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Concepcion del Uruguay » La Calle
Fecha: 20/10/2024 11:18
Los senadores del interbloque Provincias Unidas, el entrerriano Edgardo Kueider y la chubutense Edith Terenzi, presentaron dos proyectos para mudar la Capital Federal a Entre Ríos y Río Negro. Kueider propuso a Paraná como nueva sede, mientras que su par Edith Terenzi abogó por Viedma, opción por la cual intercedió también públicamente el gobernador patagónico Ignacio “Nacho” Torres. “Esta iniciativa busca promover el federalismo y desconcentrar la influencia política y económica de Buenos Aires”, expresó Kueider, uno de los referentes de la coalición, constituida a fines de septiembre, que además está conformada por el correntino y titular de bancada Carlos «Camau» Espínola, la neuquina Lucila Crexell, la cordobesa Alejandra Vigo y el salteño Juan Carlos Romero. El proyecto, que se informó en un comunicado, generó más risas que indignación entre sus colegas, que lo calificaron de “absurdo”, una iniciativa que “solo busca llamar la atención, distraer y hacerle el juego a Milei para que nadie se detenga a pensar demasiado en el desastre que está hundiendo a los argentinos”, señalaron sus antiguos compañeros bancada de la Unión por la Patria. Incluso, hubo quienes señalaron que “da vergüenza ajena salir con disparates de ese tenor, porque hay que ser muy estúpido como para suponer que un Gobierno –al que Kueider apoya, quién sabe a cambio de qué favores–, que ha generado 5 millones de nuevos pobres en 6 meses, que ha sacrificado la obra pública, que ha destrozado el consumo interno y que tiene un fuerte rasgo autoritario y centralista, podría embarcarse en divagación como esa”. Clones de Conan en el Parque Urquiza El proyecto de cambio de capital de Kueider, está previsto en distintas etapas, a lo largo de tres años, y comenzaría por la Presidencia de la Nación y los principales organismos públicos que serían trasladados con todo su personal a la ciudad de Paraná. «Durante ese tiempo, coexistirían las jurisdicciones federal y local en Paraná, manteniéndose las competencias provinciales en los temas no relacionados con el cambio de sede», destacó el concordiense, con una redacción solemne con la que intentó dotar de seriedad a la patochada. De tal suerte, que en una eventual reelección de Javier Milei, el Presidente se radicaría junto con sus “hijitos de cuatro patas”, Yuyito González, su hermana Karina y buena parte de su troupe en alguna quinta aledaña a la capital provincial o en alguna casona del Parque Urquiza. Pero “el triángulo de hierro”, no estaría completo sin el tirador con pistola Santiago Caputo, quien por no ser funcionario formal, podría seguir viviendo y entrenando en los polígonos porteños. Elogios a Alfonsín y Kueider Edith Terenzi retomó la propuesta de la Ley 23.512 de 1987, impulsada por el ex presidente Raúl Alfonsín, que buscaba mudar la capital a las ciudades de Carmen de Patagones, Viedma y Guardia Mitre. El propósito es descomprimir el AMBA y “generar una nueva dinámica de desarrollo en el sur del país, una región históricamente relegada”, indicaron. “El gobierno promueve la modernización, la descentralización administrativa y la planificación del desarrollo, contemplando las características culturales, históricas y socioeconómicas de las diferentes regiones internas, fortaleciendo el protagonismo de los municipios. Esta ley dará amplio impulso a este objetivo común”, completaron los dos legisladores del bloque Provincias Unidas. El gobernador Ignacio Torres elogió a Kueider porque “nosotros discutimos lo urgente, Argentina está constantemente en la diaria, atacando con alambres los problemas, yendo atrás de la coyuntura, es muy difícil parar la pelota y discutir lo importante, que es qué modelo de país queremos”, afirmó. Torres sugirió que a diferencia de la década del 80 cuando no existieron los consensos para llevarlo adelante, “en la actualidad existen”. Sus dichos, son otra muestra del sinsentido que invade a los dirigentes políticos cuando pretenden argumentar lo indefendible. Según Kueider, no sería complicado alcanzar el consenso necesario en ambas cámaras, porque el proyecto es similar al que en su momento presentaron el peronismo, el radicalismo y el PRO. En su cálculo, no tiene en cuenta, por caso, que el de la UCR fue elaborado en 1986. Y desde entonces, los “herederos de Alfonsín”, olvidaron el tema para no pagar el costo político que afrontó el propio Alfonsín. Kueider tampoco se detiene a pensar qué podrá ofrecerles ahora el Presidente a los legisladores para que, en el caso que el oficialismo impulsara su proyecto, se lo aprueben como hizo él. La insensatez es tan grande, y tan obvia su oportunidad para lanzarla como tapadera de la crisis social y económica, que casi no dan ganas de detenerse a analizarla. Salvo porque la ocasión es propicia para reflexionar sobre la calidad de los legisladores que elegimos como entrerrianos.
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