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  • Ribera será la encargada de analizar el ‘macroinforme’ de Renfe contra Ouigo y contra las trabas de Francia

    » Diario Cordoba

    Fecha: 22/10/2024 09:13

    Renfe está elaborando un ‘macroinforme’ que enviará a la Comisión Europea y en el que recogerá “todas las prácticas contrarias a la competencia” que entiende que está cometiendo el gigante estatal francés SNCF en ambos países, tanto en España como en Francia. La pretensión del grupo español es forzar a la Comisión a que se pronuncie sobre las actuaciones de la compañía gala antes de presentar una denuncia formal ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. El Gobierno español y la propia Renfe llevan tiempo quejándose abiertamente de las prácticas de SNCF en un doble ámbito. Por un lado, denuncian las trabas que las autoridades del país vecino ponen a la compañía española para entrar en el negocio de la alta velocidad en el mercado francés, con dilaciones en el proceso de autorizaciones. Y, por otro, también alertan de la agresiva estrategia de tarifas de la compañía Ouigo -la marca con la que el grupo SNCF opera en el mercado español-, con la que está hundiendo el precio de los billetes por debajo de sus costes, aun a costa de acumular pérdidas millonarias para posteriormente cubrirlas con el respaldo financiero del Estado francés. Renfe, grupo estatal que depende del Ministerio de Transportes, comandado por Óscar Puente, trabaja en la recopilación de toda la información necesaria para armar un dossier integral para remitirlo a la Comisión Europea, lo que obligará a Bruselas tenga a pronunciarse formalmente sobre si encuentra actuaciones ilícitas o reprochables por parte de Francia para entorpecer el proceso de liberalización ferroviaria. Si el Ejecutivo comunitario confirma que hay indicios de irregularidades, Renfe o el Gobierno español presentarán una demanda en el TJUE. El plan de Renfe pasa por remitir la documentación al área de Competencia de la Comisión Europea y muy probablemente también se enviará al área encargada de Protección de los Consumidores para que analicen sus quejas, según confirman fuentes oficiales a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. En el nuevo colegio de comisarios que se conformará en diciembre, una vez que los nuevos miembros consigan el aval de la Eurocámara, la poderosa cartera de Competencia del Ejecutivo comunitaria estará bajo el control de la española Teresa Ribera, en su papel de nueva 'supercomisaria' encargada de la Transición Limpia, Justa y Competitiva. La todavía vicepresidenta tercera del Gobierno nacional y ministra para la Transición Ecológica será la encargada de examinar el dossier integral de Renfe sobre las prácticas contra la competencia que, según denuncia el grupo español, podría estar cometiendo las administraciones de Francia y también su rival galo SNCF. Si Renfe se decide a remitir también el informe en ciernes al área de Consumo de la Comisión Europea, también tendría que analizarlo el nuevo comisario irlandés de Justicia, Michael McGrath, en cuya cartera se incluyen las competencias de Mercado Interior y Protección del Consumidor. Las denuncias de Renfe El ministro español de Transportes, Óscar Puente, lleva meses cargando contra Ouigo por su agresiva estrategia de rebaja de precios en los corredores de trenes de alta velocidad en los que opera frente a la compañía pública española Renfe y frente a Iryo (controlada por el Estado italiano, pero participada también por empresas privadas españolas), y señalando que se trata de un comportamiento de competencia desleal y que estaría cayendo en el dumping (una práctica irregular de venta por debajo de los costes operativos). Desde Ouigo se insiste en su total "tranquilidad" sobre este asunto y muestran su confianza en "el funcionamiento de su modelo industrial, que ha permitido democratizar la alta velocidad en España y que cada vez más ciudadanos puedan viajar en tren". El Gobierno español ha llegado a señalar que Ouigo se aprovecha del respaldo financiero del Estado francés -la compañía es propiedad del grupo público galo SNCF- para tirar los precios, reventando el mercado mientras asume pérdidas millonarias, para posteriormente recibir nuevas inyecciones financieras mediante ampliaciones de capital que cubre la Administración francesa. Ouigo ha registrado sólo pérdidas desde el inicio de sus operaciones en España y el año pasado elevó un 17% los números rojos, hasta 42,7 millones de euros. La compañía gala ha ejecutado varias ampliaciones de capital por casi 24 millones que han sido cubiertos íntegramente por el grupo público SNCF. En paralelo, el Gobierno español se queja de que Renfe no está encontrando en su intento de crecer en Francia las mismas facilidades de las que han disfrutado Ouigo o Iryo para desembarcar en el mercado español. Los planes de Renfe pasan por impulsar con fuerza su desembarco en la alta velocidad en Francia, donde ya opera en varias ciudades (Marsella, Lyon y ahora también Toulousse), pero aún no ha conseguido su gran meta de llegar a París. Renfe acumula ya un enorme retraso en su objetivo de empezar a operar la ruta de alta velocidad Barcelona-París y se está enfrentando a lo que consideran una preocupante lentitud administrativa por parte de las autoridades francesas. El objetivo de la empresa pública española era poder competir operando en la línea Barcelona-París antes de que comenzaran los Juegos Olímpicos del pasado verano, luego se conformó con poder conseguirlo a final de este año. Y ahora la meta es intentar lanzar la ruta en algún momento de 2025, pero, según ha advertido el propio ministro Puente, ya es más que probable que no se consiga hasta 2026. Durante una década y hasta finales de 2022, la conexión Barcelona-París la operaban de manera conjunta Renfe y SNCF a través de una sociedad controlada a partes iguales (Elipsos), pero el grupo galo rompió la alianza y se lanzó a explotarla en solitario. Renfe lleva desde entonces intentando lanzar su propia ruta con la capital francesa sin conseguirlo, fundamentalmente por la dificultad con que se está topando para avanzar el proceso de homologación de los trenes Talgo que pretende utilizar en el mercado francés. Renfe está a la espera de que la española Talgo consiga la certificación de su modelo S-106 (el famoso Avril, cuya fabricación ya de por sí acumuló grandes retrasos) para poder utilizarlo en la ruta Barcelona-París. Hasta que los trenes no estén homologados, Renfe no puede conseguir el preceptivo certificado de seguridad para la conexión con París. El principal problema que está encontrando la dupla Talgo-Renfe para obtener las autorizaciones para poder operar hasta París se debe al incompleto despliegue del sistema europeo de gestión del tráfico ferroviario (ERTMS) en la red francesa. “Las empresas responsables de organizar y aprobar el proceso de homologación de los trenes dependen de una forma u otra del propio grupo SNCF”, apuntan fuentes de Renfe. El retraso en el despliegue está suponiendo una ventaja competitiva para la pública SNFC, que tiene acceso a una tecnología cautiva en las líneas francesas y que tiene en su mano dar el visto bueno a su utilización por parte de otros operadores.

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