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  • “Las muertes por accidentes de tránsito son una pandemia y la vacuna es la educación”

    » Elterritorio

    Fecha: 24/10/2024 08:55

    Rubén Tamis enfatizó que en Misiones existe una ley para enseñar educación vial en las escuelas secundarias que muy pocas instituciones cumplen. Además se refirió al rol del agente miércoles 23 de octubre de 2024 | 5:30hs. Actualmente, Rubén Tamis se desempeña como formador de agentes e inspectores de tránsito para la Municipalidad de la Ciudad de Posadas. Foto: Víctor Hugo Paniagua La inseguridad vial se sigue cobrando vidas y destruyendo familias que pierden seres queridos por causas que, en la mayoría de los casos, podrían evitarse si tan sólo se respetase lo que está establecido. Un claro ejemplo de esto es lo que sucedió este fin de semana en Misiones, en el que fallecieron cinco conductores en distintos puntos de la provincia y distintas circunstancias, pero que la mayoría. En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cerca de 1,3 millones de personas mueren anualmente en el mundo por esta causa y entre 20 y 50 millones padecen traumatismos no mortales como consecuencia de los siniestros viales. Sin embargo, a pesar de estas cifras que la posicionan como una epidemia mundial, el problema de la inseguridad vial no siempre suele ser abordado como una cuestión de salud pública por los Estados y sus efectos no son representados en el debate público como corresponde a un problema de tal magnitud. En esta dirección opinó Rubén Tamis, una de las voces autorizadas a nivel local para conversar sobre esta problemática y otras cuestiones que hacen al tránsito en la tierra colorada en general y en la ciudad de Posadas en particular. Tamis hace hincapié en la educación, los controles y las multas para mejorar en poco tiempo las trágicas estadísticas. Además, realizó una autocrítica acerca del rol de los inspectores, reconoció que muchos cometieron cohecho y que por eso se ganaron una mala fama que, según el protagonista de esta Charlas con El Territorio, la nueva generación de agentes la está modificando y volviendo a ganarse un respeto. ¿Cómo nace tu pasión por los temas relacionados al tránsito? Es algo que llevo en la sangre. Mi viejo fue durante 27 años inspector de tránsito. Yo desde chico lo veía como un trabajo muy lindo. La exposición al clima, lo sacrificado que era. De grande se presentó la oportunidad de hacer una Tecnicatura Superior en Seguridad Vial. Yo ya había ingresado en el Departamento de Tránsito en el 2003, cuando tenía 32 años. Cuando entré a trabajar ahí yo sabía sólo lo básico, entonces conseguí una ley de tránsito y la empecé a leer, fui más autodidacta. Cuando empecé a informarme me fui dando cuenta de los errores que se cometen. Hoy en día mi especialidad real es lo que está legislado, que sumado a mi experiencia, hace que esté muy ‘afilado’ y sea una fuente de consulta constante. Además las leyes de tránsito son muy dinámicas y me voy actualizando constantemente. ¿Cambió mucho lo que es el tránsito ahora y lo que era hace 20 años atrás? Sí, por supuesto. Sobre todo en el rol del agente de tránsito. En la época de mi papá los inspectores eran respetados, eran señores inspectores. Luego hubo una degradación de la función, lastimosamente, pero hoy en día se está recuperando con esta nueva gestión. ¿A qué te referís concretamente con degradación de los agentes? Digo que hubo una época en la que había directores que te desautorizaban un procedimiento en tus narices. Largaban autos que se merecían estar en el corralón. También algunos inspectores andaban en cuestiones turbias, de cohecho. Todo eso fue aumentando el descrédito en el agente de tránsito. Hoy las cuestiones legales son mucho más claras, por ejemplo al momento de hacer un test de alcoholemia. Acá nuestra fama está por el suelo, pero gracias a Dios estamos recuperando lo que era antes un agente de tránsito. ¿Hay un mal concepto de los conductores para con los agentes de tránsito? Sí, y mucho tienen que ver esos directivos que no hacían las cosas bien, pero también de agentes que no actuaban como se debe. Uno que tiene un uniforme automáticamente es visto como un corrupto. Esas cuestiones hacen que alguno que haya tenido una mala experiencia con un agente lo tome de esta manera, pero hay que insistir con la formación. Hoy en día ingresan técnicos en Seguridad Vial y se lograron un montón de cosas positivas. El uso de casco en Posadas es de un 97%, eso no pasa en ninguna otra provincia. Esos son logros que se consiguieron gracias a la capacitación y los controles. ¿La gente sabe cuidarse sola o necesita que se le esté controlando? Para abordar este tema es necesario entender que hay tres cuestiones fundamentales: la educación, el control y las sanciones efectivas. No puede fallar ninguna de esas tres para que las cosas funcionen un poco mejor. Las personas que andan en moto saben que tienen que usar el casco porque lo entendieron, porque la educación llegó. Ahora saben que si un inspector te ve andando sin casco no te lo va a perdonar y sí o sí vas a tener que pagar la multa. Ahí se cumplen esas tres patas, pero sería bueno que sigamos avanzando en otras cuestiones como alcoholemia, semáforos en rojo, etc. ¿Cuál es la falta de tránsito más común? Los siniestros viales más graves en Posadas y en la provincia son protagonizados por motociclistas. Las consecuencias son gravísimas y para evitarlas hay que aumentar los controles. Esos controles no tienen que ser estáticos sino en movimiento. Para eso deberían ingresar 50 inspectores nuevos, capacitarse y darle un medio de movilidad. Entonces cualquiera que salga a manejar un vehículo en cualquier lugar de Posadas sepa que se puede topar con un control. Eso puede hacer que se cambie en dos meses las estadísticas que estamos teniendo. ¿Se realizan pocos controles? Es que la mayoría de los inspectores están afectados a las obras viales que se están realizando. Esto demanda que un agente tenga que estar porque si no, no se respeta. El mismo vecino que se quejó por la falta de asfalto durante 20 años pasa por encima del asfalto recién hecho cuando tiene una obra cerca. Está el cartel que dice ‘No pasar’ y pasan igual. Entonces tiene que haber un inspector. Eso hace que se debiliten los controles. ¿Cómo estamos en cuanto al tema alcoholemia acá en Posadas? Y es algo que seguimos viendo constantemente, cada fin de semana, conductores que vuelcan o chocan solos están alcoholizados en el 50% de las ocasiones. También hay cuestiones positivas como lo que pasó en el Oktoberfest que se realizó hace pocos días en la costanera. Se veía el compromiso de los comerciantes que tenían dispositivos y se preocuparon por hacer campañas de conductor asignado, eso para mí es un avance. Los comercios o las actividades que se realicen con alcohol de por medio tienen que tomar esta postura de saber que después hay que volver a casa y lo importante es que no sea al volante ni al manubrio. ¿Por qué cuesta tanto tomar conciencia? ¿Es cultural? Es como el fútbol, todos creemos que sabemos, pero nadie hizo un curso de entrenador. Lo mismo pasa con el alcohol. Todos opinamos, pero pocos conocen las consecuencias psicofísicas que tiene. Que es un depresor del sistema nervioso central. Yo no me doy cuenta, pero no reacciono de la misma manera. Rompe barreras morales. El alcohol tarda doce horas en abandonar el organismo y no hay manera de sacarlo por más que coma una galleta o tome un litro de leche, es algo que ya está en la sangre. Con eso creen que pueden engañar a un alcoholímetro, pero no. Es muy grave y además se pierde todo tipo de derecho. ¿Cómo vienen las nuevas generaciones de conductores? Podría ser mejor. La franja etaria que más pierde la vida en accidentes viales es de 17 a 30 años. Todos quedamos consternados con lo que les pasó a los chicos estudiantes que tuvieron el accidente en abril. En Misiones hay una ley que dice que la educación vial tiene que ser una materia en los colegios secundarios y hay sólo tres que lo cumplen acá en Posadas: Combate de Mbororé, Itatí y Janssen. Esa es una falla. Otro de los errores es en el uso de las cámaras, las cuales hay que utilizarlas para prevenir, no para ver quién tuvo la culpa. Tiene que haber un monitoreo de prevención al que tengan acceso los agentes de tránsito. Entonces si veo que alguien está siendo imprudente y maneja a alta velocidad en la costanera voy a ese lugar. ¿Cuánto sabe el público en general de leyes de tránsito? Un 2% de la sociedad sabe sobre leyes de tránsito. Una copia de las leyes de tránsito sale 4 mil pesos que no es ni un kilo de carne. Ahí tenemos todas las herramientas, está todo escrito y podemos aprender. Yo digo que no aprendemos a manejar, aprendemos a conducir, que tiene que ver con la conducta y hasta que sepamos cuáles son las conductas necesarias no voy a ser un buen conductor, por más que tengas 20 años detrás de un volante. Una pregunta recurrente es ¿por qué manejamos tan mal? Y es porque la gente no sabe, por más que tenga una licencia de conducir. Entonces hay mucha falta de educación… Mirá, hace poco me tocó estar en Catamarca y estuve casi 20 minutos sin poder pasar la calle. No es para que nos relajemos, pero en ese sentido acá en Posadas somos Miami. Las muertes por accidentes de tránsito son una pandemia de la que nadie habla y la vacuna es la educación. Cuando entendamos los riesgos que hay cuando infringimos una regla vamos a entender que no tenemos que dañar al prójimo adrede. Con eso vamos a ir cambiando las conductas. Mucha responsabilidad en esto también tienen los medios de comunicación. En la TV argentina no se ve algún canal que tenga media hora semanal para enseñar conductas viales para todos los usuarios del tránsito. No sólo debe tener un conocimiento pleno de la ley el que tiene una licencia, también la deben tener el ciclista, el del monopatín eléctrico, el peatón. Eso hace falta que se difunda en los medios de comunicación. Hablaste de monopatín, ¿qué opinas acerca de estas nuevas micromovilidades? Esta ciudad tiene un plan estratégico de jerarquización y ordenamiento de las vías. Algo muy importante fue la implementación de las manos únicas porque dieron mucha agilidad al ingreso y egreso de la ciudad. Se incorporaron las ciclovías. Es importante diferenciar ciclovía de bicisenda. Las ciclovías son bidireccionales y no respetan el orden que tenga la arteria principal y tienen una separación física permanente. La bicisenda es una demarcación que muy poca gente respeta. Son estrategias que promueven una movilidad más saludable y segura. Eso impulsa la micromovilidad, falta que los usuarios respeten las reglas establecidas. ¿Qué opinión tenés sobre los conductores que trabajan con aplicaciones de movilidad? El otro día vi a un youtuber que andaba haciendo transporte de pasajeros en motos y él decía que lo que no está prohibido está permitido. Eso es un error porque sí está prohibido por la ley. No se puede hacer un servicio de transporte de pasajeros público sin tener una habilitación. Eso no tienen las motos por ahora, los autos sí. En Posadas se ordenó un poco el tema y con algunos requisitos se puede obtener una habilitación. Acá parece una novedad, pero si pensamos un poco en Encarnación toda la vida hubo mototaxis. Es algo que no está legislado y eso genera un inconveniente. Tienen que tener en cuenta que si los ve un inspector les va a sacar el vehículo. ¿Cuáles son los lugares más peligrosos en Posadas en cuanto a los accidentes? Nosotros los llamamos puntos negros. Es un término antiguo que lo usaban en la época de mi viejo. Se toma la cantidad de muertes que hay en el lapso de diez años en un determinado lugar. Antes era en la zona del puente Zaimán, pero cuando se habilitó el Acceso Sur eso dejó de ser un punto negro. Hoy es muy importante la obra que se está realizando en la intersección de 213 y Quaranta porque ese también es un punto negro. Se está mejorando mucho con la infraestructura que hay hoy en día. Perfil Rubén Tamis Especialista en seguridad vial Nació en la ciudad de Posadas, Misiones, el 23 de mayo de 1971. Su padre fue inspector de tránsito. Es técnico superior en Seguridad Vial, instructor y evaluador matriculado de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, profesor para el Nivel Medio de Educación Técnica. Obtuvo una diplomatura en Derecho Municipal Contravencional y de Faltas. Además, fue durante cinco años agente motorizado en el cuerpo de Tránsito de la Municipalidad de Posadas. Estuvo siete años como jefe de la Escuela Municipal de Tránsito y Educación Vial. Es instructor de conducción segura y defensiva y evaluador de conductores de transportes.

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