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  • UNR: seis de cada diez ingresantes no tienen padres universitarios y el 35% trabaja

    » La Capital

    Fecha: 20/10/2024 11:08

    En los últimos diez años se amplió el alumnado de las facultades públicas y también varió su composición social. Apuntes para el debate sobre el financiamiento Luciana está en la mitad de la carrera de Psicología y alterna el cursado con el acompañamiento terapéutico de dos niños en edad escolar. Franco trabaja de enfermero en un sanatorio del centro de la ciudad mientras se prepara para rendir las últimas materias de la licenciatura en enfermería. Leonel cursa Ingeniería Civil y los fines de semana trabaja en un minimarket. Apenas tres ejemplos de las realidades de los estudiantes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) , alejadas de la holgura económica y de la imagen de "chicos bien", con la que se quiso describir a los alumnos de universidades públicas en medio del conflicto abierto por el veto a la ley de financiamiento y los fondos previstos para educación superior en el presupuesto 2025. Los datos de la Dirección de Estadísticas de la UNR son claros. En los últimos diez años (de 2013 a 2023, para ser más exactos) el estudiantado de las escuelas medias y las carreras de grado creció un 20 % , pasando de 74.234 a 90.056. Entre otros factores, el aumento del alumnado se explica el incremento de ingresantes a las facultades , que el año pasado fueron 19.577. De esos nuevos alumnos, el 60 % son los que se conocen como primera generación de estudiantes universitarios , es decir ni sus padres ni sus madres habían completado el nivel superior. Pero, además, en un 17 % de los ingresantes, el máximo nivel de estudios alcanzado por alguno de sus padres es el primario. Hay otro indicador aún más claro de la condición social de los alumnos. El 35 % de los estudiantes que están cursan alguna carrera de grado o pregrado además trabajan. El porcentaje viene en alza, en 2013 este índice era algo menor, el 30 % de los alumnos de las facultades trabajaban. Las cifras adquirieron actualidad esta semana, después de que el presidente Javier Milei dijera que “la Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y a los de la clase media alta”. Fue en el medio de su discurso del domingo pasado, en el acto en el que se oficializó el cambio de nombre del Centro Cultural Kirchner por el de Palacio Libertad “Domingo Faustino Sarmiento”. La consideración llegó en el marco del conflicto abierto por el financiamiento de las universidades públicas. La afirmación ponía en debate si la universidad, pública y gratuita, es garantía de movilidad social ascendente. Para el rector de la UNR, Franco Bartolacci, la afirmación de Milei es una falacia. "La universidad pública permite el acceso a la educación superior a muchos jóvenes que sin gratuidad no podrían estudiar, sobre todo en una sociedad que tiene a sus jóvenes cada vez más dramáticamente sumidos en condiciones de pobreza", afirma y señala que eso está comprobado por las estadísticas de ingresos a la UNR y los resultados de los programas implementados para contener a los estudiantes que tienen dificultades, tanto desde la ayuda económica como académica. >>Leer más: Milei, la marcha universitaria y hasta dónde se estira el mandato social "Con este discurso -advierte- no se pretende abordar el problema (de las juventudes que no acceden a la universidad) sino desprestigiar lo que sucede en el ámbito universitario. Podemos coincidir en la necesidad de hacer más cosas de las que hacemos para que lleguen los chicos que actualmente no llegan a la universidad, o qué cosas podemos hacer mejor. Pero no hay una preocupación genuina por el problema, sino en desprestigiar a lo que sucede en el ámbito universitario", analizó. Estudiantes en apuros Ciencias Médicas es la facultad más poblada de las doce de la UNR. Según advierte Eugenia Cabral, secretaria de Políticas Estudiantiles de la casa de estudios, la realidad de los estudiantes varía en las tres carreras que se dictan _medicina, enfermería y fondoaudiología_ y también al interior de cada una de ellas. "Desde Medicina hemos defendido muchísimo el ingreso irrestricto y tenemos una matrícula siempre alta, incluso en porcentaje de alumnos extranjeros. Dentro de esa población tenemos chicos que son hijos de médicos y vienen a cumplir con esa especie de mandato familiar. Pero también tenemos chicos que vienen con otras situaciones, que hacen la carrera mientras trabajan, lo sabemos porque nos piden cambios en los horarios de laboratorios o en las prácticas. Tenemos alumnos a quienes les cuesta cuando tienen que ir a varios efectores de salud en un mismo día porque no tienen para el colectivo", señala. En enfermería esto es más marcado. "Me atrevería a decir que la mayor parte del alumnado trabaja. Generalmente, no son los chicos que terminan el secundario, sino personas más grandes que encuentran en la facultad una manera de movilidad social y eligen carreras más cortas, sobre la que existe demanda laboral. Claramente no son hijos de ricos", considera. >>Leer más: Estudiantes de la UNR votaron toma de facultades y en algunas se quedaron a dormir Hace dos semanas, en la facultad de Psicología se realizó la graduación de los primeros egresados de la diplomatura en acompañamiento terapéutico en salud mental. Unas 540 personas recibieron sus diplomas, "muchas era la primera vez que accedían a la universidad, eran personas más grandes, con otras trayectorias de vida, diferente a las de los chicos que recién salen del secundario. Y la diplomatura no solo les permite formalizar su formación, sino mejorar su condición de empleo y profesionalizar tareas de cuidados, que no cuentan con reconocimiento", señala María Paula Díaz Gasparini, secretaria estudiantil de la facultad. La apertura de la carrera se había difundido entre trabajadores, usuarios y referentes territoriales de los centros de salud de distintos distritos, acompañando información sobre el funcionamiento del Programa + 25 que permite que las personas que ya cumplieron los 25 años ingresen a la universidad sin necesidad de terminar la secundaria. "Y tuvimos muchos alumnos que volvieron a estudiar de esa forma y están muy contentos con el recorrido que están haciendo en la facultad", apunta y considera que esa tarea es parte de la esencia de la universidad pública. "Tenemos un vínculo permanente con la comunidad y trabajamos en función de eso", afirma. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Universidad Nac. de Rosario (@unroficial) Comedores y salud Este año, la UNR destinó un cuarto de su presupuesto al programa de becas con el objetivo de garantizar no solo el acceso de los estudiantes a la educación superior, sino sobre todo la permanencia y egreso de los alumnos. En tota, las políticas de bienestar estudiantil recibieron una inversión de 170 millones de pesos. Las becas de alimentos son las más demandadas. Los seis comedores universitarios preparan 7.800 menúes diarios a los que los estudiantes acceden a mil pesos. La demanda es tan grande que la infraestructura de las cocinas está al límite de su capacidad de producción. >>Leer más: Conflicto universitario: la UNR, en medio de una tormenta de intereses Otro de los parámetros de la condición social de los alumnos es el funcionamiento del Centro de Salud 7 de Abril que garantiza atención médica y psicológica a estudiantes sin obra social o prepaga. Entre febrero y septiembre pasado se registraron 1.129 nuevos usuarios en el sistema. "Nuestros estudiantes no vienen de hogares privilegiados", destaca Tomás Giroud Guillet, secretario estudiantil de la facultad de Humanidades y Artes. Según considera, se trata más bien de una comunidad "heterogénea, con un componente muy fuerte de estudiantes que a la vez trabajan, lo cual dice mucho de su procedencia". A manera de ejemplo plantea el caso de la carrera de diseño de indumentaria y diseño textil donde "el componente etario es de lo más variado, porque conviven quienes terminaron el secundario y cursan su primera carrera universitaria con trabajadores y trabajadoras de la industria textil que quieren profesionalizarse". Incluso entre los estudiantes que provienen de otras localidades de la provincia, "generalmente provienen de hogares de clase media que, con mucho esfuerzo, pueden mandar a sus hijos a estudiar y pagarles un alquiler en Rosario y también jóvenes que dejan todo para seguir sus sueños, buscan trabajo acá y se sostienen solos". En ambas situaciones, destaca, la gratuidad de los estudios resulta fundamental. Las facultades de Ciencias Económicas, Ciencias Médicas y Derecho encabezan el listado de facultades con mayor porcentaje de ingresantes de hogares de primera generación de universitarios. "La realidad de los chicos que estudian en las facultades no es la que cuentan", señala Joel Ponce de León, secretario estudiantil de Derecho y profesor del primer año de la carrera. En el área, destaca, una de las mayores consultas que se reciben son sobre las becas estudiantiles. "Los alumnos hacen un gran esfuerzo para estudiar en la universidad. Tengo un grupo de chicos que viajan todos los días desde San Nicolás para poder cursar, porque ya no pueden pagar el alquiler. En la carrera de corretaje inmobiliario, la mayoría de nuestros alumnos trabajan y se quedan cursando hasta las diez de la noche", apunta y destaca "para a mayoría de los chicos estudiar en la universidad no es una cosa más, quizás sea la única esperanza de tener un futuro mejor. Y lo viven con esa seriedad, se comprometen con eso, porque la universidad pública es eso: es el lugar desde donde se acompaña el sueño de tener un futuro mejor".

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