al azar, que denunciaban una "instrumentalización" de la figura de Samuel por intereses políticos, y los que defendían que a Samuel le escogieron como víctima por su orientación sexual. El colectivo en defensa de la libertad afectivo sexual Alas A Coruña se personó como acusación popular en el juicio que se celebra estos días en la Audiencia coruñesa. El abogado que representa a la asociación, Mario Pozzo-Citro, que calificó lo ocurrido como "una manada contra una persona», argumentó que «entender que una persona es inferior", por su forma de hablar o de vestir, según citó, "no puede ser objeto de una agresión brutal que le termina quitando la vida con alevosía y ensañamiento". "No estamos en una dictadura ni en la época de las cavernas". Ahora, con el juicio en marcha, las cartas van poniéndose sobre la mesa. Varios testigos de los hechos, algunos de ellos del entorno de los acusados, otros, amigos de la víctima, y también algunos viandantes, refieren haber escuchado las palabras "maricón de mierda" en diversas ocasiones, durante y después de la agresión. De los cinco adultos encausados —los dos menores implicados fueron condenados por asesinato tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía —solo a dos de ellos, Diego Montaña y Catherine Silva, que eran pareja en el momento de la paliza, se les imputa un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento con agravante de discriminación por orientación sexual. La Fiscalía y las acusaciones piden para ambos 25 años de cárcel. Para los otros tres adultos, Kaio Amaral, Alejandro Míguez y Alejandro Freire, no se añade esta agravante. La primera en responder a preguntas de la fiscal en la sede de la Audiencia fue Catherine Silva, que aseguró que su entonces pareja, Diego Montaña, inició la agresión al interpretar que Samuel le estaba grabando, cuando este estaba haciendo una videollamada. Silva ratificó entonces las palabras de Lina. "Le dijo: ‘Deja de grabar, te voy a matar, maricón’", narró Silva. La frase fue también oída, a través de la pantalla, por otra testigo, Vanesa, destinataria de la videollamada que mantenían los jóvenes. La acusada, no obstante, se desmarcó a sí misma de los insultos, y aseguró, a preguntas de su abogado, que ella no profesa animadversión hacia las personas homosexuales, ya que, según su testimonio, sus "mejores amigos" son gays e "incluso transexual". Contrasta con lo declarado por Lina, que aseguró que tanto Montaña como Silva profirieron estos insultos. A preguntas de la fiscal para clarificar si Montaña inició la agresión por la condición sexual, Lina mantiene que "Samuel nunca ocultó su orientación sexual, que se veía que era diferente y tenía una voz fina". El principal señalado como autor de los insultos homófobos "en varias ocasiones" durante aquella noche es Diego Montaña. No solo Lina, Vanesa y Catherine Silva afirman que llamó a Samuel "maricón de mierda" en distintos momentos. También recuerdan haberlo oído claramente dos de los amigos de los acusados. Uno de ellos declaró que Montaña le dijo a Samuel: "Te voy a matar, maricón", algo que, según su versión, "escuchó todo el mundo". Otro amigo del grupo de los imputados ratificó la frase "¿qué grabas, maricón?" atribuida a Montaña. Ninguno oyó a Catherine Silva pronunciar los insultos. Unas palabras que también reproducieron otros tres testigos, que, si bien no presenciaron la agresión, hablaron con Silva y Montaña en su camino de vuelta a casa, siguiendo a la pareja por la calle, donde varios de los implicados se reunieron tras la paliza. Los tres refirieron que el hombre se refería "reiteradamente" a un tercero como "maricón de mierda"», unos insultos que, según su declaración, Catherine Silva no profirió. Uno de ellos matizó que Montaña, en una ocasión, manifestó que "no me gustan los maricones, pero les respeto", y otra de las declarantes, que le escuchó decir la frase "se lo merecía ese maricón". Las versiones de los distintos testigos llamados a declarar en un juicio que se extenderá hasta el día 18 de noviembre van rellenando las lagunas de lo ocurrido aquella noche. Después, serán los magistrados de la Audiencia los que deberán determinar si consideran que los acusados vieron en la condición sexual de Samuel, fuera de toda duda, un motivo para acabar con su vida.
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