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  • Un giro radical en la administración tributaria argentina

    » Comercio y Justicia

    Fecha: 22/10/2024 11:09

    Por Marcos A. Sequeira. Tributarista En un anuncio que sacudió los cimientos de la estructura tributaria argentina, el vocero presidencial, Manuel Adorni, informó ayer lunes la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y su reemplazo por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Esta decisión no sólo plantea un cambio significativo en la manera en que el Estado recauda y administra impuestos sino que también forma parte de una estrategia más amplia para reestructurar el aparato estatal, en línea con las metas de la actual administración libertaria. Contexto político y económico del anuncio El gobierno del presidente Javier Milei ha tomado una postura firme en cuanto a la reducción del tamaño del Estado, enfocado en una política de austeridad que busca optimizar los recursos y eliminar lo que consideran estructuras burocráticas ineficientes y “clientelistas”. La AFIP, según expresiones cercanas al oficialismo, no sólo representaba una carga financiera desmedida para el erario sino que también había sido utilizada como una herramienta política que permitía el control y la coerción de distintos actores económicos. Este proceso de desmantelamiento se enmarca en una serie de políticas que vienen siendo anunciadas por el presidente Milei desde su asunción, en la que las instituciones del Estado han sido el objetivo central de su campaña para “achicar” el gasto público. El anuncio de la disolución de la AFIP es una de las medidas más radicales, ya que este organismo ha sido una piedra angular en la estructura tributaria de la Argentina desde su creación en 1997. Reducción de cargos públicos: un ajuste ambicioso Uno de los puntos más destacables del anuncio es la reducción de 34% de los cargos públicos en la nueva agencia, lo que implicará el despido de aproximadamente 3.155 empleados quienes, según Adorni, ingresaron de manera irregular entre 2020 y 2023, durante el mandato del ex presidente Alberto Fernández. Este ajuste, sumado a la eliminación de diversas jerarquías en la estructura, significará un ahorro anual estimado en 6.400 millones de pesos, de acuerdo con las cifras proporcionadas por el vocero presidencial. La eliminación de estos cargos ha sido presentada como una medida necesaria para reducir el peso de la burocracia estatal y corregir lo que el gobierno describe como “excesos y privilegios” en el ámbito público. Los salarios de los cargos superiores de la AFIP, que en algunos casos superaban 30 millones de pesos mensuales, serán revisados y equiparados a los sueldos de ministros y secretarios de Estado, una movida que busca, según las autoridades, “poner fin a los privilegios” de la clase jerárquica del Estado. Las dos nuevas dependencias: DGI y DGA bajo la órbita de ARCA La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), que reemplazará a la AFIP, operará bajo una estructura más simplificada. Dos dependencias clave serán la Dirección General Impositiva (DGI) y la Dirección General de Aduanas (DGA), las cuales estarán a cargo de Andrés Vázquez y José Andrés Véliz, respectivamente. El nombramiento de Vázquez ha despertado interés debido a su historial en la AFIP, en la que tuvo una relación tensa con el ex director Ricardo Echegaray. La mención de su regreso ha generado reacciones mixtas en los círculos económicos, que observan con atención los movimientos internos en la nueva agencia. Véliz, por su parte, cuenta con una vasta experiencia de más de tres décadas en el ámbito aduanero y será el encargado de liderar el proceso de modernización en esa área, un pilar central en los planes del Gobierno. La herencia de la AFIP: de la recaudación a la persecución política La AFIP ha sido durante años un símbolo de la recaudación estatal en Argentina. Sin embargo, las críticas hacia su funcionamiento no son nuevas. El organismo ha sido acusado en múltiples ocasiones de funcionar como una “caja política” y de ser utilizado para fines ajenos a su misión principal, que es la recaudación de tributos. En su conferencia de prensa, Adorni fue categórico al señalar que la AFIP “sometió a muchos argentinos a persecuciones inmorales”, una declaración que refleja el sentimiento de sectores del oficialismo, que ven en esta institución un obstáculo para el desarrollo de una economía más libre y menos intervenida por el Estado. El gobierno de Milei ha sido muy claro en su intención de reformar las instituciones que, a su juicio, han sido mal utilizadas por administraciones anteriores. En este sentido, la AFIP representaba uno de los últimos bastiones de un sistema que, según los funcionarios libertarios, facilitaba la manipulación de las finanzas públicas para sostener un sistema clientelista. Reacciones al anuncio: tensiones y expectativas El anuncio de la disolución de la AFIP y la creación de la ARCA ha generado una serie de reacciones en distintos sectores de la sociedad. Por un lado, quienes apoyan las políticas de Milei ven en esta medida un paso necesario hacia la reducción del tamaño del Estado y la eliminación de los privilegios de la clase política. Desde esta perspectiva, la AFIP simbolizaba una estructura obsoleta, costosa y vinculada a prácticas de abuso de poder, y su eliminación representa una oportunidad para construir un sistema tributario más eficiente y justo. Por otro lado, los críticos de la medida señalan que la disolución de un organismo como la AFIP podría generar incertidumbre y desorganización en el sistema de recaudación, afectando la capacidad del Estado para financiar políticas públicas esenciales. Además, los despidos masivos han generado preocupación en los sindicatos y en sectores de la oposición, que temen un aumento del desempleo y una mayor precarización laboral en el ámbito público. El futuro de la recaudación impositiva en Argentina La creación de la ARCA plantea interrogantes sobre el futuro del sistema impositivo en Argentina. ¿Será capaz esta nueva agencia de lograr una mayor eficiencia en la recaudación de impuestos? ¿Podrá modernizarse el sistema aduanero para mejorar la competitividad y el comercio exterior? El gobierno de Milei apuesta a que la ARCA será una institución más ágil y efectiva, con menos burocracia y un enfoque más técnico en la recaudación y control aduanero. Sin embargo, la implementación de este cambio no estará exenta de desafíos. La transición de un organismo con una estructura consolidada como la AFIP a una nueva agencia requerirá una planificación cuidadosa y un proceso de adaptación tanto para los empleados como para los contribuyentes. Conclusión: un cambio de paradigma en el Estado argentino La disolución de la AFIP y la creación de la ARCA representan uno de los cambios más significativos en la administración pública argentina en las últimas décadas. Este movimiento se inscribe en la lógica de reducción del tamaño del Estado promovida por el Gobierno libertario, que busca eliminar estructuras que considera ineficientes y onerosas para los recursos públicos. Mientras los efectos de esta medida se despliegan en el tiempo, será crucial observar cómo impacta en la economía y en la percepción de la ciudadanía sobre la capacidad del Estado para cumplir con sus responsabilidades fiscales. Lo que está claro es que el anuncio de Adorni marca un punto de inflexión en la historia reciente del sistema tributario argentino, y que su implementación será clave para definir el rumbo de las políticas fiscales en los próximos años.

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