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  • ¿Cómo son las exclusivas casitas infantiles que superan los 10 mil dólares?

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 21/10/2024 04:42

    Somos Todas - Vicky Parra Victoria Parra, más conocida como Vicky, es una emprendedora argentina creadora de La Petite Maison, que se dedica a la creación de exclusivas casitas infantiles, ambientación de habitaciones para los más chicos y decoración, entre otras cosas. Vicky es madre de dos hijas: Olivia de 12 años y Lourdes de 20; y junto a su socia, Natalia Tagliacozzo, hace seis años lanzaron su idea al mercado y se convirtió en un éxito. Actualmente, brindan servicio personalizado en Argentina, Paraguay, España y Estados Unidos. En diálogo con Coty Crotto y Mariana Gándara, la emprendedora contó cómo logró hacer su sueño realidad, a pesar de las dudas y críticas que enfrentó. Además, compartió detalles sobre su público objetivo y las valiosas lecciones que le dejó un camino lleno de desafíos. Las casitas, dependiendo del pedido de cada cliente, tienen un valor de 10 mil dólares en adelante. (@lapetitemaisonoficial) Mariana: — Contanos cómo nace la idea de estas casitas que literal son de lujo. ¿Son para niños? Vicky: — Son para niños y para animales también. Cuando veo cosas que me gustan soy de meterme y hacerlas. En su momento hice lo de los jardines verticales y terminé dando cursos de eso. Con las casitas me pasó que me habían operado, era una operación bastante heavy que no pensé que iba a llevar tanto tiempo la rehabilitación y me tuvo más de 45 días acostada porque no me podía parar. Fue bastante feo, estaba mucho tiempo con el celular y vi que en Europa hacían casitas como se dice ahora customizadas, con cortinas, flores, etc. Mariana: — ¿Cuál es la dimensión de las casitas? Porque uno cuando dice casita para niños se imagina algo chiquito, pero no. Vicky: — Es como una habitación en realidad. Nuestro jefe de taller mide 1,80 y entra parado. Yo lo defino más como un playroom en el medio del parque porque fuimos evolucionando, primero trabajamos en la estructura y después dimos un paso más allá: hacer algo que acá no exista. Logramos hacer un sistema constructivo en seco, reemplazamos todo lo que era en madera y pusimos materiales como chapas reales, aberturas de aluminio y demás. Cuentan con el sistema domótica, Alexa, aire acondicionado, puertos USB para cargar celulares. (@lapetitemaisonoficial) Mariana: — ¿Tienen habitaciones, baño, cocina? Vicky: — Se puede hacer en realidad. Una vez una mamá me planteó de hacer un baño de mentirita y yo le dije: “Te doy un consejo como mamá, yo no se lo haría porque si no tiene una instalación, posiblemente un día festejes un cumpleaños y alguien va a haber un inodoro y se va a confundir con justa razón”. Coty: — Es un tema de higiene. Vicky: — Claro. Pero hoy por hoy tienen domótica, Alexa, aire acondicionado, puertos USB para cargar celulares... Mariana: — ¡Quiero una casita de esas! (risas) Vicky: — Por eso las describo más que como una casita de parque como un playroom. Estos detalles empezaron con una mama de 53 años que, después de haber pedido 13 embarazos, logró tener a su hija y ella me dijo: “Yo paso todo el día con la nena así que poneme un enchufe para la Nespresso, el aire acondicionado y el puerto USB para cargar celulares”. Me dio la idea porque a mí me parecía un montón, pero lo del aire acondicionado es un 100. "Para que funcione tenés que amar lo que hacés, lo que estudiaste o lo que decidiste emprender", expresó Vicky. (Candela Teicheira) Coty: — Obviamente todo esto tiene su costo. ¿Cuánto salen las casitas? Vicky: — Voy a contestar lo mismo que le digo a la gente cuando me pregunta cuánto cuesta hacer una casita o una habitación, porque también hacemos habitaciones infantiles para las mamás que viven en un departamento y no tienen espacio físico o un parque y quieren llevar a cabo un proyecto nuestro. Es como preguntar cuánto sale un auto. Una casita infantil puede partir de los 10 mil dólares en adelante y la realidad es que no hay techo. Mariana: — ¿Cuál fue la más cara que hiciste? Vicky: — Hicimos una casita de casi 30 mil dólares. Era una casita para un caballo. Esa fue la más cara hasta ahora. Las dimensiones de las casitas las eligen los clientes, pero en general la altura es de 1,80 metros. (@lapetitemaisonoficial) Coty: — ¿Cómo era la casita del caballo? Vicky: — Fue muy loco. Nos llama por teléfono una señora de Villa Meliquina, que queda a 100 kilómetros de San Martín de los Andes, diciéndonos que tenía un caballito falabella, que son esos más chiquititos que los poni, y que quería hacerle al caballo una casita. Honestamente, pensé que me estaba cargando. Yo le dije: “No hay ningún problema. Podemos hacerlo, pero no trabajamos en establos, lo nuestro tiene empapelado, tazas con el borde de oro”. Y ella me dice: “No, no me entendés. Yo quiero lo que hacés vos, pero en realidad como mi marido no quiere que yo esté adentro de mi casa con el caballo quiero tener un espacio afuera para poder estar con Saulo y poder tomar el té con mis vecinas”. Saulo es el nombre del caballo. Se proyectó, se llevó todo allá y estuvimos cinco días trabajando. Éramos 11 personas. Viajó con nosotras hasta un ingeniero electrónico. Coty: — ¿Qué tenía adentro? Vicky: — Era enorme. Tenía 4x3 y 3 metros y medio de altura. Aparte pensamos que, por como lo describía, Saulo era muy chiquito y casi no entra por la puerta. Fue todo un desafío. Saulo tiene empapelado, domótica, televisor, tapizados de cuero con capitoné, los sillones con cuero real, tazas pintadas con su cara y con el borde de oro, tiene todo. Mariana: — Como mamá, ¿sentís que es un poco fuerte un regalo de semejante poder adquisitivo? Vicky: — Yo siempre digo que obviamente no es para todos y soy sincera: yo hago esto porque me encanta, me apasiona y me genera siempre un desafío nuevo. De chiquita me crie en el campo. Mi papá tenía un criadero de gallinas ponedoras, me hacía la casita con dos chapas y cuando necesitaba las chapas o venía una tormenta, volaban y yo me quedaba sin casita. Tortita de barro mezclábamos con huevo y yo era super feliz y no necesitaba nada. Pero obviamente hago esto porque me encanta y atrás de esto hay mucha gente que critica o dice: “Con lo que sale esa casita le podríamos dar de comer a alguien o podrían donarlo”. Pero hay muchas historias de vida atrás de todo esto, como la señora que contaba antes, que fue mamá de grande. Una mamá empresaria, que perdió 13 bebés… Mariana: — Durísimo. Vicky: — Y ella pudo tener a su hija a sus 50 años. Es empresaria, millonaria, ¿no se la va a hacer a la casita a la nena? Después también está el caso que a mí más me movilizó de una chica que tenía cáncer terminal, yo no lo sabía, y ella estaba muy apurada por la entrega. Yo le dije: “No te preocupes. Lo vamos a hacer en el tiempo pactado”. Y cuando llegué a la casa me contó que le quedaban semanas y que querían hacerle ese regalo a su hija. La nena ya no iba al jardín y lo único que me pidió es que la llene de fotos. Pasó un tiempo y la hermana, que fue quien se hizo cargo de esta criatura, me mandó un mensaje con un montón de fotos donde la casita se había llenado de plantas y mariposas; y para mí fue una historia linda porque capaz la chica no era millonaria, no le sobraba el dinero, pero quería dejarle eso. Fue un proyecto realizado con mucho amor para ellas dos y creo que ella vive ahí en esa casita. Yo siento que mi trabajo tal vez genera eso, no pasa desapercibido. Los proyectos completos tardan entre 45 y 60 días. (@lapetitemaisonoficial) Darse a conocer Coty: — Le hiciste casitas a hijos de famosos como Luciana Salazar y Marley. ¿Cómo fue esa experiencia? Vicky: — Te voy a ser sincera, todos los emprendedores al principio necesitamos difusión y a Matilda le hicimos una casita cuando tenía 2 años y a Mirko también, que de hecho fue tanta la difusión no por los papás de los nenes en sí sino porque se generó un revuelo por la casita de Matilda. Hay gente que no sabe que es nuestra y nos dice: “Quiero una como la casita de Matilda” y les digo: “Sí, la hicimos nosotros”. Parece egocéntrico decirlo, pero creo que no quedó una famosa que tenga hijas que no nos haya contactado. Y me pasó que cuando le hicimos la casita a Matilda mi nena, que en ese momento tenía 7 años, vino llorando y me dijo: “Mamá. Vos le regalaste una casita a Matilda y a mí no me hiciste una casita”. Mariana: — ¡Uh! Se pudrió todo en casa. Vicky: — Les juro que me dio un dolor… Nosotras sentimos que esa etapa de difusión necesaria para los emprendedores y que es tan difícil, ya la superamos. Hemos hecho a otros famosos, pero actualmente no hacemos más canje ni nada porque es un costo. Mariana: — Es como un auto. Coty: — ¿Te piden mucho canje? Vicky: — Sí, mucho. Mariana: — ¿Cuántas casitas pueden hacer por año? Vicky: — Hoy por hoy se diversificó mucho. Hacemos muchos proyectos de casitas, pero lo que más estamos haciendo ahora es proyecto de habitaciones integrales. El otro día hicimos un playroom y hasta tuvimos en cuenta al perrito para hacerle un sector especial. Tenemos el proyecto también de Madelon, que es la muñequita argentina que estamos licenciando, que nació como una muñeca de trapo, pero que es una muñeca que tuvo su habitación en el hotel Hilton de Buenos Aires, que fue la que reemplazó a la habitación de Barbie. Cuando en su momento Barbie se fue de Argentina nos convocaron para ese proyecto y fue mencionada por Forbes como la mejor habitación de Sudamérica. Coty: — ¿Cuánto tardan en construirlas? Vicky: — Los proyectos, desde que nos ponemos de acuerdo con el cliente hasta que se realiza, son de 45 a 60 días porque tenemos distintos proveedores que tienen un tiempo de producción en taller, lo mismo que el prearmado de la casa. Si nosotros vamos con todo al lugar, depende del tamaño de la casita, hemos tardado de uno a cuatro días de trabajo. Están hechas con un sistema constructivo en seco y aberturas de aluminio. (@lapetitemaisonoficial) La fórmula para emprender Mariana: — Decías que te criaste en el campo. ¿De dónde sos? Vicky: — Yo nací en Florencio Varela y mis papás son del Chaco. Mariana: — Con tu infancia y esto que contabas de embarrarte y de vivir otra realidad, ¿qué te decía tu entorno cuando decidiste arrancar con este emprendimiento de lujo? Vicky: — En realidad una cosa fue llevando a la otra. La idea no era que sea algo imposible o inalcanzable. La realidad es que las primeras casitas se llovían adentro cuando venía una tormenta y cada vez teníamos que ir perfeccionándolas y poniendole cosas que salen más caras. La madera se hincha, se contrate, se dilata. ¿Qué hicimos? Las cambiamos por aberturas de aluminio que salen caras. Como era un peligro el vidrio para los nenes, les empezamos a poner en vez de acrílico, vidrio laminado, que es el de seguridad. Todas esas cosas hacen que, quieras o no, todos los costos sean más altos. Pero cuando yo arranqué con esto y dije: “Voy a hacer casitas infantiles”. Si bien yo soy de que ir para adelante si me gusta algo, me acuerdo que mi propia familia me decía: “¿A quién se lo vas a vender? Eso no es para Argentina”. Les pudo asegurar que hay poco público, pero ese poco público me contrata a mí porque no hay otra empresa. No digo que no la puede haber porque yo creo que el sol sale para todos, pero hoy somos la única empresa que trabajamos a este nivel de detalle. Por ejemplo, vos tenés una nena, querés la casita y se llama Pia. Yo te hago el empapelado con conejitos, porque lo mandamos a imprimir especialmente, y que abajo diga: Pia. A eso me refiero con nivel de detalle. Vicky: "Lo que hagas tiene que ser distinto, innovador, diferente, porque es lo que llama la atención". (@lapetitemaisonoficial) Coty: — Hay un público para lo inalcanzable. Vicky: — Sí. Es más, si me preguntás: “¿Vos te hubieras hecho una casita?” Y capaz no. De hecho, mi nena me la recriminó. Coty: — ¿Se la hiciste? Vicky: — No, en su momento la decisión era: la pileta o la casita. Y la familia votó la pileta. Mariana: — Pero está bueno también como enseñanza. Vicky: — Sí. Yo no es que digo que mi producto es lo mejor del mundo en el sentido de que una nena o un nene va a ser infeliz si no tiene una Petite. Digo que es algo que yo hago, que me encanta y que lo super usan, incluso, en la preadolescencia. A veces le pongo hasta heladera así que están ahí, juegan a la play, se pintan las uñas, lo usan como un búnker. En vez de estar encerrados en la habitación, que es típico de los preadolescentes, están dentro de la casita y le dan otra utilidad. Modelo de habitación realizado por La Petite Maison. (@lapetitemaisonoficial) Mariana: — ¿Qué aprendizaje te deja tu emprendimiento? Porque tiene mucha visión. Vicky: — Me apasiona lo que hago. Si a mi yo de los 20 años le hubiera contado esto, no lo hubiera creído. Estoy contenta. Quizás lo que me duele es que mi papá, que vino del Chaco con mis hermanitos de 2 y 4 años en el tren y con la ropa en bolsas de arpillera, lo hubiese llegado a ver. Mi mamá falleció hace dos meses y le re gustaba lo que hacía y la llevaba a las obras. Pero nosotros de mi papá, que tenía hecho hasta cuatro grado nada más, aprendimos a tener sentido común y visión. Para otras debo ser una torpe porque no podemos ser buenos en todo, pero estoy contenta con lo que logré, estoy orgullosa y me gusta poder transmitirle a mis hijas que como mujeres está bueno desarrollarse en lo que te gusta y, sin desmerecer un título, porque es super importante que uno estudie, se capacite y se siga capacitando, hay veces que eso no alcanza. Tenés que amar lo que hacés, lo que estudiaste o lo que decidiste emprender. Yo empecé, a plata de hoy, con 30 mil pesos de inversión inicial. Nada. Armamos una página de Instagram, empezamos a publicitar y no paramos nunca más. Mariana: — Más que magia es empuje y garra. Vicky: — Siempre me dicen: “Para hacer algo tenés que tener plata” y yo siento que si me pongo a hacer cualquier cosa, sea vender repasadores, velas o cualquier cosa, mi repasador la tiene que romper, tiene que ser el mejor porque se tiene que destacar del montón que vas a encontrar en cualquier comercio o en Mercado Libre. Lo que hagas tiene que ser distinto, innovador, diferente, porque es lo que llama la atención. Así como hay haters que critican, hay un montón de gente que nos dice: “No puedo comprarte nada, pero me encanta lo que hacés. Te felicito”. Coty: — ¿Como emprendedora cuáles fueron los obstáculos que te encontraste? Vicky: — He tenido momentos en los que los proveedores me cambiaban los precios tres veces por mes, entonces ¿cómo cotizas? Porque si cotizabas en dólares también a veces se daba vuelta la tortilla y si cotizás en pesos te come la inflación y el laburo se va licuando. Como emprendedor es difícil, pero vas encontrando la salida.

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