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  • La importancia de resguardar el patrimonio para conocernos y reconocernos

    » Elterritorio

    Fecha: 26/10/2024 07:10

    Las marcas que dejó la historia, objetos arqueológicos, lo material y lo simbólico como la música, las costumbres, valores y lenguas, todo es parte del rompecabezas que define la identidad de un pueblo, de una nación sábado 26 de octubre de 2024 | 5:00hs. Zulma hoy vive en Entre Ríos, y sigue atenta siempre al patrimonio misionero. El patrimonio es como una insignia identitaria que nos marca de dónde venimos. La importancia de entender como nuestras las costumbres tanto como los inmueble, cuidarlos y la obligación de transmitirlos es parte de la historia. En diálogo con Zulma Pittau, que no sólo es especialista sino apasionada del tema, recordamos algunos conceptos clave. En primer lugar, ¿cómo definimos un patrimonio? Cuando hablamos de Patrimonio Cultural tenemos que pensar que nos estamos refiriendo a todos estos bienes que recibimos o que heredamos, pero que nos ayudan a forjar nuestra identidad como pueblo, como nación, como grupo humano, y que de alguna manera nos van a permitir saber quiénes somos, de dónde venimos y por qué muchas veces hacemos lo que hacemos. Se puede definir al patrimonio cultural desde lo material, pero también desde lo inmaterial. Y ahí entra entonces todo lo que consideramos como tradiciones, el legado que recibimos de distintas sociedades y también de nuestra familia. La lengua, la religión, los valores, la danza, la música, las prácticas religiosas y los sistemas de creencias todo esto es una herencia colectiva, que denominamos como patrimonio inmaterial, esta memoria histórica que marca muchísimo la identidad o la forma de ser de un pueblo. Precisamente sobre la identidad es una de las preguntas iniciales clave.Hay una eterna pelea por la identidad misionera. ¿Eso influye también en la desestimación o legitimación de una obra como patrimonio? Sí, yo siempre tuve la idea, y la sigo defendiendo, de que no podemos hablar de una sola identidad en Misiones. Tenemos justamente una diversidad de prácticas, de saberes, de representaciones que son continuamente recreadas, actualizadas -como en todo grupo humano- y que se diferencian unas de otras. Por ejemplo, no es lo mismo la cultura de frontera que tenemos en el río Uruguay como la que tenemos sobre el río Paraná o la del centro, Sur o Norte de la provincia, entonces ahí va a ir variando cuáles son esas prácticas y cuáles son los valores identitarios. Siempre a lo que referimos como patrimonio tiene que estar indefectiblemente ligado a lo que nos identifica como como sociedad, como grupo humano, como persona. Si yo este pertenezco a una comunidad indígena, por ejemplo, y posiblemente no me vaya a relacionar con las prácticas de las Pascuas de los ucranianos o de los polacos, sin embargo, no puedo dejar de reconocer que tanto esa como la práctica del año nuevo mbya guaraní son prácticas religiosas igual de identitarias. Entonces, dependiendo de esa enculturación que cada uno tiene, del lugar donde nació, creció y con el cual se identifica va a tener una práctica u otra. Por eso hablar de una sola identidad cultural es utópico. Hay que valorar cada una de esas prácticas como identitarias y representativa. Yo creo que hay que darle una vuelta de tuerca y capitalizar esta idea de la diversidad cultural de la provincia como la fortaleza. En Misiones hay una fuerte impronta de pueblos inmigrantes y pueblos indígenas que resguardan sus saberes. ¿Sobreviven aquí más tradiciones antiguas que en otros territorios? Está bueno aclarar que las tradiciones culturales se van actualizando permanentemente, o sea por más que ahora nosotros podamos representar supongamos, no sé, una determinada danza, una determinada comida o algo como representativo de una de grupo cultural, esto siempre va a ser actualizado y reformulado porque los elementos de ahora no son los mismos que teníamos antes. Siempre las prácticas se van modificando, es erróneo hablar de que una práctica permanece intacta, que es ancestral y que es que no ha sufrido modificaciones en el tiempo. Hablamos en otra oportunidad que en el caso de los inmigrantes se daba mucho este resguardo cultural con el fin de diferenciarse del otro. El polaco no quería ser confundido con el ucraniano y viceversa, por ejemplo... y así las tradiciones se mantuvieron fuertemente hasta hoy... El patrimonio inmaterial subsiste, sobre todo, en el interior de los grupos familiares, por un lado, y, por otro, también lo sostienen las distintas asociaciones y muchas veces las iglesias. Entonces, depende de qué tipo de patrimonio inmaterial estemos hablando. Esto lo suelo mencionar porque para mí fue como icónico: una persona de la comunidad polaca me decía ‘yo siento que estoy aquí de prestado’. Era ya tercera generación nacida en Argentina, hablaba con un acento que claramente era como si él mismo fuese extranjero. Se consideraba a sí mismo argentino, pero que estaba acá de prestado. Entonces, esa idea de que la persona tiene como en una convivencia entre ambas identidades, la de acá, de su suelo natal, pero a su vez considera también como patria la de sus antepasados. Subsiste mucho lo que se transmite por vía materna y que tiene que ver con los usos y costumbres, por ejemplo, de lo que es lo que son las comidas, algunas prácticas familiares decorativas, prácticas religiosas o ritos, artesanías y costumbres Y sobre lo que ya habíamos conversado en otra oportunidad es que un grupo social va a tratar de diferenciarse de otro que de alguna manera resulta como una amenaza cultural hacia su propia identificación.Por eso trata de fortalecer hacia el interior y diferenciarse del otro, con sus costumbres. Eso no sucede cuando no tenés esa amenaza cerca. Sin embargo algo distinto pasa en la frontera misionera con Brasil, por ejemplo, donde van alentando a Messi en portuñol, por ejemplo... Lo que pasa es que las personas y las comunidades van a expresar su concepción del mundo en el lugar donde estén y esa es una cultura propia de frontera. No la vas a encontrar transitando hacia el interior del territorio, ni de un lado ni del otro, ahí van a empezar justamente a diferenciarse. Pero todo lo que es esa vida en común de la frontera va a tener una propia concepción del espacio y sus propios valores, referencias idiomáticas...etcétera. Por eso es bastante complicado trazar una línea en la cuestión cultural y decir: esto sí, esto no, esto me pertenece, esto no me pertenece. No son barreras geográficas, la cultura es permeable y justamente las fronteras también son permeables y permiten este paso cultural de un lado hacia otro. Y en tiempos de globalización esto se va desdibujando, ¿no? Me imagino un adolescente que se identifica más con la cultura del k-pop o un niño con una versión hollywoodense de Marvel... Totalmente, aunque ahí tenés el concepto de aldea global y cómo todo va modificándose a partir de los medios de comunicación masivos y del acceso a los mismos. Un ejemplo propio es el grupo de hip hop o rap Ha’e Kuera Ñande Kuera. Cómo ellos adoptan un determinado estilo de música para expresar lo que lo que piensan, lo que sienten. Toman el lenguaje del rap, un medio totalmente exógeno, para contar cuestiones de su realidad vivida. Hace poco el colectivo Ara Pyau marcó lo mismo sobre el cine. Cómo a través de una herramienta foránea resisten y logran contar sus propias historias. Es que totalmente, esto tiene que ver justamente con la historia de la humanidad, los seres humanos aprovechan el entorno y las posibilidades. Hemos creado a lo largo de la historia distintas maneras de expresarnos y de hacer las cosas que se fueron readaptándose a las posibilidades de cada grupo. Lo hemos estado haciendo durante la historia de la humanidad, siempre. En un momento se hablaba de los préstamos de los bienes culturales, cómo aparece acá un determinado elemento que originalmente estaba en la India o China, por ejemplo. Sin ir más lejos, los instrumentos musicales... cómo se van generando en un determinado lugar y van transitando con los grupos humanos distintos territorios y se va incorporando en la cultura local y readaptando. Por eso decía, la cultura en todos sus aspectos tiene fronteras que siempre van a ser permeables y que van a permitir salidas y entradas de elementos, en su momento exógenos, pero que ahora nos sirven para expresar o para decir algo y nos apropiamos de eso. Y en cuanto al patrimonio material de Misiones, ¿qué logros se han conquistado y qué falta? El tema de la conservación del patrimonio material es bastante reciente, si se quiere. Recién en 1972 la Unesco comienza con su programa de preservación y de dar a conocer los sitios de importancia cultural y natural del mundo. Entonces, ahí comienza toda la cuestión de la inscripción de los bienes a nivel mundial y ahí tenemos uno de los primeros bienes que forman. el patrimonio mundial que son las Reducciones Jesuíticas, las Misiones. Eso marca un antes y un después en la conservación del patrimonio en la provincia porque a partir de ahí también hay una mirada puesta hacia lo que es la conservación de los bienes, después se generan otros a nivel nacional -bienes culturales, históricos, arqueológicos y demás que forman parte del Patrimonio Nacional-. y luego los provinciales y municipales. Allí recién vamos a tener en todos estos ámbitos patrimonios dentro de la provincia tanto en bienes inmuebles como arquitectónicos, históricos, determinados tipos de colecciones, fondos documentales, bienes, objetos arqueológicos y demás. Yo creo que la provincia es muy muy rica en todo lo que refiere a este tipo de bienes porque fíjate tenemos no solamente lo prehistórico, lo que tiene que ver con los estas poblaciones primigenias, tenemos lo jesuita, tenemos la conformación de esta Ruta Belgraniana, que creo que es sumamente valiosa, y además tenemos el patrimonio natural. Estamos cubiertos desde todos los ámbitos. ¿Qué acciones son necesarias para resguardar el patrimonio de una comunidad? ¿Qué rol cumple el Estado y qué rol la sociedad? Primero que nada tenemos que pensar que siempre el patrimonio cultural se va a conformar o que va a ser a partir de un proceso de convalidación social, O sea, lo que para determinado grupo tenga una atribución de valor en cuanto a su función, a su significado, va a tener sentido y va a ser resguardado. Pero si la sociedad no lo reconoce como tal, no se considera que el bien deba ser resguardado. Por eso es tan importante la toma de conciencia y ese es un trabajo cotidiano de las distintas gestiones y de los medios de comunicación, principalmente. Y es permanente, porque siempre vamos a tener nuevas generaciones con las cuales ir hablando y fomentando esta cuestión de toma de conciencia. En las últimas décadas creo que se está experimentando como un cambio importante en esta noción más abierta de entender que el aspecto cultural no solamente es lo de ahora, sino también lo del pasado y que es necesario poder validarlo, en cada una de las generaciones como para poder entender quiénes somos. También en lo que respecta al patrimonio material, para ser reconocido tiene que ser visible, ¿no? Accesible y disponible para el público... Ese es uno de los aspectos que siempre forma parte de las distintas legislaciones, tiene que estar justamente disponible para el disfrute de la gente, fijate que la Unesco usa la palabra disfrute, el disfrute de la observación, el disfrute de poder encontrarme en un lugar que yo realmente pueda sentir que es placentero estar ahí, entonces eso implica que tiene que estar cuidado, que tiene que tener una determinada identificación que a mí me permita conocer la historicidad de ese lugar, que me sienta bien atendido, etcétera. Por otro lado tiene que permitir el acceso a la investigación. Ahora bien, ¿qué pasa si yo tengo un bien arqueológico que me encontré en el fondo de mi chacra?, ¿qué tengo que hacer con esto? Y ahí viene una cuestión sobre la cual trabajamos fuertemente, por lo menos en el tiempo en que yo estuve en la gestión, que tiene que ver con la concientización de los tenedores de los bienes. La legislación dice que yo no puedo comercializar con los bienes, pero no dice que no puedo tenerlo. Entonces, sí lo puedo tener, lo que no puedo hacer es venderlo. Puedo tenerlo en mi casa, pero debo informarlo a las autoridades de aplicación, en este caso sería la Dirección de Patrimonio de la provincia. Debo informar que poseo el bien y lo tengo que tener a disposición de quien quiera observarlo o estudiar lo. Esto significa que si yo declaro el bien, ¿me lo van a venir a sacar? No, no significa eso, pero lo ideal es que la persona que tiene el bien lo ofrezca a alguna de las entidades que puedan resguardarlo adecuadamente como es el caso de los museos, por ejemplo a disposición del público. Ahora ¿cuál sería el caso en el que el Estado puede expropiar el bien? Bueno, en el caso en el que el objeto no esté en buenas condiciones de resguardo, porque son bienes no renovables, irremplazables. Es decir, en el mejor de los casos la persona o el grupo debería entregarlo al lugar más cercano donde pueda ser resguardado. ¿Y por qué el más cercano? Porque la idea es siempre que el objeto quede en el sitio del cual formó parte. Tenemos distintas leyes que, de alguna manera, respaldan y hacen el marco legal para toda esta cuestión de los bienes y sobre todo de la protección del patrimonio arqueológico y paleontológico, como la ley nacional 25.743 a la que Misiones está adherida y también la Ley de Museos de la provincia, que es la 143, entre otras. En definitiva, el resguardar algo es parte de conservar lo nuestro, lo propio también... Cada comunidad tiene la obligación de resguardar sus propios bienes, eso le compete al Estado y tiene que dar las garantías de preservación. Pero también es necesario entender la importancia de nuestro patrimonio, de conocerlo porque tenemos la obligación de transmitirlo y porque es fuente de información, nos permite conocer la historia, saber de dónde venimos. Tiene que ver con conocer nuestras raíces, preservarlas y conservarlas, para crear esa identidad, entender quiénes somos.

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