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  • Música de sikus y una plaza como escenario para los sueños

    » Elterritorio

    Fecha: 20/10/2024 14:43

    Cuando Maxi vio el concierto de Martín en un paseo de Jardín América supo que quería ser músico, comenzó a tomar clases con el artista y hoy son un dúo que hace shows en la zona domingo 20 de octubre de 2024 | 6:05hs. Maxi Díaz y Martín Vallejos ensayan en la plaza de Jardín América y la gente se acerca a escucharlos. Fotos Esteban González La música de raíz, como otras expresiones del arte y la cultura, se transmite de generación en generación. Es un legado que se comparte y un compromiso de los mayores para con los más jóvenes. En Jardín América, la pasión por el folklore se pone de manifiesto en la enseñanza que brinda un músico a un adolescente con ganas de crecer en esta faceta artística. La historia nos lleva a la plaza Colón, principal paseo público local. Los protagonistas son Maximiliano Díaz (14) y Martín Vallejos (42), estudiante y profesor respectivamente. El gusto por la música los hizo conocerse en dicho espacio público una tarde en la que Martín actuó ante el público y entre la concurrencia estaba Maxi. Luego del concierto de Martín, el chico se acercó y le preguntó si era difícil ejecutar el sikus, por lo que Vallejos le alcanzó el instrumento de viento para que probase y fue así que el muchacho sacó unas notas y quedó encantado con la experiencia. “El folklore representa libertad para mí, hay gente que me dice que es ‘algo raro’ tocar el sikus, pero no importa, me gusta y no me dejo influenciar por lo que dicen los demás”, dijo el joven jardinense. Maximiliano es de pocas palabras, pero cuando hace música, en su cara se percibe fácilmente su felicidad. De hecho, comentó que no sabía casi nada de música hasta que vio a Martín en la plaza, por lo que descubrió el universo de los sonidos y se enamoró de este instrumento musical. “Yo no sabía mucho de folklore y fue mi profesor quién me enseñó de a poco y sigo aprendiendo”, contó. Una charla y un camino La primera charla entre ellos fue hace tres meses y desde entonces empezaron a ensayar juntos y ya participaron en algunas peñas. Martín acotó que en la actualidad es su propio alumno quien busca videos en YouTube y en cada nuevo ensayo le muestra algo que aprendió, haciendo notar que el joven tiene mucho entusiasmo y talento musical. Entre el bullicio de la plaza, los apasionados por la música ensayan para sus presentaciones en los escenarios de la región. Así, ya cosecharon aplausos por sus participaciones en peñas y encuentros musicales de Jardín América, Gobernador Roca y Santo Pipó. El objetivo es ir a otros municipios y que más gente los conozca. Sin tener un espacio físico donde poder practicar, el dúo musical utiliza la plaza para hacer sonar sikus y guitarra e incluso no tienen problema de enseñar a otras personas que deseen saber más de la música folklórica o explicar su arte a quienes se acercan con curiosidad. Metas y desafíos Maximiliano sueña con ser músico profesional, recorrer distintos escenarios de la provincia y del país. “Es un sueño que quiero cumplir por más que me cueste, llegar a muchos lugares con el sikus ya que es un instrumento que aprendí rápido y de la nada”, expresó. A su vez, dijo que le costó un poco adquirir la velocidad que se requiere para hacer música, pero que mejora con la práctica. Su deseo además es que más chicos de su edad se interesen en el folklore. “La música folklórica es algo nuestro, debemos hacer conocer más sobre nuestras raíces y valorar porque es lo que nos identifica”, afirmó convencido. Por su parte, Martín ya tiene trayectoria como artista, su padre y tíos fueron músicos también. Argumentó que los que gustan del folklore no pueden escapar de él “porque se lo atesora con mucha pasión y alegría”. Maxi sueña con una carrera en la música y acercar a los jóvenes al folklore. Nacido en Oberá, Martín vivió varios años en Buenos Aires, “pero nunca me pude adaptar del todo”, confió. Así, compró un terreno en Hipólito Yrigoyen, donde reside actualmente. Es él mismo quien busca a Maxi por su casa para los ensayos en la plaza y lo incentiva a crecer. El obereño comentó que es muy difícil vivir de la música. Si bien él continúa el legado de su papá, no tiene hijos y en Maxi encontró la posibilidad de transmitir estos saberes heredados. “A veces no hay plata para el combustible y no puedo buscarlo para ensayar, yo soy mecánico de autos y además hago instalación de aire acondicionado”, expresó y agregó: “Es difícil la vida artística, pero es algo que se hace con mucho amor y eso trato de enseñar también”, comentó el maestro. Asimismo, el alumno consideró que la música no se toma como un trabajo sino como un hobby y que esa mentalidad se debe cambiar porque detrás de una presentación hay estudio, ensayo, instrumentos, equipos de sonido y para eso se requiere de dinero y a la vez, tiempo. “Es el esfuerzo que muy pocos ven, el artista debe buscar el trabajo y son muy pocos los que valoran su arte y eso va a seguir mientras que la música no se tome como un trabajo”, reflexionó. Cuando suben a un escenario los artistas se olvidan de todo lo demás y se expresan a través de la música. Con el ensamble de guitarra y sikus, Martín y Maxi convierten la plaza Colón en un escenario único, donde mucho más alto que el ruido ambiente de la vorágine cotidiana, suenan las canciones de nuestros ancestros, renovadas. Compartí esta nota:

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