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  • Pablo Albella: las dificultades de los +30, la resiliencia que lo llevó a triunfar en el mundo virtual y el esfuerzo detrás de cada video

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 24/10/2024 04:39

    Nacidos en Redes - Pablo Albella Pablo Albella es un creador de contenido y humorista cordobés que, bajo el seudónimo @holaestaPablo, se convirtió en un fenómeno viral durante la pandemia, al crear videos cómicos sobre la cotidianidad de los mayores de 30 años. Estudió publicidad, pero decidió dejar todo y dedicarse al humor en redes sociales. Hoy cuenta con una comunidad de casi 2 millones de seguidores en las principales plataformas. Su éxito no solo se limita al ámbito digital, también incursionó en el teatro con su unipersonal Hola +30, que llenó teatros en Argentina, Paraguay, Uruguay, Perú y España. En el espectáculo, Pablo relata con humor las experiencias y desafíos de la vida adulta. Este año también publicó su libro Historias destacadas, donde combina su faceta creativa y de humor con sus conocimientos sobre publicidad y diseño gráfico. En el ámbito personal, Pablo mantiene una relación de 13 años con Franco, quien lo acompaña en sus giras y es su principal apoyo. Juntos han construido una vida en común, incluyendo su hogar en las afueras de Córdoba y un vínculo que se hizo más fuerte con el paso del tiempo. Pablo Albella: “El trabajo de otros es ir a la oficina, el mío es ser ridículo” Mai: — ¿Cómo comenzó tu camino en las redes sociales? Pablo: — Crecí en Alta Gracia, a 30 kilómetros de Córdoba, y era fan de la tele, como todos los que somos de los ‘90. El universo artístico era algo que siempre me gustó, pero en mi vida pensé que podía hacer algo así parecido. Mai: — No lo proyectabas, no decías: “Yo voy a estar ahí” Pablo: — No, jamás. Nunca fue un objetivo en la vida. Vengo de una familia clase media y en los veranos nos íbamos poco de vacaciones. Esa semanita nuestro chiste era ir a Carlos Paz y esperar afuera de los teatros a que pasen los famosos (risas). Mai: — ¿Vos trabajabas de diseñador gráfico? Pablo: — En realidad yo soy publicista, robaba como diseñador porque una de mis hermanas es diseñadora y aprendí de ella, entonces siendo un publicista que además diseña tenés muchas más probabilidades de entrar al mundo laboral. A mí me iba re bien, laburaba para una agencia de afuera, ganaba bien, en dólares, había trabajado con Thalía y con un montón de gente conocida, pero llega la pandemia, fallece mi papá y son esas cosas que te sacuden. Ahí dije: “¿Qué estoy haciendo con mi vida?” Lo de las redes ya venía funcionando y me estaba entusiasmado. Trabajaba 10 horas en la agencia y no me dejaba tiempo, pero a la vez ya estaba ganando plata con las redes y ahí dije: “¿Y si me animo?” Mai: — Antes, como consumidor de redes, ¿imaginabas que se ganaba así? ¿Pensabas que se ganaba más o menos? Pablo: — No, no pensaba que se ganaba plata. Creía que era mucho de canje. Mi objetivo era decir: “¡Wow! Mirá qué lindo canje que pegué” (risas). Pero no pensé que podía ser un trabajo. Jamás. Mai: — Desde afuera no imaginabas que los creadores de contenidos que mirabas tenían una vida armada en base a las marcas que les pagan. Pablo: — No, para nada. Aparte empezar a los 30 años cuando ya estaban los instagramers era medio increíble. “¿Qué voy a grabar un video y hacerme conocido en las redes? Si recién empiezo”, decía. Y al final se pudo. “Para los videos me inspiré en lo que me pasaba a mí, me cuesta mucho ser adulto”, reconoció Pablo. El nicho en redes Encontrar un público en redes sociales y hacer crecer la comunidad de seguidores puede ser un gran desafío. En un entorno digital saturado de contenido, destacar entre la multitud requiere no solo creatividad y originalidad, sino también una comprensión profunda de las dinámicas de las plataformas. La constante evolución de algoritmos, las tendencias fugaces y la competencia feroz hacen que sea difícil captar y mantener la atención de los usuarios. Además, construir relaciones genuinas con la audiencia demanda tiempo y esfuerzo, ya que la interacción y la autenticidad son clave para fomentar la lealtad. Este proceso implica experimentar, aprender de los errores y adaptarse continuamente, lo que puede resultar agotador para muchos creadores de contenido, pero también gratificante para quienes persiguen una conexión real con su comunidad. Mai: — ¿Qué te inspiró a hablar de los 30 y no volcarte a otro tipo de humor? Pablo: — En realidad yo le puse el número 30, pero no es específicamente los 30, pueden ser desde los 25 y 26 hasta los 40 o 50 porque yo lo asocio con la adultez. Eso del +30 lo tomé de la publicidad, de cómo se dividen los target. Para mí fue orgánico poner el +30, pero nunca pensé que se iba a convertir en una bandera. Me inspiré en lo que me pasaba a mí, que personalmente me cuesta mucho ser adulto. Mai: — ¿Cuáles son las cosas que más te cuestan de tener 30? Pablo: — Las finanzas, muchísimo. Números, impuestos, trámites, eso es como un mundo totalmente ajeno y que no nos lo enseñaron a hacer. Yo empecé a ser independiente sin saber lo que era un monotributo. No tenía idea de las facturas y eso que fui a un secundario que tenía orientación en gestión y administración de empresas y fui escolta de esa escuela (risas). Mai: — ¿Cómo ves a la generación siguiente a la tuya, a los Centennials? Pablo: — Los veo mucho más libres y me encanta porque creo que vienen libres de muchos prejuicios, de mambos que tenemos nosotros con las relaciones, con los trabajos, con la plata, con esto de elegir una profesión para toda la vida, una pareja y una forma de vivir. Nosotros somos la generación que media entre nuestros padres y ellos. Tenemos todo muy estructurado, ordenado. Creo que ellos tienen esa libertad que les traerá obviamente sus problemas, pero son libres. Mai: — ¿Cómo gestionás tu tiempo en pantalla siendo creador de contenido? Pablo: — ¡Ay! no. No lo gestiono. Lo hago muy mal. No me quiero ni fijar en el teléfono cuántas horas paso. Pero estoy mucho en la computadora y después con el celular reviso los mensajes, etc. Mai: — ¿Hacés todo solo? Pablo: — Sí, todo solo: escribir, guionar, grabar, editar, responder mensajes. Me grabo a mí mismo y ando con mi trípode por toda la casa… Mai: — ¿Alguna vez te pasó de decir: “Qué estoy haciendo”? Porque uno está tan solo en esa gestión… Pablo: — Sí, mal. Una vez fui a un súper a grabar y para mí, en mi casa, estando solo, era natural grabar tres veces lo mismo, decir lo mismo en diferentes tonos, pero voy a un super y tenía que hacer una escena en la que decía: “Pero no, esto no es lo que yo pedí” y la hice cinco veces. Vos veías el trípode, la gente pasando y yo diciendo eso. Me acuerdo que había un nenito que me miraba como ¿qué hace este demente? Y es así, es lo que hay. Mai: — Pero no te da vergüenza. Pablo: — En un momento sí me daba mucha vergüenza hasta que dije: “Es mi trabajo”. El trabajo de otros es ir a la oficina, el mío es ser ridículo. Mai: — ¿Y en el supermercado no te echaron? Pablo: — No porque el video era para ese super (risas). “Para mí fue orgánico poner el +30, pero nunca pensé que se iba a convertir en una bandera”, confesó el creador de contenido en diálogo con Mai Pistiner. Mai: — ¿Qué le dirías al Pablo chiquitito que estaba en Córdoba, recién estaba empezando y ni se imaginaba dónde iba a llegar? Pablo: — Hace poco mi psicóloga me hizo escribirle una carta a mi niño porque pasa eso, hay muchas cosas que a veces las pensaba o las tenía como un sueño, pero era algo tan lejano física, geográfica y económicamente que era inalcanzable. Era tan inalcanzable que ni valía la pena soñarlo. Es tan Cris Morena que duele, pero está bueno eso de decirse que sí se puede. Obviamente, te lleva un montón de laburo y hay barreras, sobre todo propias, pero vale la pena probar y si no funciona, no funciona. Pero la vida está para eso, para probar y animarse. Mai: — Todos los creadores de contenido que pasaron por este ciclo se hicieron solos con un celular, Internet, que no es poco, porque no todos lo tienen, pero con talento, ganas y persistencia. Pablo: — Sí, hoy Internet nos dio todas estas chances y posibilidades, pero no es fácil. Yo antes de llegar a todo esto tenía cinco proyectos de Instagram que fui probando y no funcionaron. Hay que saber decir: “Hasta acá, esto no funcionó y voy por otro lado”. Pero esa resiliencia y seguir probando es lo que te saca adelante. Hoy mi laburo, más allá de lo que me da a mí, es hermoso formar parte del día a día de la gente y de cómo la gente se comunica a través de cosas que vos creas, ya sea comentando, compartiendo o etiquetando.

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