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» Diario Cordoba
Fecha: 21/10/2024 18:16
Al subir por la carretera de Trassierra es posible vislumbrar oculta entre las montañas una torre. No se percibe a simple vista, ya que únicamente se atisba durante unos minutos en la subida y está escondida entre las lomas de Sierra Morena. Junto a esta construcción que vigila la ciudad se encuentra uno de los miradores más espectaculares de Córdoba. Se trata de la torre de las Siete Esquinas. Esta edificación tiene un origen islámico y se remonta al año 858, durante el periodo del Emirato de Córdoba. Según la leyenda, se edificó para evitar que los cristianos que vivían en las montañas reconstruyeran el monasterio visigodo de Peña Melaria. Dicho complejo se levantó en el año 825 por los padres de la Esclarecida Virgen Mártir Santa María Pomposa. Sin embargo, la historia sugiere que la torre fue erigida con fines defensivos, ya que el Emirato levantó un cinturón de fortificaciones para controlar la Sierra y los accesos a la ciudad. Imagen de la Torre de las Siete Esquinas. / MANUEL MURILLO Estas estructuras también sirvieron para vigilar los caminos hacia Medina Azahara. La torre de las Palomas, del Viejo y la torre del Beato formaban parte de esta hilera defensiva, siendo la última la que mejor ha resistido el paso del tiempo. Varias teorías sobre el nombre Volviendo a la torre de las Siete Esquinas, su nombre es curioso, pues tiene una planta octogonal y no heptagonal. Existen varias teorías sobre este nombre tan singular. José Manuel Morales, escritor y autor del blog Córdoba Misteriosa, descarta la posibilidad de que se deba a un error en la numeración de los lados. En cambio, sugiere que el nombre podría relacionarse con el simbolismo del número siete, que representa la unión entre el cielo y el mundo material en la cultura cristiana, y tiene un significado especial también para musulmanes y judíos. Morales también recuerda que en la época medieval era común construir torres con una planta octogonal. Cada lado mide aproximadamente 3,40 metros y su construcción emplea la técnica de mampostería, muy usada en la época. Se utilizaron piedras irregulares unidas con argamasa, lo que da a sus muros un grosor de 90 centímetros. Su altura no alcanza los cinco metros, quedándose en los 4,75 metros. Se accede al interior por una amplia abertura en uno de los lados, aunque actualmente está abandonada y solo alberga vegetación y algo de basura. A pesar de esto, la estructura general está bien conservada. Localización y cómo llegar a ella Para llegar a la torre, hay que tomar la carretera de Trassierra en dirección a la gasolinera El Cruce. Una vez allí, girar a la derecha y, tras recorrer algo más de dos kilómetros, se llega al Mirador de las Niñas. Desde allí, tomando la vereda Pantuflo, se accede a la torre. Uno de los lados de la torre. / MANUEL MURILLO Su ubicación privilegiada ofrece una vista espectacular de Córdoba, la Sierra y sus alrededores, especialmente en días despejados, convirtiéndose en uno de los mejores puntos para admirar la ciudad. Es, por tanto, una opción excelente para disfrutar de la ciudad en completa tranquilidad. Suscríbete para seguir leyendo
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