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Federal » El Federaense
Fecha: 23/10/2024 06:22
La entrega de los premios Martín Fierro de este año estuvo marcada por un ambiente de tensión debido a la realidad política del país y las críticas que surgen de la abrumadora mayoría de los artistas hacia la gestión del gobierno de Milei, en especial en lo que respecta al INCAA. Mientras algunos intentaban mostrar su apoyo a las decisiones del ejecutivo, la voz colectiva del sector cultural se alzó en defensa de la educación y el cine público. El Clamor por la Defensa del INCAA Artistas de la talla de Leonardo Sbaraglia, Natalia Oreiro y Soledad Villamil subieron al escenario para expresar su malestar por el futuro del INCAA. La voz del decano de la Facultad de Filosofía y Letras también resonó, apoyando el reclamo de los guionistas por la defensa de las universidades públicas en un contexto donde la producción cinematográfica nacional ha caído en un preocupante abismo: en 2024, no se ha rodado ninguna película con el apoyo del gobierno actual. Contrastando Voces: Briski y Brandoni El evento también puso en relieve el contraste entre dos figuras emblemáticas: el reconocido Norman Briski y el cada vez más desafortunado Luis Brandoni. Briski, con una trayectoria que lo ha visto resistir y protagonizar luchas por la justicia cultural desde los años 60, se posicionó con una firmeza ideológica que no ha flaqueado ante el paso del tiempo. Desde su teatro, El Calibán, ha creado un espacio inclusivo que respeta la libertad artística de cientos de talentos. Norman Briski: En contra del sionismo, defensor del cine nacional. En contra del sionismo, defensor del cine nacional. Luis Brandoni: De protagonista rebelde a vocero de un pasado en el que ya no se identifica. En contrapartida, Brandoni se ha convertido en un actor que, tras haber sido un ícono de la izquierda, parece haber encontrado su lugar en un nuevo rol que muchos consideran triste y vacío. Su intento de jactarse de su legado rebelde no puede opacar su falta de compromiso actual con las fuentes de trabajo en el cine argentino. El Público y la Cultura El público presente en la ceremonia no fue indiferente. Más del 80% de los asistentes aplaudió a Briski y mostró apoyo a quienes defendían la producción cinematográfica nacional y la educación pública. Esta respuesta del público brinda una clara señal de que, a pesar de la sombra de las decisiones gubernamentales, existe un núcleo fuerte de resistencia cultural entre los artistas. Mientras otros, como Francella, optaron por el silencio, figuras como Mirta Legrand, aunque perteneciente a la derecha cultural, hicieron un llamado a la razón: “por favor, no cierren el INCAA”. Esto destaca una disonancia dentro de la cultura oficial, donde algunos buscan disimular su posición a medida que se siente la presión de las críticas y la necesidad de un arte verdadero y comprometido. En resumen, despejada la bruma de la ilusión política actual, la pugna cultural entre artistas se afianza. Con los viejos sabios ahora demandando su respeto y el clamor por un entorno creativo libre de censuras, se establece una compleja pero necesaria batalla en la defensa del patrimonio cultural argentino. La resistencia sigue viva y la voz de la cultura se erige ante la adversidad.
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