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Federal » El Federaense
Fecha: 23/10/2024 06:22
La vicepresidenta y presidenta del Senado, Victoria Villarruel, ha tomado una decisión trascendental en la reestructuración de la Cámara alta, despidiendo a un total de 20 empleados temporales que estaban vinculados a diferentes comisiones bicamerales. Este movimiento es solo el comienzo, ya que se anticipa que en los próximos días se sumarán más bajas a esta lista. Dicha resolución se suma a los 38 trabajadores de planta permanente que ya habían sido desvinculados el pasado viernes, quienes habían sido nombrados por Cristina Kirchner antes de finalizar su mandato. Villarruel justifica esta determinación en la legislación vigente, específicamente en la ley del empleado legislativo, que clasifica como personal temporario a quienes son contratados para desempeñar funciones bajo la dirección de un legislador nacional. Según la vicepresidenta, la permanencia de los despedidos no se justifica, dado que sus funciones han concluido con el mandato de quienes los designaron. Un cambio radical en el Senado La reciente medida de Villarruel es parte de una estrategia más amplia para reformar la administración del Senado, que se ha visto marcada por la creación de la Comisión de Análisis de Dotación (CAD) en mayo. Hasta ahora, esta comisión ha resultado en el cese de 419 personas desde que la nueva gestión asumió el control. La vicepresidenta ha señalado que se analizaron irregularidades en la reciente incorporación de empleados a la planta permanente, destacando problemas de idoneidad y cumplimiento de requisitos legales. Comparativa internacional Interesantemente, un análisis reveló que, a pesar de que Argentina y España tienen poblaciones similares, el Senado español cuenta con 266 miembros, lo que triplica la representación argentina de solo 72 senadores. A nivel presupuestario, la Cámara alta en España tiene un gasto anual de aproximadamente 68.3 millones de euros, que es menos de la mitad del presupuesto del Senado argentino para el año en curso. Impacto y reacciones Las decisiones adoptadas por Villarruel han provocado conmoción en los despachos, no solo de la oposición peronista, sino también dentro del oficialismo y en sectores considerados como dialoguistas. Mientras tanto, el clima del Senado ha estado relativamente tranquilo, favorecido por la agenda de viajes de la vicepresidenta y los eventos programados en la provincia de Neuquén. Sin embargo, todos los ojos están puestos en una sesión que se espera para el 31 de octubre. La situación actual del Senado argentino es indicativa de un período de cambios y ajustes que podrían tener un impacto duradero en la política del país. A medida que se avanza en esta reestructuración, será crucial observar cómo afectará esto a la dinámica legislativa y a las relaciones entre los diferentes bloques en el futuro.
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